Desde sus primeros días, la Sociedad de Socorro ha sido un grupo de mujeres que se preocupa por los demás y les sirve con compasión. Tal como dijo recientemente la presidenta Jean B. Bingham:
“La Sociedad de Socorro no es solo un grupo social: la Sociedad de Socorro es una forma organizada de satisfacer las necesidades”.
Cuando visites a las hermanas que ministras, piensa en sus necesidades emocionales y espirituales, así como en las temporales. Si necesitan un mensaje inspirador, ¡aquí hay siete citas que podrías enviarles por mensaje de texto o en una tarjeta impresa!
Jean B. Bingham
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“Podemos traer la luz del Evangelio a nuestros hogares, escuelas y lugares de trabajo si buscamos y compartimos cosas positivas sobre los demás y dejamos que desaparezca lo que no sea del todo perfecto. El corazón se me llena de gratitud cuando pienso en el arrepentimiento que nuestro Salvador, Jesucristo, ha hecho posible para todos los que inevitablemente hemos pecado en este mundo imperfecto y a veces difícil”.
Reyna I. Aburto
“Mediante la redentora expiación y la gloriosa resurrección de Jesucristo, los corazones quebrantados pueden ser sanados, la angustia puede convertirse en paz y la aflicción puede convertirse en esperanza”.
Sharon Eubank
“Cuando las expectativas nos abruman, podemos dar un paso atrás y preguntar al Padre Celestial qué es lo que debemos dejar de lado. Parte de nuestra experiencia en la vida es aprender qué no hacer; pero incluso así, a veces la vida puede ser agotadora.
El Salvador nos asegura: ‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar’.
Cristo está dispuesto a unirse al yugo y tirar con nosotros a fin de aligerar nuestras cargas. Cristo es descanso”.
Julie B. Beck
“Pueden despertar cada día con ansia de nuevas aventuras y con un fulgor perfecto de esperanza ante ustedes, porque tienen un Salvador”.
Linda K. Burton
“Todas tenemos cargas que sobrellevar y cargas para compartir.
La invitación de llevar las cargas los unos de los otros es una invitación a guardar nuestros convenios.
El consejo de Lucy Mack Smith a las primeras hermanas de la Sociedad de Socorro es más relevante hoy que nunca antes:
‘Debemos atesorarnos unas a otras, velar unas por otras, consolarnos unas a otras y adquirir conocimiento a fin de que todas nos sentemos juntas en el cielo’.
¡Ésa es la mejor forma de guardar nuestros convenios y de ser buenas maestras visitantes!”
Mary Ellen Smoot
“Es el momento de entregarnos al Maestro y dejarlo que nos guíe a campos fructíferos donde podamos enriquecer un mundo lleno de obscuridad y sufrimiento.
Cada una de nosotras, no importa quiénes seamos ni dónde prestemos servicio, debemos erguirnos y aprovechar al máximo cada oportunidad que se nos presente.
Debemos seguir el consejo del Señor y de sus siervos y hacer de nuestro hogar una casa de oración y un cielo de seguridad.
Podemos y debemos profundizar nuestra fe al aumentar nuestra obediencia y nuestro sacrificio. En este proceso individual se producirá un milagro”.
Bonnie D. Parkin
“La gratitud es un principio lleno del Espíritu; nos hace reconocer un universo en el que está presente la riqueza de un Dios viviente; mediante ella llegamos a ser espiritualmente conscientes de la maravilla de las cosas más insignificantes, las cuales alegran nuestro corazón con sus mensajes del amor de Dios.
Este agradecido reconocimiento intensifica nuestra sensibilidad a la guía divina.
Cuando expresamos gratitud, nos llenamos del Espíritu y nos conectamos a las personas que nos rodean y a Dios.
La gratitud inspira felicidad y conlleva la influencia divina.
‘… [vivid] cada día en acción de gracias’, dijo Amulek, ‘por las muchas misericordias y bendiciones que él confiere sobre vosotros’”.
Fuente: LDS Living