Siento que me están obligando a servir una misión. ¿Qué debo hacer?

Dios misión

Me he reencontrado con un joven retornado que conocí hace algunos años y me ha dejado dudando de mi decisión de servir una misión. He orado y escudriñado las escrituras para poder recibir una respuesta. Decidí que no iría a la misión y también oré por esa decisión.

Cuando le di la noticia a mis padres, se enojaron bastante. Han hecho que la vida en casa sea desagradable en su esfuerzo por hacer que tome la decisión de ir a la misión. ¿Estoy tomando la decisión correcta? No quiero lastimarlos, pero si sirvo una misión ahora, será por temor.

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Respuesta

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En este momento esa decisión es muy importante para tu vida y debe tomarse a través de la oración, el ayuno, en consejo familiar, y sugeriría asesoramiento con tu obispo y posiblemente con el presidente de estaca.

Cuando leí tu pregunta, noté que ya has recibido una respuesta, y si es así, debes seguir la respuesta del Señor. Sin embargo, te brindaré algunas ideas, como si todavía estuvieras pensando qué decisión tomar, y las opciones que te ayudarán a brindarte confort y consuelo.

1. Se nos ha dicho que debemos tomar estas decisiones con oración, ayuno y estudio

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Una pregunta que entra a mi mente y corazón es: “¿Has recibido una bendición patriarcal? Si es así, ¿menciona tu bendición patriarcal algo sobre la misión?

En 1986, el presidente Thomas S. Monson dijo lo siguiente con respecto a nuestras bendiciones patriarcales:

“Una bendición patriarcal contiene literalmente capítulos extraídos de vuestro libro de posibilidades eternas”.

Si tu bendición patriarcal habla de servir una misión, es posible que debas meditar si eso significa que servirás con tu cónyuge más adelante en la vida, o si esto significa que el Señor quiere que le sirvas como misionera.

2. Habla con tus padres

Tus padres te aman y se preocupan por tu felicidad. Quieren que encuentres gozo, y no quieren que te apresures a nada que pueda causarte dolor.

Tal vez les preocupe que tu decisión de no querer servir ahora se haya tomado precipitadamente. Ellos te aman.

Expresa tu aprecio, ámalos y sus consejos. Exprésales todos los pasos que has tomado actualmente para saber por ti mismo tus respuestas del Señor.

Expresa tu aprecio por haberte enseñado cómo acercarte a Dios y que eso es exactamente lo que has estado haciendo. Si pueden ver todo lo que has hecho para recibir una respuesta por ti misma, esto podrá proporcionarles mayor seguridad.

3. Habla con tus líderes locales (obispo, presidente de estaca, o hermanas líderes que admiras)

perdonarte

Una vez que hayas hecho todo esto, una vez más vuélvete al Señor para obtener respuestas. Tu pregunta me dice que has realizado algunos de estos pasos. Te felicito.

Ahora, si realmente has estudiado, orado, ayunado y pedido consejo, y luego te volviste al Señor y Él te ha dado una respuesta, la respuesta siempre será la misma, siempre. Si el Señor confirmó tu respuesta, estás en lo cierto, y no te equivocarás al seguirlo.

Confía en las impresiones del Señor

Si no te sientes segura, sigue los pasos nuevamente hasta que te sientas cómoda con la respuesta que recibiste.

Para ser sincero, tuve una situación similar (un poco diferente pero similar) en la que recibí una decisión que sentí que era correcta, y me pareció correcta. Mi padre no estaba contento y me lo hizo saber. Me sentí frustrado. Mi padre también.

Hablé con mi líder local y él me dijo algo que tuvo mucho sentido y que se parecía a lo que pensaba mi padre. A pesar de lo que sentí, decidí hacerle caso a mi padre. Hasta el día de hoy, no estoy seguro de haber tomado la decisión correcta.

Si pudiera regresar en el tiempo, seguiría mi primera impresión, haría lo que creí y sentí que era correcto y le expresaría mi amor a mi padre. Trataría de ayudarlo a ver que mi decisión no es porque quiera darle la contra, sino lo que sentí que viene del Señor.

En ese sentido, si tienes la edad suficiente para servir una misión, tienes la edad suficiente para saber del Señor lo que es correcto para ti. Sin embargo, recuerda que tu madre y tu padre (igual que mi padre) te aman.

Permíteles ver que sabes que sus preocupaciones provienen del amor que tienen por ti y agradéceles por ello. Si no puedes ayudarlos a ver lo que el Señor ha compartido contigo, eso no es algo que podrá cambiar.

Como dice la canción de la primaria, “Haz tu lo justo por más que te cueste”, incluso si se trata de nuestros propios padres.

Fuente: askgramps.org

Comentarios
Mi opinión es que LA MISIÓN no es un reformatorio, ya debes de ir preparado física, mental y emocionalmente, personalmente y como mi opinión personal es que la misión no es para todos, tuve la oportunidad de convivir con misioneros que habían sido forzados a ir a la misión, otros habían sido presionados por sus Obispos y miembros, otros no tenian un testimonio y se vuelven una carga pesada para sus compañeros y para su presidente de misión.
Pedro KIM martínez

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