Cuando llegué al Centro de Capacitación Misional en Brasil, me quedé sumamente asombrado no solo por su estructura y el ameno espíritu que se sentía, sino también por los tatuajes.
Varios élderes y hermanas que estaban en el CCM tenían numerosos tatuajes. No eran pequeños, en algunos casos vi que cubrían su mano entera.
Tenían tatuajes en la nuca, en las manos, en los brazos y en los dedos.
Todo ello era nuevo para mí, ya que nunca había visto a un misionero o misionera con un tatuaje. Al mismo tiempo de sentir una gran sorpresa, me sentí sumamente conmovido al saber que el Señor olvida nuestro pasado si ya hubo un arrepentimiento sincero.
Yo también había sido perdonado por mis errores del pasado.
Al conversar con los élderes y las hermanas que tenían estos tatuajes, me dijeron que se los había hecho antes de ser miembros de la Iglesia o durante el tiempo en que dejaron de asistir a ella.
Con una sonrisa en el rostro y algunos con leves señales de lágrimas en los ojos, me contaron cómo, después de haber sentido un gran cambio en el corazón y haber hecho los ajustes necesarios, fueron aceptados para poder servir una misión.
Lo que dicen los manuales y la Iglesia
Al retornar a mi país después de la misión, me di cuenta de que muchos jóvenes pensaban que no podían salir a una misión por tener tatuajes, entonces les respondí que sí era posible y que incluso había visto muchos misioneros sirviendo teniendo tatuajes.
En un artículo del 2006 publicado por la Iglesia de Jesucristo, se nos dice que cuando un candidato a la misión que se ha hecho un tatuaje envía su solicitud, las Autoridades Generales revisan el caso y deciden si a ese candidato se le permitirá servir en una misión.
Esto quiere decir que sí es posible servir una misión con tatuajes en el cuerpo, pero que dependerá de los líderes generales eclesiásticos dar el permiso o no.
Asimismo, dentro de las preguntas que los líderes realizan para recomendar a cualquier joven que desee servir una misión de tiempo completo, no se incluye ninguna pregunta relacionada con los tatuajes.
Aparentemente, los casos son atendidos de manera personal por cada obispo, presidente de rama, presidente de estaca, o presidente de misión.
Junto a ello, según el Manual General de la Iglesia, las entrevistas y los formularios de recomendación analizan prioritariamente:
-
- El testimonio de Jesucristo y de Su evangelio restaurado
- Si cumple las normas de dignidad.
- Si está preparado en cuanto a su salud física, mental y emocional.
- Si está preparado económicamente.
Si tenéis deseos de servir a Dios
Finalmente, citamos la sección más conocida en el mundo de la predicación del evangelio restaurado:
“He aquí, una obra maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres.
Por tanto, oh vosotros que os embarcáis en el servicio de Dios, mirad que le sirváis con todo vuestro corazón, alma, mente y fuerza, para que aparezcáis sin culpa ante Dios en el último día.
De modo que, si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra; pues he aquí, el campo blanco está ya para la siega; y he aquí, quien mete su hoz con su fuerza atesora para sí, de modo que no perece, sino que trae salvación a su alma; y fe, esperanza, caridad y amor, con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios, lo califican para la obra.
Tened presente la fe, la virtud, el conocimiento, la templanza, la paciencia, la bondad fraternal, piedad, caridad, humildad, diligencia.
Pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá. Amén”. (Doctrina y Convenios 4)
Si deseas servir a Dios en una misión y tienes algún tatuaje, eres llamado a la obra. No pierdas la oportunidad, eres una persona importante y valiosa para el Señor.
Toda la información brindada ha sido recopilada en base al Manual General de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Si deseas leer más al respecto, haz clic aquí.