La hermana Tammy Hall es conocida en las clases de seminario como Uzelac Hall. Pero cuando ella no está dando clases de seminario, Tammy es la anfitriona del Grupo de Estudio “Sunday on Monday”, a quien le encanta contar historias y sus puntos de vista del plan de estudios “Ven, sígueme” con cualquiera que quiera unirse a la conversación.
Como estudiante de hebreo de toda la vida, Tammy puede examinar palabras conocidas de las Escrituras de una manera que brinda significados que podrían haber pasado desapercibido.
Si bien Tammy comparte una definición de una palabra hebrea en casi todas las sesiones de su grupo de estudio, hemos seleccionado cuatro de nuestras favoritas, cada una con vínculos especiales al Salvador, Jesucristo.
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Virtud
Comencemos con la palabra que motivó el estudio de Tammy sobre las lenguas antiguas: la palabra “virtud”.
En el versículo de Alma 31: 5, se nos dice:
“Alma consideró prudente que pusieran a prueba la virtud de la palabra de Dios”.
Tammy invitó a sus oyentes a subrayar la palabra “virtud” en sus escrituras, explicando que “[descubrir] lo que significa lo cambiaría todo”.
Tammy señaló que en ocasiones asociamos instintivamente la palabra virtud con la castidad o con las mujeres, sin embargo esa relación no tiene mucho sentido en el pasaje de Alma 31: 5.
¿Se puede poner a prueba la “castidad” de la palabra de Dios?
Los malentendidos sobre el significado de la palabra virtud pueden provenir de las enseñanzas que se desprenden del versículo en Proverbios 31: 10, que dice:
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa grandemente al de las piedras preciosas”.
Sin embargo, Tammy enseñó que no solo en hebreo sino también en latín y griego, la palabra virtud significa “fuerza” o “poder”. Con esa definición en mente, el versículo en Proverbios se torna hacia el valor de una mujer con poder, una mujer con fuerza.
La escritura en Alma 31: 5 también se vuelve más clara. Alma nos sugiere que probemos el poder de la palabra de Dios para ayudarlos en sus esfuerzos.
Relacionar la virtud con el poder al leer las Escrituras puede ayudarnos a comprender mejor la expiación de Jesucristo. Por ejemplo, Doctrina y Convenios 38: 4 dice:
“Porque yo soy Cristo, y en mi propio nombre, en virtud de la sangre que he derramado, he abogado por ellos ante el Padre”.
Con la aclaración hebrea, aprendemos que la sangre que el Salvador derramó le brinda poder a Su papel como nuestro Abogado ante el Padre, él que verdaderamente se sacrificó por cada uno de nosotros.
Arrepentimiento
Aprendemos de Tammy que la palabra hebrea para “arrepentimiento” es teshuvá. Para ayudarnos a comprender el significado de esa palabra, Tammy explica que en hebreo, cada letra tiene un significado.
Por ejemplo, en hebreo, la letra “alfa” significa “líder” o “comienzo”. La disección de cada parte de la palabra teshuvá nos brinda una visión más amplia de la doctrina del arrepentimiento.
Las tres letras hebreas utilizadas en esta palabra son tav, shin y vaw. Tav representa un convenio, shin representa dientes afilados o devorar, y vaw representa al hogar. Tammy señala que cuando estas se combinan, las letras expresan que el concepto de arrepentirse es hacer un convenio que devorará tus pecados y te llevará de regreso a casa.
Asimismo, Tammy habló sobre otro aspecto clave del arrepentimiento, uno que es necesario para recibir cierta paz después de una transgresión.
Tammy explica que en los tiempos del Antiguo Testamento, cuando alguien cometía un pecado, la persona primero debía ir al tabernáculo para confesar su pecado y luego para ofrecer una ofrenda por la culpa (Levítico 5: 6).
Tammy explica que la palabra “culpa” podría sustituirse por la palabra “transgresión”, haciendo de esto una ofrenda por la culpa.
Después de que las personas confesaban sus pecados, simbólicamente entregaban su culpa al Señor a través del sacrificio de un animal. Así, al llevarse los sacerdotes a aquel animal, también se les quitaba a las personas la culpa por sus pecados.
