Una guía para el día de tu bautismo en la Iglesia de Jesucristo

Parece que las felicitaciones están en orden si estás leyendo este artículo 🤭

Tu bautismo es el comienzo de tu viaje como discípulo o discípula de Jesucristo. Si haces todo lo posible por seguirlo, será un viaje maravilloso.

Mi objetivo al escribir este artículo es explicarte en detalle lo que posiblemente desees saber sobre el día de tu bautismo.

Quiero ayudarte a eliminar los nervios y la inseguridad para que puedas concentrarte en Jesucristo, la bendición del perdón y el Espíritu Santo que estás a punto de recibir.

¿Qué ropa debo usar para mi bautismo?

Los bautismos se llevan a cabo en el edificio de la Iglesia y hay una breve reunión como parte de la ceremonia del bautismo, que incluye un par de discursos y canciones.

Como tal, se recomienda usar la ropa normal de Iglesia, la que se usa los domingos, para tu bautismo. Por lo general, será una camisa blanca y una corbata para los hombres o un vestido o falda para las mujeres.

Si no tienes esa ropa, ¡no hay problema! Puedes ponerte tu ropa de diario, unos jeans, una camiseta, aquello que te permita sentir comodidad.

También te sugiero que lleves lo siguiente:

• Una mochila o un bolso de mano para que guardes ahí lo que mencionaré.
• Un par adicional de ropa interior, ya que te vas a mojar en el bautismo y querrás usar ropa interior seca después de salir.
• En el caso de las mujeres, deben llevar lo que necesiten para peinarse o maquillarse después de mojarse.
• Una bolsa de plástico donde puedas guardar tu ropa mojada después de bautizarte.

Cuando llegues a tu bautismo, los misioneros te darán tu ropa bautismal, que es un enterizo blanco de tela gruesa que no trasluce. La ropa blanca simboliza la pureza.

Eso es lo que usarás para bautizarte. Debes ponerte esta prenda antes de que comience la reunión y usarla durante la pequeña reunión previa al momento del bautismo.

Puedes cambiarte en el baño o vestidor privado que está conectado a la pila bautismal. Debes ponerte la ropa bautismal encima de tu ropa interior, lo demás puedes guardarlo en tu mochila.

Oh, lo olvidaba, puedes dejar tus pertenencias en el cambiador, ya que después del bautismo volverás para que te pongas ropa seca; es decir, lo que tenías puesto cuando llegaste a la Iglesia y el segundo par de ropa interior que llevaste.

Se recomienda a las mujeres no tomar demasiado tiempo maquillándose o peinándose después del bautismo, ya que habrá personas esperando para el resto de la reunión de bautismo.

¿Qué sucede en la reunión de bautismo?

Una vez que ingreses a la Iglesia y te vistas, comenzará la reunión de bautismo. Por lo general, la reunión la preside un miembro del obispado de tu barrio (congregación) local. Esa persona se pondrá de pie y comenzará la reunión, y dará la bienvenida a todos.

Luego, habrá un himno de apertura, una oración, uno o dos discursos breves de 5 a 10 minutos sobre el bautismo y el Espíritu Santo.

Entonces, será el momento de la ordenanza del bautismo. Entrarás a la pila y te bautizarás. Después, irás al vestidor privado para cambiarte.

Tras prepararte y volver a salir, habrá un testimonio de alguien presente, un himno de clausura y una oración.

Después del bautismo, la gente suele hablar unos minutos y luego se va a casa.

La ceremonia de bautismo es sencilla. Lo milagroso sucede entre tú y Dios.

¿Cómo será mi bautismo?

Cuando llegue el momento de tu bautismo en medio de la reunión, te levantarás y caminarás por el vestidor y bajarás a la pila bautismal. Por lo general, el agua está a temperatura ambiente.

La persona que te va a bautizar bajará a la pila antes que tú para ayudarte a colocarte en la posición correcta para el bautismo. Te ubicará en una distancia prudente de la pared trasera para que puedas doblar tus rodillas en el agua y tus manos estén en una posición fácil para sostenerte.

No necesitas preocuparte por cómo van las manos porque la otra persona te indicará qué hacer, pero te lo explicaré de todos modos.

Extiendes tu brazo derecho y la persona que te va a bautizar sujetará tu muñeca. Luego, simplemente colocas tu mano derecha sobre su antebrazo para que puedas sostenerte. Puedes cerrar el puño con la mano izquierda o mantenerla abierta.

