La segunda venida: un elemento importante y edificante del que a menudo no hablamos

Segunda Venida

Cuando estaba enseñando en BYU-Jerusalén, una de las clases que impartí fue acerca del libro de Isaías. Mientras me preparaba para mi discusión sobre los capítulos asignados de Isaías, tuve una experiencia extraordinaria que tuvo gran impacto en mí, mi enfoque sobre los últimos días y mi visión de la Segunda Venida.

Mientras estudiaba cuidadosamente Isaías 24, que relata muchas profecías con respecto a las condiciones del mundo en los últimos días, comencé a sentirme triste, casi abatido:

  • “La tierra será totalmente vaciada y enteramente saqueada” (v. 3)
  • “La tierra se lamentó, se marchitó; languideció, se marchitó el mundo” (v. 4)
  • “Y la tierra ase contaminó bajo sus moradores, porque traspasaron las leyes, cambiaron la ordenanza, quebrantaron el convenio sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron culpables; por esta causa fueron quemados los habitantes de la tierra, y quedaron pocos hombres” (v. 5-6)
  • “Todo gozo se ha apagado; se desterró la alegría de la tierra” (v. 11)
  • “Será quebrantada del todo la tierra, enteramente resquebrajada será la tierra, en gran manera será la tierra estremecida” (v. 19)
  • “Se tambaleará la atierra, oscilando como un ebrio, y se bamboleará como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá y nunca más se levantará” (v. 20)
  • “La luna se avergonzará, y el sol se abochornará” (v. 23)

escrituras

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Mientras comparaba estas profecías con otras en la Biblia, el Libro de Mormón y, Doctrina y Convenios, la tristeza y los sentimientos de un destino inminente solo se incrementaron.

Guerras. Llanto. Lamentos. Moscas. Gusanos. Carne desprendiéndose de los huesos. Ojos cayéndose de sus cuencas. Oscuridad. Fuego voraz. ¿Cuál de esas cosas te haría sentir bien? ¿Había alguna razón para vivir? ¿Existe alguna esperanza para el futuro: mi futuro, el futuro de mis hijos, el futuro de mis nietos?

Mientras observamos que muchas de las señales de los tiempos se cumplen ante nuestros ojos “guerras y rumores de guerras”, “toda la tierra estará en conmoción”, “desmayará el corazón de los hombres”, “abundará la iniquidad” (DyC 45: 26 – 27), sería fácil desanimarse, incluso sentir temor. Sin embargo, el Salvador nos aseguró: “Sed de buen ánimo, pues, y no temáis, porque yo, el Señor, estoy con vosotros y os ampararé” (DyC 68: 6).

A pesar del deterioro de la sociedad, con el rápido desgaste de los valores morales y éticos, los ataques a gran escala a la religión y los fieles, y las muchas formas en que se debilita la solidaridad y la felicidad de la familia; podemos ser optimistas, incluso felices.

“Nos encontramos en la dispensación de la plenitud de los tiempos, cuando se ha restaurado la plenitud del Evangelio y cuando el mundo se está preparando para la Segunda Venida gloriosa del Salvador.  Estos son días de expectativa, de hermosa anticipación. Estos son nuestros días”. – Élder  Neil L. Andersen

Me gusta esa frase “hermosa anticipación”. No había temor ni “pesimismo” en la contemplación de las señales de los tiempos del Élder Andersen.

¿Cómo puede suceder eso? Claramente, el Élder Andersen fue optimista porque conoce y entiende las promesas del Señor. El Salvador nos ha prometido que no solo vendrá de nuevo, sino que fortalecerá y apoyará a Sus Santos mientras enfrentan las pruebas y tribulaciones de los últimos días. Debido a esas promesas, nosotros también podemos y debemos tener esperanza, optimismo y “hermosa anticipación”.

