Cómo Dios ayudó a la primera misionera de habla persa a servir en una misión

oración

En su país natal, el deseo de Roohina Arya de seguir a Jesucristo significaba arriesgar su vida.

Simplemente, “desear creer” significaba someterse a abuso físico. Entonces, al llegar a los Estados Unidos y descubrir el evangelio de Jesucristo, Arya quiso bautizarse.

Pero, los misioneros le dijeron que debido a que estaba en los Estados Unidos con una visa de visitante y tal vez tuviera que regresar a su país de origen, no sería seguro que se bautizara.

Arya se sintió herida y enojada. No quería volver a hablar con los misioneros. Sin embargo, luego, decidió leer el Libro de Mormón.

El siguiente es un extracto de la historia de cómo Arya ha abrazado el evangelio de Jesucristo desde entonces.

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Roohina Arya: Abrí el Libro de Mormón en Moroni 7: 33:

“Cristo ha dicho: Si tenéis fe en mí, tendréis poder para hacer cualquier cosa que me sea conveniente”. 

Leer ese pasaje me trajo mucha paz. Me di cuenta de que tenía que corregir la forma en que hacía mis oraciones. Hasta ese momento, estaba ordenándole cosas a Dios.

Le decía: “Dios, quiero que esto suceda”. Pero, me di cuenta de que no debía continuar así, ya que Dios permite que suceda lo que es conveniente.

Entonces, me arrodillé inmediatamente. Creo que esa fue la primera oración correcta que hice en mi vida. Le dije, “Si deseas que esto suceda, haz que suceda”.

Al día siguiente, mi cuñado me ayudó a llamar a muchas personas y, finalmente, obtuve la aprobación para bautizarme.

Morgan Jones: Increíble. Me encanta que hayas abierto el Libro de Mormón justo en ese pasaje de Moroni.

Recientemente, estaba leyendo las Escrituras y esa palabra me llamó la atención.

La busqué en el diccionario porque pensé, ¿qué significa esa palabra? Hay diferentes definiciones, pero una de ellas dice:

“Conduce a la ventaja o al interés, en contraposición a lo correcto”. 

Yo entiendo esto como algo que te ayudará a avanzar en tu vida. Dios puede ayudarnos a preparar un camino para lograrlo. Amo ese pensamiento.

Así que pudiste bautizarte y, poco después, decidiste servir en una misión, ¿cierto?

Roohina Arya: Sí, es verdad. Pasó un año y, un día, pensé que podía hacer algo más.

¡Fue una locura! Le pregunté a mi hermana si estaría bien que me convirtiera en una misionera de tiempo completo. Ella dijo que sí.

Entonces, fui a hablar con el obispo y me entregó inmediatamente unos papeles. Dijo:

“¡Eso es muy genial! Debes completar estos documentos y cuando termines, vuelves”. 

Cuando llegué a casa, le mostré los papeles a mi cuñado y él inmediatamente comenzó a reírse de mí y me dijo:

“Chica, estás loca. Has tenido dolor de muelas durante dos años; ni siquiera puedes solucionarlo porque no tienes seguro ni dinero. 

Ahora, si quieres ir a la misión, aquí dice que tienes que hacerte chequeos. Ya sabes, para tus dientes, vacunas, ¿cómo vas a conseguir todo ese dinero?”

No sabía cómo conseguiría el dinero. Pero, inmediatamente hice una oración. Le pregunté a Dios si ir a la misión era lo que debía hacer. Si era Su voluntad, que hiciera que sucediera.

certezas mundo incierto

Al día siguiente, comencé a buscar y encontré un seguro muy barato para mujeres de bajos ingresos.

Nadie podía creerlo, pero terminé esos papeles en menos de una semana.

El siguiente domingo, le entregué los papeles a mi obispo, y él solo me miró y dijo: “Eso fue rápido”.

Nadie podía creerlo. Solo porque Dios lo quiso, lo hizo posible, y estoy muy agradecida por ello.

Serví mi misión en California como la primera misionera hablante nativa de persa.

Pudimos iniciar una comunidad completa para persas: Iniciamos la primera rama persa, la segunda rama persa y llevamos el idioma persa al CCM.

Antes no daban capacitaciones en persa en el CCM y, ahora, han comenzado a hacerlo.

Me siento muy agradecida de que nuestro Padre Celestial me haya dado la oportunidad de encontrar esta esperanza.

Ahora tengo un propósito en mi vida, ahora sé lo que quiero de la vida y quiero pasar toda mi vida con nuestro Padre Celestial y Jesucristo.

Esta es una traducción del artículo que fue publicado originalmente en LDS Living con el título “Because God wanted it, He made it happen: How God intervened to help the first Persian-speaking missionary join the Church and serve a misión”.

Comentarios
Quiero qué en CHIQUINQUIRA tenga una sede para la oración
Ligia pobeda deantonio

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