La posición de las manos es solo para ayudarte a bajar y subir del agua.

La persona que te va a bautizar levantará su mano derecha y dirá la bendición bautismal:

“[Tu nombre completo], habiendo sido comisionado por Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Luego, doblas las rodillas y vuelves a bajar al agua. El agua de la pila suele estar muy alta, así que no tienes que agacharte mucho. Te agarras del brazo de la persona que te está bautizando y ella te sostendrá la espalda para ayudarte a levantarte.

Tienes que sumergirte completamente en el agua. Si accidentalmente levantas un pie, o si tu cabello no se moja del todo, el bautismo se repetirá hasta que te hayas sumergido totalmente.

Jesucristo nos mostró la importancia del bautismo por inmersión completa en el agua cuando se bautizó en un río.

¿Quién estará allí? ¿Quién puede ir a mi bautismo?

Todos son bienvenidos a tu bautismo. Puedes invitar a amigos, familiares y otras personas, ya sean miembros de la Iglesia o no.

Asimismo, los misioneros estarán allí y habrá algunos miembros del barrio que quieran brindar apoyo.

Sin embargo, el bautismo en sí puede involucrar tan solo a cuatro personas: dos testigos, la persona que se bautiza y la persona que realiza el bautismo.

¿Puedo elegir quién me bautizará?

Sí, puedes elegir quién te bautizará.

Todos los poseedores dignos del sacerdocio que tengan el oficio de presbítero pueden realizar un bautismo. Básicamente, eso significa que cualquier poseedor del sacerdocio que tenga al menos 16 años y que sea digno, puede bautizarte.

Puedes elegir a uno de los misioneros, un amigo o un miembro de la congregación local para que te bautice.

Recibir el don del Espíritu Santo (Confirmación)

Con frecuencia, hablamos del bautismo como un evento independiente.

Sin embargo, después de ser sumergido en el agua para obtener la remisión de tus pecados debido a tu obediencia, recibes un regalo de Dios. Es decir, el don del Espíritu Santo.

A veces, las personas reciben el Espíritu Santo justo después de bautizarse, en la misma reunión. Generalmente, ese es el caso de los niños de 8 años.

No obstante, usualmente, a los conversos adolescentes o adultos, se les otorga el don del Espíritu Santo durante la reunión sacramental del siguiente domingo. Esto para que la congregación esté presente y le dé la bienvenida al nuevo miembro.

Los hermanos que posean el Sacerdocio de Melquisedec pueden conferir el don del Espíritu Santo.

Te invitarán a pasar al estrado, te sentarás en una silla y la persona que te dará el don del Espíritu Santo colocará sus manos sobre tu cabeza. Otros poseedores del sacerdocio también vendrán y se pondrán de pie en un círculo a tu alrededor y colocarán sus manos suavemente sobre tu cabeza.

La persona que habla en la bendición dirá su nombre completo y que las personas que están realizando la bendición tienen la autoridad de Dios. Luego, dirá que te confirma como miembro de la Iglesia y pronunciará las palabras, “recibe el Espíritu Santo”.

Asimismo, expresará otras bendiciones que Dios quiere que recibas.

Durante la bendición, solo tienes que inclinar la cabeza como si estuvieras orando y decir amén cuando termine. Luego, te pones de pie, das la mano a los hermanos del círculo y vuelves a tu lugar.

Después del bautismo

¡Ahora eres miembro de la Iglesia de Jesucristo! Pero, aunque el bautismo sea el medio por el que entramos a la senda del Señor, es solo el comienzo de un viaje, no el destino.

Debes seguir perseverando para que logres un progreso significativo en tu vida espiritual.

Recibirás llamamientos, vendrán desafíos, sentirás dudas, pero ese será el momento justo para que le des tiempo al Espíritu para que te enseñe. Escúchalo.

Un consejo que te puedo dar es que, aunque las cosas se pongan difíciles, no dejes de ir a la Iglesia ni de orar ni leer las escrituras ni de ser obediente porque si lo haces, solo estarás dando cabida al enemigo para que destruya la obra que Dios hizo en ti.

Recuerda siempre que eres un hijo o una hija de Dios con un destino eterno, lleno de felicidad y muchas bendiciones. No debes dejar que el enemigo te venza.

Me siento muy feliz por la decisión que tomaste. Estás cerca de experimentar un gran cambio en tu vida y la de tus futuras generaciones.

Fuente: Purpose in Christ

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