La manera en que hablamos de las ordenanzas del templo influye mucho en cómo las entendemos.
En un episodio del podcast Magnify, la autora Melinda Brown, compartió la manera más adecuada de hablar sobre la ordenanza de la investidura.
La autora compartió:
“Cuando decimos ‘recibir mi propia investidura’ en lugar de ‘tener la investidura’, a mi parecer, suena mucho mejor y más bonito. Es una forma más refinada de hablar de ello porque muestra nuestra disposición a aceptarla y dejar que se convierta en parte de nosotros. Lo vemos como una responsabilidad sagrada de apreciar y aceptar este don”.
Salón de instrucción del Templo de Roma, Italia. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Melinda señala que cuando somos confirmados después del bautismo, se nos bendice para “recibir” el don del Espíritu Santo. Se nos enseña que el don se vuelve significativo y poderoso a medida que aprendemos de este, en otras palabras, tener el Espíritu Santo con nosotros no es algo que suceda inmediatamente.
En una devocional de Brigham Young University, el profesor Anthony Sweat, compartió cómo este principio también se aplica en la investidura:
“No se nos inviste completamente con poder en unas pocas horas. Si entendemos que la investidura es una capacidad espiritual, entonces necesitamos desarrollar esa capacidad con el tiempo mediante la búsqueda fiel del entendimiento y la vivencia diligente de los conceptos y los convenios presentados en la ceremonia de la investidura del templo”.
¿Por qué decimos “guardar” nuestros convenios?
Templo de Salta, Argentina. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Melinda también discutió dos frases comunes usadas por los Santos de los Últimos Días: “guarda tus convenios” y “guarda los mandamientos”.
¿De dónde viene la palabra “guardar”? La respuesta puede sorprenderte e inspirarte, Melinda comparte:
“Antiguamente y bíblicamente, si volvemos al hebreo, la palabra hebrea ‘shemar’ es compleja. Creo que la razón por la cual los traductores de las escrituras históricamente han elegido ‘guardar’ para la traducción al español es porque está muy relacionada con el concepto de ‘vigilar’, por ejemplo, un rebaño de ovejas.
De hecho, muy antiguamente, toda la idea de un redil de ovejas estaba envuelta en esa palabra shemar. Se trata realmente de pastorear esto que es valioso y precioso para ti”.
Salón de sellamientos del Templo de Taylorsville, Utah. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Algunos estudiosos sugieren que la palabra ‘guardar’ en las Escrituras significa apreciar o aceptar. Así que, en lugar de ver los convenios como restricciones, listas de verificación, o estándares contra los que nos castigamos si no cumplimos, se convierten en algo para apreciar.
Los convenios son un don que Dios nos ofrece; un don que, si se abraza, nos ayudará a alcanzar nuestro potencial divino.
¿Por qué importa ver los convenios como un don?
Pasillo en el Templo de Puebla, México. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Ver los convenios como un don que se puede apreciar abre la puerta a una relación más personal con Dios.
“Piensa en la forma especial en que puedes hacer esto, [de apreciarlo]. ¿Cuál es tu forma de honrarlo? Puede ser más personal y más relacional.
Más que nada, el aprendizaje al estilo del templo [y] la adoración en el templo están destinadas a ser expansivas. Abre tu mente a nuevas cosas que nunca dejan de sorprenderte, son posibilidades de crecimiento infinito cuando se nos invitan a pensar de manera más amplia.”
Fuente: LDS Living
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