Cuando recibí por primera vez el gárment del templo, no sabía mucho al respecto. Solo sabía que era algo que necesitaba para poder sellarme a mi futuro esposo.
No estaba segura de qué preguntas debía hacer al respecto o si podía hablar del tema fuera del templo. Además, pensaba que sabía lo necesario, lo cual, por supuesto, no era verdad.
Tomé la clase de preparación para el templo, pero aún así solo tenía un conocimiento general de lo que era el gárment y lo que significaba.
Con los detalles de la boda y la emoción que sentía, no tuve mucho tiempo para procesar lo que iba a suceder al recibir mi investidura.
Ahora me doy cuenta de cuánto he aprendido sobre el gárment desde que fui investida y lo que desearía haber sabido antes de recibirlas.
1. El gárment del templo es una protección contra la tentación
Antes de ser investida, había escuchado historias de cómo el gárment del templo había brindado protección física a las personas.
Si bien hay experiencias milagrosas en las que el gárment protege físicamente a los miembros, lo cierto es que son poco comunes. Lo contrario sucede con las experiencias de protección espiritual que brinda a los Santos de los Últimos Días.
El gárment del templo es una representación física de los convenios que hacemos en el templo y, por lo tanto, es una protección contra la tentación y el mal.
El Manual General comparte:
“Si los miembros son fieles a los convenios y visten el gárment de forma apropiada a lo largo de la vida, este les sirve de protección”.
En su libro “The Holy Temple”, el presidente Boyd K. Packer expresó:
“El gárment representa los convenios sagrados, fomenta la modestia y se convierte en un escudo y protección para quien lo usa”.
En ocasiones, a este tipo de protección espiritual constante se le llama “armadura”, como dijo el presidente Russell M. Nelson en su discurso de la conferencia general de abril de 2001, “Preparación personal para las bendiciones del templo”:
“El usar el gárment del templo tiene un profundo significado simbólico; representa una dedicación constante. Así como el Salvador ejemplificó la necesidad de perseverar hasta el fin, usamos fielmente el gárment como parte de la constante armadura de Dios. De ese modo evidenciamos nuestra fe en él y en sus convenios eternos con nosotros”.
Como Santos de los Últimos Días, tenemos la increíble bendición de protección espiritual contra las tentaciones y la influencia del adversario al usar el gárment del templo correctamente y tratarlo con respeto.
2. La manera en que usamos el gárment del templo demuestra nuestro compromiso de seguir al Salvador
Antes de recibir mi investidura, entendía que el gárment del templo era una representación especial de mis convenios con el Padre Celestial y que no debía usarlo de manera inapropiada.
Sin embargo, no comprendía completamente cómo la forma en que lo usaba podía ser una expresión personal de mi compromiso de seguir al Salvador.
Llevar el gárment del templo es un recordatorio físico y constante de nuestros sagrados convenios.
De acuerdo con el Manual General de la Iglesia:
“[El gárment] no ha de modificarse con el fin de adaptarlo a diversos estilos de ropa… El llevar puesto el gárment es un privilegio sagrado y es una expresión exterior de un compromiso interior de seguir al Salvador Jesucristo”.
Aunque el gárment del templo se lleva debajo de la ropa y nadie lo ve, es una representación física de nuestra voluntad de vivir el evangelio y seguir a Jesús, lo cual es importante para nuestra salvación.
El élder Carlos E. Asay ilustró lo importante que puede ser tratar el gárment del templo con respeto y usarlo de manera apropiada al compartir una conversación que el presidente Harold B. Lee tuvo con el presidente James E. Faust:
“Hace unos años, en un seminario para nuevos presidentes y directoras de obreras del templo, el élder James E. Faust, en ese momento del Cuórum de los Doce Apóstoles, contó sobre su llamado a servir como Autoridad General.
El presidente Harold B. Lee le hizo solo una pregunta: ‘¿Llevas el gárment correctamente?’ a lo que él respondió afirmativamente.
El élder Faust preguntó si el presidente Lee iba a preguntarle si era digno.
El presidente Lee respondió que no era necesario, porque había aprendido por experiencia propia que la forma en que uno usa el gárment demuestra lo que una persona siente acerca de la Iglesia y de todo lo relacionado con ella. Es una medida de su dignidad y fidelidad al evangelio”.
Antes de recibir mi investidura, sabía que era importante usar el gárment correctamente, pero lo que hubiera deseado entender es lo mucho que refleja mi fidelidad a Dios y a los convenios que hice en la Casa del Señor.
3. El gárment es una parte del templo que podemos llevar siempre con nosotros
Incluso antes de recibir mi investidura, siempre me sentía un poco triste cuando me alejaba del templo después de realizar la obra vicaria. Me encantaba la sensación que tenía al estar en la santa Casa del Señor y realizar la obra de salvación por los demás.
Lo que desearía haber sabido antes de recibir mi investidura es que puedo llevarme una parte del templo conmigo siempre y cuando use el gárment fielmente.
La obra que hacemos por aquellos que han fallecido no termina cuando salimos del templo. Es importante que cumplamos con los convenios del templo y usemos el gárment manera correcta.
El gárment del templo se convierte en un recordatorio de la importancia de la obra que hacemos por nuestros antepasados que no tuvieron la oportunidad de recibir la bendición del templo en esta vida.
Es un recordatorio de la confianza que nuestro Padre Celestial ha puesto en nosotros al permitirnos realizar la obra de salvación por ellos.
Es un recordatorio de la declaración que hizo el profeta José Smith a los miembros de la Iglesia:
“Pues sin ellos nosotros no podemos perfeccionarnos, ni ellos pueden perfeccionarse sin nosotros”. (Doctrina y Convenios 128:18)
En especial, aprecio lo que el élder Asay expresó sobre el tema:
“Me gusta pensar en el gárment como la manera en que el Señor nos permite llevar una parte del templo con nosotros al dejar Su casa.
Es cierto que llevamos desde la casa del Señor enseñanzas inspiradas y convenios sagrados escritos en nuestras mentes y corazones.
El único recuerdo tangible que llevamos con nosotros de regreso al mundo es el gárment. Y aunque no siempre podemos estar en el templo, una parte de él siempre puede estar con nosotros para bendecir nuestras vidas”.
Aunque hay muchas cosas sobre el gárment que no pueden discutirse de manera informal o fuera del templo debido a que estos temas son muy sagrados, sé que estos pocos aspectos de su simbología me han ayudado a aumentar mi comprensión del plan del Señor.
Son esos aspectos valiosos lo que me hubiera gustado saber antes de recibir mi investidura y el gárment del templo.
Fuente: LdsLiving