El Élder Andersen declaró:

“Al encontrar nuestro camino en un mundo menos atento a los mandamientos de Dios, ciertamente oraremos, pero no debemos alarmarnos demasiado. El Señor bendecirá a Sus Santos con un poder espiritual adicional necesario para enfrentar los desafíos de nuestros días”.

“… A medida que el mal aumenta en el mundo, existe un poder espiritual compensatorio para los justos. Mientras el mundo disminuye su estabilidad emocional, el Señor prepara el camino para aquellos que lo buscan, al ofrecer mayor seguridad, confirmación y confianza en la dirección espiritual en la que estén viajando”.

Sentí un poco de ese “poder espiritual compensatorio” mientras estudiaba el capítulo 25 de Isaías en preparación para mi clase. La luz de esperanza y optimismo en ese capítulo pronto disiparon el pesimismo y desesperación que sentía al concentrarme en las señales de enfermedad y destrucción enumeradas en el capítulo 24.

El primer versículo me sorprendió, justo después de tanta oscuridad y desánimo.

“Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré; alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas, tus consejos antiguos son verdad y fidelidad” (Isaías 25: 1).

Luego, Isaías identificó las cosas poderosas y gloriosas que Dios hará, como prometió, a fin de bendecir a Sus hijos y consolarlos en la venida del Salvador.

“Porque fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para el menesteroso en su aflicción, amparo contra la tempestad, sombra contra el calor, porque el ímpetu de los despiadados es como tormenta contra el muro” (Isaías 25: 4).

Mientras leía las siguientes palabras, mi corazón se derritió. Un verdadero diluvio de amor y esperanza me envolvió. Me cayeron lágrimas de gozo y gratitud.

“Destruirá a la muerte para siempre, y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra, porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová; le hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Isaías 25: 8 – 9).

Segunda Venida

Muchos de mis himnos favoritos son aquellos que expresan palabras de ánimo a los fieles mientras esperan con alegría el regreso del Salvador y dan testimonio de las bendiciones prometidas que lo acompañarán.

Cuando veamos al Señor

en Su gloria descender,

dando fin a la maldad,

¡oh, qué tiempo de placer!

¡Oh, qué cantos de amor

alzaremos al Señor!

¡Oh, qué gozo reinará!

Nuestro miedo huirá.

 

Revestidos de amor

viviremos en verdad.

Cánticos de gran loor

alzaremos con bondad.

Con el mundo limpio ya,

todo ser la paz tendrá;

de amor rebosará,

y en gozo morará.

“Y tan grande será la gloria de su presencia” (DyC 133: 49). “Porque desde el principio del mundo no han escuchado los hombres, ni percibido con sus oídos, ni ha visto ojo alguno”, las escrituras testifican, “oh Dios, cuán grandes cosas has preparado para aquel que te espera” (DyC 133: 45).

¡Oh, qué promesas están en reserva para aquellos que han esperado al Señor, ya sea en la vida o en la muerte! Y, “saldrán y estarán a la diestra del Cordero cuando Él esté en pie sobre el monte de Sion y sobre la ciudad santa, la Nueva Jerusalén; y cantarán el cántico del Cordero día y noche para siempre jamás” (DyC 133: 56).

¡Oh, cómo quiero estar ahí!

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Brent L. Top y fue publicado en ldsliving.com con el título “The Second Coming: One Crucial, Uplifting Element We Don’t Often Talk About”.

Comentarios
Me gusta mucho masfe.org y muchos artículos me han ayudado ha nutrir mi testimonio. Sin embargo, algunos artículos o son demasiado avanzados espiritualmente para entenderlos o no son inspirados por el Espíritu Santo y son argumentaciones y/o razonamientos de los hombres. El Libro de Mormón, que es la clave de nuestra religión, promueve la esperanza y dice que los justos no tienen porque temer. Estas cosas no son un testimonio puro que nutre el espíritu, son razonamientos que sirven temporalmente pero a la larga tienen que comprenderse mediante el Espíritu para que cumplan su propósito divino en nuestra vida.
Mariano
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