10 bendiciones que se nos prometen si magnificamos nuestros llamamientos

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La dirección que debemos seguir para magnificar nuestros llamamientos puede ser ambigua y exigente.

En un discurso que el Presidente Thomas S. Monson dio en 2006, definió el magnificar nuestros llamamientos de la siguiente manera:

“Magnificar significa honrar, exaltar y glorificar, y hacer que se tenga en mayor estima o respeto; también significa aumentar la importancia de algo, ampliarlo y hacerlo más grande”.

“En una ocasión se le preguntó al profeta José Smith: ‘Hermano José, usted frecuentemente nos insta a magnificar nuestros llamamientos. ¿Puede explicarnos lo que eso significa?’. Se dice que la respuesta fue: ‘Magnificar el llamamiento es sostenerlo en alto con dignidad e importancia, de tal manera que la luz del cielo traspase nuestro desempeño ante la vista de los hombres’”.

Si bien a veces es difícil, sabemos que somos bendecidos cuando hacemos lo que nos pide el Señor.

A continuación, mencionaremos 10 maneras específicas en las que el Señor ha prometido bendecirnos si magnificamos nuestros llamamientos:

1. El Padre Celestial nos ayudará a cumplir con nuestros llamamientos

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El artículo de la Liahona de julio de 2013 titulado “A quien el Señor llama, Él capacita”, dice:

“El Señor nos ayudará en nuestros llamamientos, especialmente cuando nos sintamos abrumados por las responsabilidades. Cuando oremos para suplicar la guía del Padre Celestial, Él nos dirigirá por medio de la inspiración y nos bendecirá para que prestemos un buen servicio. El Señor ayuda a aquellos que le sirven y unirá Su poder a los esfuerzos de ellos (véase D. y C. 84:88). Tal como prometió el presidente Thomas S. Monson: ‘…cuando estamos al servicio del Señor, tenemos derecho a recibir Su ayuda. Recuerden que a quien el Señor llama, el Señor prepara y capacita’”.

2. Vamos a tener mayores oportunidades y los ángeles prepararán nuestro camino

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El Presidente Dieter F. Uchtdorf, en su discurso de 2017, “El anhelo de volver a casa”, dice:

“Aquellos que aman y sirven a Dios y a sus semejantes, y participan en Su obra humilde y activamente, verán suceder cosas maravillosas en su vida y en la vida de sus seres queridos”.

“Las puertas que parecían estar cerradas se abrirán”.

“Ángeles irán delante de ellos y prepararán el camino”.

“Sin importar la posición que ocupen en la comunidad o en la Iglesia, Dios obrará por medio de ustedes si están dispuestos; Él magnificará sus deseos justos y convertirá las acciones caritativas que siembren en una abundante cosecha de bondad”.

3. Experimentaremos crecimiento espiritual

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El Presidente Dieter F. Uchtdorf, en su discurso de 2008 titulado “Impulsen desde donde estén”, dijo:

“Ningún llamamiento es indigno de nosotros. Cada uno de ellos nos ofrece la oportunidad de servir y de progresar. El Señor organizó la Iglesia de una manera que proporciona a cada miembro la oportunidad de servir, la cual, a su vez, conduce al crecimiento espiritual de la persona. Sin importar de qué llamamiento se trate, les insto a verlo como una oportunidad no sólo de fortalecer y bendecir a los demás, sino también de llegar a ser lo que nuestro Padre Celestial desea que lleguen a ser…”

“No obstante, a veces no escuchamos el resto de lo que el Señor nos está diciendo: ‘Aunque eres digno de servir en este llamamiento, no es el que Yo he escogido para ti. En lugar de ello, Yo deseo que impulses desde donde estés’. Dios sabe lo que es mejor para nosotros”.

4. Seremos hallados sin mancha en el postrer día

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Jacob 1: 19 dice:

“Y magnificamos nuestro oficio ante el Señor, tomando sobre nosotros la responsabilidad, trayendo sobre nuestra propia cabeza los pecados del pueblo si no le enseñábamos la palabra de Dios con toda diligencia; para que, trabajando con todas nuestras fuerzas, su sangre no manchara nuestros vestidos; de otro modo, su sangre caería sobre nuestros vestidos, y no seríamos hallados sin mancha en el postrer día”.

5. Seremos santificados por medio del Espíritu

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DyC 84:33 dice:

“Porque quienes son fieles hasta obtener estos dos sacerdocios de los cuales he hablado, y magnifican su llamamiento, son santificados por el Espíritu para la renovación de sus cuerpos”.

6. Heredaremos la vida eterna

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Colosenses 3: 22 – 24 dice:

“Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”.

7. Nuestras necesidades serán atendidas

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2 Corintios 9: 6 – 8, dice:

“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en abundancia, en abundancia también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”.

8. Habremos magnificado el poder del sacerdocio en nuestras vidas

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El Presidente Gordon B. Hinckley en su discurso de la Conferencia General de 1989 titulado “Magnifica tu llamamiento”, dijo:

“Cada uno de nosotros es responsable del bienestar y del progreso espiritual de otras personas. No vivimos sólo para nosotros. Para poder magnificar nuestros llamamientos, no podemos vivir sólo para nosotros. Magnificamos nuestro sacerdocio si servimos con diligencia, si enseñamos con fe y demostramos que tenemos un testimonio; si inspiramos y fortalecemos y ayudamos a tener convicciones correctas a los que nos rodean y somos capaces de influenciar. Si en cambio vivimos sólo para nosotros y servimos a regañadientes, si hacemos nuestra obra a medias, restamos importancia a nuestro sacerdocio igual que al mirar del lado contrario de los binoculares reducimos la imagen y los objetos parecen alejarse”.

9. Se nos dará la oportunidad de ayudar a los que están más allá del velo

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El entonces Élder Henry B. Eyring, en su discurso de la Conferencia General titulado “Elévense a la altura de su llamamiento”, dijo:

“Su llamamiento tiene consecuencias eternas para otras personas y para usted. Puede que en el mundo venidero miles de personas le llamen bienaventurado, incluso un número mayor de las que usted haya servido aquí, pues serán los antepasados y los descendientes de aquellos que escogieron la vida eterna gracias a algo que usted dijo, hizo o incluso fue”.

10. Tendremos al Espíritu Santo con nosotros

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En el mismo discurso, el entonces Élder Eyring dijo:

“El Señor magnificará lo que usted diga y haga ante los ojos de la gente a la que preste servicio. Él enviará al Espíritu Santo para manifestarles que lo que usted ha dicho es verdad. Sus palabras y hechos portarán esperanza y brindarán dirección a la gente más allá de su capacidad natural y de su propio entendimiento. Ese milagro ha sido la marca distintiva de la Iglesia del Señor en cada dispensación, y está tan integrada en su llamamiento que puede que usted hasta lo dé por sentado”.

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Daedan Olander y fue publicado en ldsliving.com con el título “10 Wonderful Promised Blessings If We Magnify our Callings”.

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Muy espiritual grasias y muchas bendiciones
Willians L reyes

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