Durante la Conferencia General de abril de 2018, el presidente Russell M. Nelson compartió un principio valioso:
“La buena inspiración se basa en la buena información”.
Hablaba específicamente sobre el proceso de elección de sus consejeros en la Primera Presidencia, pero antes de eso en su discurso, el presidente Nelson dio otro ejemplo de este principio en acción:
“Recuerdo que en una sala de operaciones me encontré frente a un paciente —inseguro de cómo efectuar una intervención quirúrgica sin precedentes— y sentí que el Espíritu Santo hacía en mi mente un diagrama de la técnica”.
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El presidente Nelson ya tenía años de conocimiento en ese momento de su vida. La inspiración que recibió en ese momento estaba disponible para él debido a los años que había pasado aprendiendo y formándose para convertirse en médico. El poder del Espíritu amplificó su preparación intelectual y salvó una vida.
Redescubrí el valor de la buena información a través de una experiencia que tuve hace más de una década.
Cuando me convertí en madre, me costó encontrar momentos de tranquilidad para poder meditar y buscar inspiración. Tuve un embarazo muy difícil seguido del nacimiento de un hijo que requirió de toda mi energía.
Conciliar el sueño no me fue fácil y criar a un niño era realmente intenso. Regularmente me sentía ansiosa e insegura sobre el futuro, que solo aumentó después del nacimiento de mi segundo hijo dos años después.
Durante este tiempo, mi padre, quien era doctor, murió de cáncer. No solo perdí una fuente importante de apoyo emocional y conocimiento médico, sino que también estaba de duelo.
Durante este tiempo difícil, me topé con información médica falsa que fue propagada por dos doctores sin escrúpulos, dirigida a padres que atravesaban dificultades a causa de las necesidades médicas de sus hijos.
Esta información errónea fue ampliamente difundida por aquellos que afirmaban tener información secreta que había sido oculta por quienes tenían intereses mayores. Fui víctima de esta información debido a las abrumadoras necesidades de mi hijo y mi profundo deseo por encontrar respuestas y soluciones a sus problemas.
Nunca estuve completamente de acuerdo con esta información médica, eso me llevó a dudar de los consejos de todos los profesionales médicos. Y como no sabía a quién creerle, decidí no creerle a nadie.
Sentí que era la única que podía encontrar soluciones para los problemas de salud de mi hija, y me sentía sola y temerosa de que me estuvieran engañando.
Mi preocupación y motivación provenía de mi amor sincero y mi deseo de cuidar a mi preciosa hija. Pero debido a que mis creencias y acciones se basaban en información falsa, no pude acceder a la inspiración que necesitaba desesperadamente.
A pesar de las constantes oraciones, no encontré respuestas y, quizás lo que es más importante, no pude encontrar paz.
Aunque este período de mi vida estuvo lleno de dolor y temor, encontrar la salida resultó invaluable para mi desarrollo emocional y espiritual. Esta crisis me enseñó que la verdad casi nunca se origina en un lugar de miedo y ansiedad.
La vida es desafiante y es posible que el Señor no nos proporcione las respuestas y soluciones que necesitamos inmediatamente, pero ahora sé, en base a mi experiencia y comprensión del plan de Dios, que Él siempre nos proporcionará paz si es que estamos dispuestos a confiar en Él.
Abrirse camino a través de la confusión y la desinformación puede ser difícil, especialmente cuando nos sentimos vulnerables, pero sí es posible. Aquí hay cinco cosas que aprendí del consejo del presidente Nelson.
1. Empieza teniendo fe
La fe en el Señor es esencial, así como la fe en Sus hijos. Como seres humanos, hemos creado colectivamente una maravillosa base de conocimientos que reúne todas las contribuciones y la sabiduría compartida por nuestros hermanos y hermanas.
Gran parte de ese progreso se debe a que los hijos e hijas de Dios buscan Su gloria al obtener el conocimiento que nos ayuda a todos a progresar (Doctrina y Convenios 93: 36).
