¿Qué significa realmente formar parte del “linaje escogido”?

linaje escogido

En un discurso de una Conferencia General titulado “Linaje escogido”, el Presidente Gordon B. Hinckley dijo lo siguiente sobre los jóvenes de la Iglesia:

“Los considero, jóvenes de hoy, la mejor generación que ha habido en la historia de la Iglesia. Los felicito, pues tengo en el corazón un gran sentimiento de amor, de respeto y de reconocimiento por ustedes”.

“Cada vez que me encuentro ante un grupo de ustedes, acuden a mi memoria las notables y proféticas palabras del apóstol Pedro cuando dijo: ‘Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable’” (1 Pedro 2:9).

Eso fue en 1933.

En un discurso más reciente dirigido a los jóvenes de la Iglesia, el Presidente Russell M. Nelson dijo:

“Mis amados jóvenes hermanos y hermanas, ustedes están entre lo mejor que el Señor jamás ha enviado a este mundo. ¡Ustedes tienen la capacidad de ser más inteligentes y sabios y tener un impacto más grande en el mundo que cualquier generación anterior!”

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La brecha de más de 20 años entre los dos discursos plantea la pregunta: ¿A quién se cuenta entre este linaje escogido del que Pedro predijo? Aparentemente, a todos los jóvenes que nacieron en esta dispensación final, al menos en la memoria reciente, se les dio alguna variación de este llamado a la obra.

Sin embargo, quizá esa no sea la pregunta correcta. Las personas que vivieron en 1993 tuvieron más oportunidades de reunir a Israel que ninguna generación previa y lo mismo es verdad para los que se encuentran en la Iglesia hoy.

Estamos mejor preparados para enfrentar los rigores de nuestros días mientras estamos en esta tierra. Un linaje escogido no es excluyente a una generación, literalmente. Más bien, es un título que ganan todos aquellos que trabajan dignamente en la viña del Señor en estos últimos días.

Cada uno de nosotros tiene una misión mientras esté en la tierra y si seguimos siendo dignos, cada persona ha sido escogida para hacer una parte de la obra.

En una combinación emocionante de oportunidades y necesidades, ciertos espíritus han sido retenidos de su existencia mortal hasta ahora.

“Nuestro Padre Celestial ha reservado a muchos de Sus espíritus más nobles —quizás podría decir Su mejor equipo— para esta fase final. Esos nobles espíritus —esos excelentes jugadores, esos héroes— ¡son ustedes!” (Devocional mundial con el presidente y la hermana Nelson, 2018).

Uno no debe ver muy lejos para darse cuenta de la aceleración de la obra del Señor. Desde la construcción de los templos nuevos hasta la reducción de la edad mínima para la misión y el advenimiento de las nuevas tecnologías, todo les presenta a los fieles de hoy oportunidades para reunir al pueblo del Señor de una manera inigualable en la historia del mundo.

“Mis queridos jóvenes hermanos y hermanas, ciertamente estos son los últimos días, y el Señor está acelerando Su obra para recoger a Israel. Ese recogimiento es lo más importante que se está llevando a cabo hoy en la tierra. Nada se le compara en magnitud, nada se le compara en importancia, nada se le compara en majestad. Y si eligen hacerlo, si lo desean, pueden formar gran parte de él. Pueden formar parte de algo grandioso, algo espectacular, ¡algo majestuoso!” – Presidente Nelson

Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos

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Sin embargo, ser un miembro de la Iglesia tampoco significa la inclusión automática entre “los escogidos”. A lo largo de las Escrituras, se nos dice varias veces que muchos son los llamados, pero pocos son los escogidos. En su devocional, el Presidente Nelson les extendió una invitación a los jóvenes de la Iglesia, no una promesa:

“¿Están dispuestos a alistarse en el batallón de jóvenes del Señor para ayudar a recoger a Israel? Por favor, piensen en ello; no respondan por el momento”.

Si bien podemos tener nuevas herramientas y capacidad que dar a la obra del Señor, también somos tentados por la maldad más insidiosa que el mundo haya conocido.

“En muchos aspectos, el mundo actual es más difícil de lo que era hace 13 años. Nuestros jóvenes y jovencitas tienen muchas más distracciones que los desvían de sus preparativos tanto para la misión como para una futura vida feliz. La tecnología se ha expandido y casi todo el mundo tiene acceso a un dispositivo móvil que puede captar la atención de la familia humana de Dios para hacer mucho bien o mucho mal”.  – Élder M. Russell Ballard

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Sin embargo, también somos extremadamente bendecidos con los lujos de hoy, muchos de los cuales permiten acelerar la obra:

“En la actualidad, disfrutamos de más comodidades, de más oportunidades, de más beneficios de la ciencia y de la investigación que cualquier otra generación de la historia de la tierra. Ha habido más descubrimientos científicos a lo largo de mi vida que en todos los años anteriores de la historia de la humanidad. No sé por qué he sido tan altamente bendecido al haber nacido en este tiempo tan favorecido; pero estoy agradecido, profundamente agradecido y espero que vosotros también lo estéis”. – Gordon B. Hinckley

Nosotros, todos nosotros, debemos calificar para formar parte de este linaje escogido. La designación tiene menos que ver con la edad y más con cómo nos comprometemos con la obra de Dios.

Con respecto a la escritura que encontramos en DyC 121: 34 – 35, el Élder David A. Bednar dijo en su discurso de la Conferencia General de abril de 2005:

“Dios no tiene una lista de personas favoritas a la que esperamos que algún día se añada nuestro nombre. Él no limita ‘los escogidos’ a unos cuantos; por el contrario, son nuestro corazón, nuestras aspiraciones y nuestra obediencia lo que definitivamente determina si somos contados entre los escogidos de Dios”.

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Daedan Olander y fue publicado en ldsliving.com con el título “What Does It Really Mean to Be a Part of the Chosen Generation?

Comentarios
Exelente enseñanzas, fue de bendición a mi vida...
Rodolfo.
Tengo entendido que las iglesias que andan sueltas sin que nadie las fiscaliza puede ser muy peligrosas para los creyentes y deben estar afiliadas a los concilios. Es mi manera de pensar. Gracias.
Hernando Garcia
Dios siempre tiene un pueblo que guarda sus mandamientos y tiene la Fe de Jesus y se llama remanente, orar mucho para ser parte de ese precioso pueblo..
Eliana

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