Sean cuales sean tus circunstancias el Señor nunca te abandonará

hacer nuestro mejor esfuerzo

El Padre Celestial perdonará nuestras deficiencias. Todo lo que se requiere de nosotros es que hagamos nuestro mejor esfuerzo.

Las últimas cinco semanas han sido interesantes, desafiantes, divertidas y frustrantes a la vez. Una de las cosas que he aprendido a través de toda esta situación es que no siempre podré ser capaz de cambiar las cosas que quiero cambiar y arreglar las cosas que necesitan arreglarse, y eso está bien.

Todo lo que se requiere de mí es que dé de mi tiempo y mis talentos. Solía ​​decirles a mis hijos cuando eran pequeños que todo lo que esperaba de ellos era que dieran su mejor esfuerzo. Últimamente, me he dicho lo mismo: “Solo haz tu mejor esfuerzo, Tudie. Eso es todo lo que puedes hacer”.

Todos queremos tener éxito cuando se trata de las cosas importantes de nuestras vidas. Entendemos que habrá fallas en el camino, pero esperamos que sean errores pequeños en cosas que carezcan de importancia.

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Ninguno de nosotros desea admitir que es posible fallar en las cosas que más importan. Nuestro Padre Celestial conoce nuestras capacidades. Él conoce nuestras debilidades. Todo lo que espera que hagamos es dar nuestro mejor esfuerzo. 

Entonces, ¿por qué sentimos que debemos ser perfectos?

Tenía planeado el día de reposo perfecto. Los primeros dos días de reposo en casa debido a la pandemia habían sido bastante buenos, así que pensé que para la tercera semana, sería capaz de solucionar todos los errores y tener un día perfecto. Bueno, no sucedió exactamente de esa manera.

A las 2:30 p.m. Había cancelado la videollamada con los misioneros para que compartan un pensamiento espiritual, y me encontré en mi cama llorando en posición fetal.

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Ahí quedó la idea de tener un día de reposo perfecto. En un esfuerzo por sentirme mejor, tomé mi laptop y comencé a ver los discursos de la Conferencia General de octubre del año pasado, sola en mi habitación.

Me tomó un par de horas, pero pude sentir el espíritu especial del día de reposo. Desafortunadamente, esa no fue la experiencia familiar llena de fe que esperaba y planeé, pero honestamente puedo decir que hice lo mejor que pude en aquel momento.

El Élder Terence M. Vinson, hablando de Oliver Granger, que se había quedado en Nauvoo, Illinois para cumplir con la imposible tarea de vender las propiedades de los santos, dijo:

“Eso se puede aplicar a todos nosotros. No son nuestros éxitos, sino más bien nuestro sacrificio y esfuerzo, lo que le importa al Señor.” -Terence M. Vinson

El Élder Vinson continuó explicando que debemos ser “fair dinkun” (sinceros o auténticos) en lo que respecta al vivir el evangelio. No podemos ser poco entusiastas en nuestros esfuerzos por vivir nuestros convenios.

Si todos damos todo de nosotros, “fair dinkum”, como dice el Élder Vinson, al vivir nuestros convenios, el Padre Celestial perdonará nuestras deficiencias, el Salvador ya completó lo que nos faltaba. Todo lo que se requiere de nosotros es que hagamos nuestro mejor esfuerzo.

He tenido muchos desafíos en las últimas cinco semanas y, en su mayoría, me siento bien con los éxitos que pude lograr.

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Las pequeñas fallas en el camino pueden ser herramientas que nos ayudan a aprender, o pueden ser obstáculos para un éxito futuro, dependiendo de nuestra actitud y de cómo las abordamos.

El poder de controlar mi vida, mis éxitos y mis fracasos reside en mí. Puedo aprender de mis fracasos. También puedo aprender a aceptar que las decisiones de los demás a veces contribuyen tanto a mis éxitos como a mis fracasos.

Puedo tener una actitud de gratitud, aprender y seguir adelante. Puedo elegir perdonarme a mí misma y a los demás por sus deficiencias. Puedo elegir aprender de mis errores y el de los demás para mejorar las cosas.

Obviamente, también tengo la opción de hacer todo lo opuesto, pero es mucho mejor enfocarme en lo positivo.

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Al encerrarme en mi habitación con mi laptop aquel domingo, aprendí que puedo elegir tener el Espíritu conmigo, incluso en tiempos difíciles.

“Sean cuales sean sus circunstancias, pueden hacer de su hogar el centro donde se aprende y se vive el Evangelio. Eso significa sencillamente asumir la responsabilidad personal de su conversión y su crecimiento espiritual.

Significa seguir el consejo del presidente Nelson y “transformar su hogar en un santuario de fe.”” -Stephen W. Owen, “Sean fieles, no faltos de fe”.

En la privacidad de mi habitación, asumí la responsabilidad de mi propio crecimiento espiritual. No tiré la toalla, aunque eso era exactamente lo que quería hacer.

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Si bien no me fue inmediatamente posible transformar mi hogar en ese santuario de fe, sí me fue posible transformar mi habitación. Los pequeños pasos importan: solo da un pequeño paso a la vez. Paso a paso se llega lejos.

También aprendí que puedo sentir gozo en todas mis circunstancias, incluso después de haber llorado en mi cama.

“Si centramos nuestra vida en el Plan de Salvación de Dios… y en Jesucristo y Su Evangelio, podremos sentir gozo independientemente de lo que esté sucediendo —o no esté sucediendo— en nuestra vida.

El gozo proviene de Él, y gracias a Él. Él es la fuente de todo gozo… Para los Santos de los Últimos Días, ¡Jesucristo es gozo!” -Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual

Depende de cada uno de nosotros centrarnos en el Salvador, dar lo mejor de nosotros, sentir gratitud, asumir la responsabilidad de nuestro propio crecimiento espiritual y sentir gozo. 

El Padre Celestial estará satisfecho con eso porque el Salvador ya ha pagado el precio nuestros errores. Haz tu mejor esfuerzo, tú puedes, lo lograrás.

Este artículo fue escrito originalmente por Tudi Rose y fue publicado originalmente por ldsblogs.com bajo el título “Just Do Your Best; That’s Success

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