Disfrutamos de las bendiciones de la medicina, la tecnología y muchas otras bendiciones porque las personas se han sumado a nuestro bienestar común. Ten fe en que la mayoría de los hijos de Dios son buenos y dignos de confianza.
2. Cree que el Señor desea compartir la verdad
Él obra con franqueza. Él comparte Sus verdades de manera amplia y libre. Desea que tengamos todo el conocimiento necesario para nuestra felicidad y salvación. El Señor no obra en la oscuridad ni apoya a quienes lo hacen.
El presidente Nelson compartió un hermoso ejemplo de esto:
“Hay mucho más que su Padre Celestial quiere que sepan. Tal como el élder Neal A. Maxwell enseñó: “Para aquellos que tienen ojos para ver y oídos para oír, ¡está claro que el Padre y el Hijo están divulgando los secretos del universo!””.
3. Busca información confiable de las mejores fuentes terrenales
Muchos de nuestros hermanos y hermanas han trabajado arduamente para establecer sistemas que hacen dos cosas importantes.
Primero: Eliminan a los malos agentes y la mala información. Segundo: Recopilan información y nos ayudan a encontrar información fidedigna.
No tenemos que empezar de cero el proceso de aprendizaje con el paso del tiempo porque hemos encontrado formas efectivas de estudiar, compartir y preservar la información. Estudia estos sistemas, descubre cómo encontrar información veraz y aprovecha esas mismas fuentes que son para nuestro beneficio.
Esto requiere humildad, ya que es importante que no sucumbamos a la ilusión de que podemos resolver problemas complejos con una simple intuición.
4. Utiliza el miedo como un indicador
El miedo puede ser un aliado en nuestros esfuerzos por combatir la desinformación. Pero cuando el miedo se usa como un medio para forzar una decisión, el lógico asumir que algo no está del todo bien. Dios ha prometido claramente:
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”. –Juan 14:27
Incluso en los tiempos más difíciles, el Señor no desea que Su pueblo viva en temor. Él nos ha dado el don del discernimiento para ayudarnos a juzgar con rectitud. Aquellos que buscan guiarnos o influenciarnos a través del miedo no vienen de Dios.
Las fuentes de paz, esperanza, luz y fe son nuestras mejores herramientas en la búsqueda de información confiable. No debemos dejar que el miedo nos sobrecoja.
5. Fomenta una relación fuerte y duradera con el Espíritu
Al igual que en la historia de la cirugía del presidente Nelson, el Espíritu también puede ayudarnos a guiarnos de muchas maneras. El Espíritu Santo puede decirnos qué quitar y qué agregar según nuestras circunstancias y puede guiarnos a alcanzar aquello que no podríamos por nuestra propia cuenta.
El no Espíritu puede darnos lo que no hemos buscado obtener diligentemente. Cuando combinamos la preparación y la inspiración, el Espíritu Santo puede amplificar nuestros esfuerzos, fortalecer las cosas débiles e inspirarnos más allá de lo que podemos hacer solos.
Confía y ten fe en que el Espíritu te ayudará.
Ten fe en que la ayuda llegará
Aquellos primeros días siendo madre fueron desafiantes y, a veces, oscuros. Pero cuando miro hacia atrás ahora, veo las formas en que el Señor bendijo a mi familia y nos sostuvo.
Más allá de enseñarme cómo cuidar físicamente a mis tres hijos, ahora sé que Él me enseñó lecciones aún más importantes sobre cómo cuida de Sus hijos y nos ayudar a encontrarlo en un mundo complicado y confuso.
Al reflexionar sobre estas duras lecciones aprendidas, siento una profunda satisfacción en mi alma. Durante ese período, nunca estuve sola, incluso cuando me sentí así. Recibí ayuda de los cielos por medio del esfuerzo de mis hermanos y hermanas.
Tan pronto como estuve lista para dejar atrás el temor, encontré verdad y sabiduría. Tal como lo testificó el presidente Nelson, ahora yo también tengo plena confianza en que la buena inspiración sólo puede provenir de la buena información.
Fuente: ldsliving.com