Tammy también compartió cómo ese antiguo ritual podría aplicarse a nuestras propias vidas hoy en día.
En ocasiones no entregamos toda nuestra culpa al Señor incluso después de habernos arrepentido. Por el contrario, llevamos con nosotros sentimientos innecesarios de vergüenza, pero no tiene por qué ser así.
El verdadero arrepentimiento no siempre es fácil, pero puede llenarnos de gozo al sentir el deseo de regresar a casa y elegir dejar nuestra culpa en las manos del Salvador.
Expiación
La traducción de la palabra “expiación” aparece en diferentes ocasiones en las sesiones del grupo de estudio de Tammy. La palabra hebrea para “expiación” es kaphar, que significa “cubrir”.
Tammy explicó cómo la escritura en Alma 34: 10 nos enseña que la expiación del Salvador es infinita y eterna.
Para ayudar a comprender mejor cómo la cobertura proporcionada por la Expiación es infinita, Tammy leyó una cita del élder Bruce R. McConkie:
“Cuando los profetas hablan de una expiación infinita, quieren decir justamente eso. Sus efectos cubren a todos los hombres, a la tierra misma y a toda forma de vida que hay sobre ella, y llegan a las extensiones sin fin de la eternidad”.
La lectura de esa cita nos brinda una perspectiva poderosa sobre cómo la expiación del Salvador cubre las debilidades de nuestra fe:
“Amo este concepto de [expiación] “infinita” porque la fe… [puede ser] como una pequeña semilla y no requiere un conocimiento perfecto.
Esta expiación infinita lo envuelve todo y cubre lo que nos falta. Pienso que va de la mano con la idea de que Cristo es el autor y consumador de nuestra fe. Él lo inicia [todo] y nos da una razón para plantar la semilla… cubre lo que nos falta o lo que carecemos”.
Tammy explicó lo que significa que la expiación de Jesucristo no solo sea infinita sino eterna:
“Es eterna porque no hay principio ni fin. Pero la clave de la definición [de esta palabra] se encuentra en el diccionario Webster de 1828, que me encanta usar. La palabra “eterna” significa “incesante e inmutable”, es decir, que se ha mantenido igual, la Expiación siempre hará lo que dice que va a hacer”.
Fe
¿Qué significa tener fe en Dios? Tammy aborda esa importante pregunta recurriendo a la traducción hebrea de la palabra “fe” y sus implicaciones en una historia del Antiguo Testamento para encontrar la respuesta.
La palabra hebrea para fe es emuná que significa “firme”, “inalterable” o “de apoyo” e implica acción. Tammy explica que uno de los primeros lugares en que se usa el termino emuná es en el pasaje de Éxodo 17: 10-12.
En ese capítulo, el pueblo de Israel se encuentra bajo ataque y necesita la ayuda de Dios. Es por eso que Moisés le dice a Josué que salga a pelear mientras él se dirigía a la cumbre de un collado con la vara de Dios.
La batalla continuó, mas cuando Moisés alzaba las manos, los israelitas prevalecían, pero si él las bajaba, sus enemigos tomaban la delantera.
A medida que Moisés empieza a agotarse, dos hombres, Aarón y Hur, fueron a él y alzaron sus manos, lo que les permitió permanecer “con firmeza hasta que se puso el sol” (Éxodo 17:12). En este versículo emuná se traduce como “firme”, pero también puede significar “fiel”, lo que cambiaría la oración a: “Sus manos fueron fieles hasta que se puso el sol”.
Tammy señaló que fue la decisión de Aaron y Hur de ayudar que hicieron posible que las manos de Moisés se mantuvieran en alto y salvaran al pueblo. Asimismo, nuestra propia fe requerirá acción para que pueda crecer. Tammy expresó:
“Para mí, [la fe en Dios] significa que haré lo que pueda para apoyar a Dios. Requiere acción de mi parte a fin de tener total y entera confianza en Él”.
Como Aarón y Hur, podemos buscar formas de elevar nuestra fe. Podemos recurrir a las Escrituras, podemos tratar de elevar a los que nos rodean, podemos elevar nuestro corazón a Dios en todo momento.
Cada acto de fe aumentará nuestro amor y confianza en el Salvador.
Fuente: ldsliving.com