En una nueva publicación en sus redes sociales, el presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, compartió uno de sus poderosos mensajes de la conferencia general de abril de 2012.
En su discurso expresó algo que espera que todos los Santos de los Últimos Días puedan recordar en los momentos más difíciles de la vida.
“Deseo alentar a aquellos que están en medio de pruebas difíciles, quienes sienten que su fe se va disipando bajo la avalancha de problemas.
Me parece que no hay mejor respuesta a la pregunta de por qué vienen las pruebas y lo que debemos hacer que las palabras del Señor mismo, quien soportó por nosotros pruebas más terribles de lo que podamos imaginar.
Si tenemos fe en Jesucristo, los tiempos más difíciles de la vida, así como los más fáciles, pueden ser una bendición. En todas las situaciones, podemos elegir lo justo con la guía del Espíritu. Tenemos el evangelio de Jesucristo para dar forma y guía a nuestra vida si así lo decidimos”.
El presidente Eyring nos invita a recordar que podemos enfrentar los momentos difíciles con esperanza, recordando que no tenemos que enfrentar las cosas por nuestra cuenta.
La adversidad, por más dolorosa que sea, nos brinda la oportunidad de crecer y progresar.
A menudo, es en los momentos más difíciles cuando descubrimos nuestra fortaleza interior y nuestra capacidad para superar obstáculos que parecían insuperables de la mano del Salvador.
Recordamos que al lado del Salvador todo lo podemos. Recordemos todas las veces que hemos superado desafíos en el pasado, las lecciones que hemos aprendido y las bendiciones que hemos recibido.
A esto, el presidente Eyring declaró:
“Nunca tenemos que sentir que estamos solos ni que no se nos ama cuando estamos al servicio del Señor, porque nunca es así. Podemos sentir el amor de Dios. El Salvador ha prometido ángeles a nuestra diestra y a nuestra siniestra para sostenernos. Él siempre cumple Su palabra”.
Qué hermosas palabras de aliento y fe. Recordar que nunca estamos solos y que podemos sentir el amor de Dios es una fuente de consuelo y fortaleza en los momentos más desafiantes de nuestras vidas.
La promesa de la presencia de ángeles a nuestro alrededor para sostenernos nos recuerda que siempre habrá ayuda de los cielos disponible para nosotros.
En el servicio al Señor, manteniéndonos fieles a Sus mandamientos, encontraremos un camino lleno de propósito y significado.
Las promesas del Salvador son un recordatorio constante de que estamos rodeados de amor y cuidado divino, y que no importa cuán difíciles sean las pruebas, siempre habrá una mano amorosa extendida para guiarnos y protegernos.
Mantener nuestra fe en momentos de adversidad es un testimonio de nuestra confianza en la bondad y la misericordia de Dios.
Es mi deseo que al recordar estas palabras de esperanza, podamos encontrar la fortaleza para enfrentar cualquier dificultad que se presente en nuestro camino.
Sigamos avanzando con fe, sabiendo que el amor y el apoyo del Señor están siempre con nosotros.