El matrimonio y la familia son doctrinas centrales en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, según enseñó el élder Boyd K. Packer:
“El objetivo principal de todas las enseñanzas y actividades de la Iglesia es que los padres y sus hijos sean felices en el hogar, estén sellados en un matrimonio eterno y estén unidos a sus antepasados”.
Sin embargo, para algunas personas, esta no es su realidad. Tal vez, un cónyuge quebrantó los convenios del templo de alguna manera. ¿Ahora qué? ¿Qué pasa con el cónyuge que se mantiene fiel? Y ¿Qué pasa con sus hijos?
Estas situaciones pueden resultar confusas o desgarradoras para los involucrados. Especialmente, porque los líderes de la Iglesia hablan con frecuencia con respecto a lo ideal.
Si bien el sellamiento en el templo de una pareja fiel a sus convenios es lo ideal, no debemos preocuparnos de que todo esté perdido si no tenemos lo ideal en este momento.
Solo necesitamos tener fe en nuestro Padre Celestial y en Su plan para nosotros. Déjame explicártelo.
El matrimonio y por qué es importante
El convenio matrimonial es, en los términos más simples, la unión de un hombre y una mujer en sociedad con Dios, según La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El hombre y la mujer hacen un convenio entre sí y con Dios.
En el sellamiento del templo, si tanto el esposo como la esposa son fieles y leales a sus convenios y a los mandamientos de Dios, podrán vivir juntos como esposo y esposa con sus hijos en la presencia de Dios. Esa es la exaltación. El élder L. Tom Perry enseñó:
“Toda la teología de nuestro Evangelio restaurado gira en torno a la familia y al nuevo y sempiterno convenio del matrimonio”.
Creemos que cada uno de nosotros es verdaderamente un hijo o una hija espiritual de nuestro Padre Celestial, y que vivimos con Él antes de venir a la Tierra.
Creemos que el matrimonio y los lazos familiares pueden continuar más allá de la muerte, si se realizan bajo la debida autoridad en Sus templos. En resumen, el élder Perry dijo:
“Creemos… que las familias tradicionales fuertes no sólo son la unidad básica de una sociedad estable, de una economía estable y de una cultura de valores estable, sino que también son la unidad básica de la eternidad y del reino y el gobierno de Dios.
Creemos que la organización y el gobierno de los cielos se establecerán en torno a la familia y a todos los parientes”.
La familia es la unidad fundamental de la Iglesia y de la sociedad. Asimismo, la base de una familia fuerte es un matrimonio fuerte.
Las bendiciones de estar sellado en el templo
Las bendiciones relacionadas con el matrimonio en el templo se describen en Doctrina y Convenios 132: 19-20, que dice:
“Y además, de cierto te digo, si un hombre se casa con una mujer por mi palabra, la cual es mi ley, y por el nuevo y sempiterno convenio, y les es sellado por el Santo Espíritu de la promesa, por conducto del que es ungido, a quien he otorgado este poder y las llaves de este sacerdocio, y se les dice: Saldréis en la primera resurrección… y heredaréis tronos, reinos, principados, potestades y dominios, toda altura y toda profundidad”.
Los hijos que nacen de una pareja que se selló en el templo, nacen en el convenio. Los padres cuyos hijos nacieron después de su sellamiento en el templo pueden sellarlos a ellos.
Los hijos y los padres tienen todas las bendiciones y privilegios del sellamiento del templo. El presidente Russell M. Nelson enseñó:
“Mientras que la salvación es un asunto individual, la exaltación es un asunto familiar. Sólo quienes se hayan casado en el templo y cuyo matrimonio esté sellado por el Santo Espíritu de la promesa continuarán como cónyuges después de la muerte y recibirán el más alto grado de gloria celestial o la exaltación”.
Cuando un esposo y una esposa se sellan en el templo, sus convenios no solo los unen el uno al otro, sino también a sus hijos. De modo que los convenios del templo nos permiten estar unidos a nuestros antepasados y a nuestros descendientes en una gran cadena humana.
