Pregunta y respuesta: ¿La Iglesia de Jesucristo está en contra de las cirugías plásticas?

Pregunta

Hace poco, estaba pensando en hacerme algunas cirugías plásticas porque quiero verme más linda. Sin embargo, de pronto, me invadieron las dudas y me pregunté si someterme a alguna de esas cirugías iría en contra de los principios que se enseñan en la Iglesia.

Quisiera saber cuál es la posición de la Iglesia de Jesucristo con respecto a las cirugías plásticas. ¡Ayúdenme!

Gracias de antemano.

Respuesta

Imagen: Canva

¡Hola! Primero que todo, muchas gracias por tu pregunta y sentirte en confianza para expresar tus sentimientos y dudas.

La Iglesia de Jesucristo no tiene ninguna posición oficial con respecto a las cirugías plásticas. Sin embargo, en la Conferencia General de 2005, en su discurso “A las mujeres jóvenes”, el élder Holland enseñó algo que podría ayudarte a tomar una decisión:

“Quisiera tratar un asunto delicado.

Les suplico, jovencitas, que por favor se acepten más a ustedes mismas, incluso la forma y la contextura de su cuerpo, con menos deseos de parecerse a alguna otra persona.

Todos somos diferentes. Algunos son altos y otros bajos. Algunos son gruesos y otros delgados, y casi todos, en algún momento, quieren ser lo que no son.

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No obstante, como dijo un asesor de jovencitas:

‘No pueden vivir preocupándose de que otras personas se queden mirándolas.

Si permiten que la opinión de otras personas las ponga incómodas, ustedes mismas estarán desechando su propio poder… La clave para sentirse seguras es escuchar siempre al fuero interno, a su [verdadero] yo’.

Y en el reino de Dios, su verdadero yo es ‘más precio[so] que las piedras preciosas’.

Toda jovencita es una hija de Dios con un gran potencial, y toda mujer adulta es una poderosa fuerza para el bien.

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Menciono a las mujeres adultas porque ustedes, hermanas, son nuestros más grandes ejemplos y recursos para estas jovencitas.

Y si están obsesionadas por vestir las tallas más pequeñas, no les deberá sorprender que su hija o la joven Abejita de su clase hagan lo mismo y que se perjudiquen la salud para tratar de lograrlo.

Todos debemos estar en el mejor estado físico posible: una buena doctrina de la Palabra de Sabiduría.

Eso significa comer debidamente, hacer ejercicio y ayudar a nuestro cuerpo a funcionar a su capacidad ideal.

Tal vez, todos podríamos mejorar en ese aspecto, pero aquí me refiero a la salud ideal y no a la talla universal ideal.

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Con toda franqueza, el mundo ha sido muy cruel con ustedes en cuanto a esto.

Constantemente, se ven expuestas a los mensajes que se dan en las películas, en la televisión, en las revistas de modas y en los anuncios de que el aspecto personal es lo más importante.

El argumento es éste: ‘Si su aspecto es lo suficientemente bueno, tendrán una vida fascinante y serán felices y famosas’.

Esa clase de presión es enorme en los años de la adolescencia, y ni qué decirlo más tarde en la vida.

En demasiados casos, es mucho lo que se le hace al cuerpo humano para alcanzar esa clase de norma imaginaria, y hasta podría decirse superficial.

Como dijo recientemente una actriz de Hollywood: ‘[Nos hemos] obsesionado con la belleza y [la] fuente de la juventud y… [me]…. entristece la forma en que las mujeres se mutilan… en busca de eso.

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Veo a mujeres [incluidas las mujeres jóvenes]… que se estiran esto o que se recortan lo otro.

[Es] como una cuesta resbaladiza [de la que no se puede salir]. [Es]… una locura… lo que la sociedad le hace a la mujer’.

La atención excesiva al yo personal y el énfasis en el físico es más que demencia social.

Es espiritualmente destructivo y es responsable de gran parte de la desdicha con que las mujeres, entre ellas las jovencitas, se enfrentan en el mundo de hoy.

Y si los adultos se preocupan de la apariencia —de hacerse estirar la piel, de recortarla o de hacerse implantar objetos en el cuerpo, o de hacerse modificar todo a lo que se le pueda dar nueva forma— esas preocupaciones y angustias seguramente tendrán un efecto en los hijos.

Al llegar a cierto punto, el problema se convierte en lo que el Libro de Mormón llamó ‘vanas ilusiones’.

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Y en la sociedad secular, tanto la vanidad como las ilusiones llevan rienda suelta.

Uno necesitaría un grande y espacioso estuche de cosméticos para competir con la belleza según la representan por todas partes los medios de difusión.

Sin embargo, al final del día, aún estarán aquellos ‘en actitud de estar burlándose y señalando con el dedo’ como vio Lehi, porque no importa lo que uno se esfuerce en el mundo del glamour y de la moda, nunca será suficientemente glamoroso”.

sesión de mujeres actividades

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Así que, creo que el mejor consejo es considerar en oración cualquier cambio físico que desees hacerte.

Algunos, como reparar quemaduras de tercer grado, son una bendición, mientras que otros pueden ser “espiritualmente destructivos”.

Como siempre, el Espíritu Santo es tu mejor guía.

Fuente: Ask Gramps

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