Convenios quebrantados
Vivimos en un mundo caído con personas imperfectas que cometerán errores. Sin embargo, gracias a la expiación del Salvador, podemos arrepentirnos y ser perdonados.
Asimismo, podemos ser sanados cuando nos hieren los errores de otros. Incluso los errores que afectan negativamente a los matrimonios y los convenios del templo.
A veces, sin embargo, el matrimonio no puede sobrevivir cuando uno de los cónyuges no es fiel a sus convenios. ¿Qué significa eso para el cónyuge que se ha mantenido fiel? El presidente Nelson explicó:
“Si estás casado(a) y tu cónyuge ha quebrantado sus convenios, el estar dispuesto(a) a dejar que Dios prevalezca en tu vida permitirá que tus convenios con Dios permanezcan intactos. El Salvador sanará tu corazón quebrantado. Los cielos se abrirán a medida que busques saber cómo seguir adelante. No es necesario que andes a la deriva ni que dudes”.
Los que permanezcan fieles a sus convenios recibirán las bendiciones prometidas. El Manual de la Iglesia dice:
“Con frecuencia los miembros que están divorciados pero siguen sellados a su cónyuge anterior se sienten preocupados porque el sellamiento sigue vigente
El sellamiento no será obligatorio después de esta vida mortal, ni para el hombre ni para la mujer.
Si se quebrantan los convenios del templo y no tiene lugar el arrepentimiento, el sellamiento entre el esposo y la esposa queda revocado.
Sin embargo, quienes guarden sus convenios retendrán las bendiciones individuales que proporciona el sellamiento. Tal es el caso aunque un cónyuge quebrante los convenios o renuncie al matrimonio”.
Sin embargo, este es solo el caso si no se ha cancelado el sellamiento. Una vez que la Primera Presidencia aprueba la cancelación de un sellamiento, las bendiciones individuales relacionadas con ese sellamiento ya no estarán vigentes.
Sellamiento cancelado
Una pareja que se divorcia civilmente no recibe automáticamente un divorcio en el templo ni la cancelación de su sellamiento.
La cancelación de un sellamiento debe solicitarse y solo puede ser aprobada por la Primera Presidencia. El presidente Gordon B. Hinckley dijo:
“La responsabilidad más pesada que tengo es emitir juicios sobre las solicitudes de cancelación de los sellamientos del templo después de un divorcio civil.
Cada caso se considera por sus méritos individuales. Oro por sabiduría, por la dirección del Señor al tratar con los convenios sagrados hechos en los entornos más sagrados y de naturaleza eterna”.
Una mujer que se ha sellado previamente debe recibir la cancelación de ese sellamiento antes de poder sellarse a otro hombre en esta vida.
Un hombre que se divorcia de una mujer a la que se selló debe recibir una autorización de sellamiento de la Primera Presidencia antes de que pueda sellarse a otra mujer. Sin embargo, no necesita solicitar la cancelación de su sellamiento anterior.
Los hijos que nacieron en el convenio o se sellaron a sus padres seguirán sellados a ellos incluso si el sellamiento de sus padres se cancela posteriormente.
Fe en el plan de Dios
Nuestro Padre Celestial es amoroso y justo. Sabía que todos cometeríamos errores y que algunos errores lastimarían a los inocentes. Algunos errores llevarían al divorcio y la separación de familias. Sin embargo, la promesa del evangelio es que todo estará bien al final. El presidente Nelson enseñó:
“Todos debemos recordar que, en el debido tiempo del Señor, no se privará a Sus santos fieles de ninguna bendición. El Señor juzgará y recompensará a cada persona según los deseos sinceros de su corazón así como por sus acciones”.
Solo necesitamos tener fe en Sus promesas. Como dijo el élder Jeffrey R. Holland:
“Algunas bendiciones nos llegan pronto, otras llevan más tiempo, y otras no se reciben hasta llegar al cielo; pero para aquellos que aceptan el Evangelio de Jesucristo, siempre llegan. Todo saldrá bien al final. Confía en Dios y ten fe en que cosas buenas están por venir”.
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Fuente: Third Hour