Aquí están 8 de los desastres naturales más grandes del 2018 y cómo afectaron a los Santos de los Últimos Días

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Para miles de Santos de los Últimos Días de todo el mundo, el 2018 siempre será recordado como el año en el que la naturaleza se volvió cruel e indiscriminadamente destructiva.

Desde el norte de California hasta las regiones costeras del sudeste de EE.UU. y vastas zonas de Asia, y varios puntos intermedios, los desastres naturales definieron en gran medida los últimos 12 meses.

Huracanes, terremotos, incendios forestales, erupciones volcánicas y tsunamis tuvieron un gran e histórico impacto en los Santos de los Últimos Días y sus vecinos. Casas y negocios se perdieron. Las familias fueron desplazadas. Las vidas cambiaron, a veces en un instante.

Sin embargo, los Santos de los Últimos Días no soportaron solos la tragedia. Se encontró ministración en momentos apacibles de servicio personalizado y mediante los proyectos masivos y muy publicitados de Manos que Ayudan.

Los esfuerzos de ayuda humanitaria patrocinados por la Iglesia no despojaron del dolor a aquellos que resultaron afectados por los múltiples desastres naturales, pero les ofrecieron medidas de paz y momentos de apoyo, esperanza y hermandad.

A continuación, echaremos un vistazo al año que, para legiones de Santos de los Últimos Días, fue marcado por los desastres naturales:

En Taiwán, el 06 de febrero, un terremoto dejó 17 muertos y cientos de heridos.

Ningún miembro ni misionero resultó herido.

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Un edificio se apoya en un primer piso colapsado después de un terremoto, el miércoles 07 de febrero de 2018, en Hualien, al sur de Taiwán.

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El terremoto de magnitud 6.4 sacudió la ciudad popular y turística de Hualien justo antes de la medianoche: derrumbó edificios, agrietó calles y dejó a miles de personas sin agua ni electricidad.

Los misioneros estuvieron bien preparados para el desastre y varias personas que fueron evacuadas de sus departamentos, por poco tiempo dependieron de las provisiones almacenadas en sus kits de 72 horas.

En Hawái, varias familias Santos de los Últimos Días de la comunidad de Pohoa a principios de mayo se vieron obligadas a abandonar sus hogares después de ser amenazadas por el flujo de lava del volcán Kilauea en erupción. Docenas de casas fueron destruidas, incluida la residencia de al menos una familia Santo de los Últimos Días.

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La lava invade una propiedad en la calle Hookupu, el lunes 07 de mayo de 2018, en Pahoa, Hawái. El volcán Kilauea de Hawái destruyó casas y arrojó lava a cientos de metros en el aire.

El centro de reuniones del barrio Kea’au también se utilizó como refugio y los Santos de los Últimos Días locales y sus vecinos se ofrecieron a ayudar donde fue necesario, demostrando “el espíritu aloha.”

Muchos residentes que vivían en las zonas afectadas tuvieron que huir de sus hogares y no tuvieron tiempo de reunir sus provisiones más básicas. Los Santos de los Últimos Días de la estaca Hilo, Hawái, donaron ropa, zapatos, alimentos y otros artículos esenciales para los miembros de la Iglesia y otras personas refugiadas en las instalaciones de la Cruz Roja.

En Guatemala, se contabilizaron Santos de los Últimos Días entre las personas heridas y desaparecidas después de la erupción del 03 de junio del Volcán Fuego. Casi 170 personas murieron.

Se creyó que dos Santos de los Últimos Días murieron, mientras que varios más fueron hospitalizados después de sufrir quemaduras severas.

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Los bomberos llevan un cuerpo recuperado cerca del Volcán Fuego, en Escuintla, Guatemala, el lunes 04 de junio de 2018.

Ubicado a menos de 30 minutos de la capital, la ciudad de Guatemala, el volcán entró en erupción varias veces, forzando la evacuación de miles de personas, destruyendo carreteras y puentes clave e incluso, cerrando temporalmente el aeropuerto internacional.

La Iglesia respondió inmediatamente, convirtiendo el centro de estaca local en un refugio de emergencia, distribuyendo comida y otras provisiones a las personas desplazadas.

En Japón, el clima dramático que incluyó lluvias fuertes y aludes de barro obligaron a los Santos de los Últimos Días a abandonar sus hogares e impulsaron los proyectos de ayuda patrocinados por la Iglesia en varios países asiáticos.

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Un automóvil cubierto de barro, mientras que las casas resultan afectadas después de un alud de lodo causado por las fuertes lluvias en Hiroshima, suroeste de Japón, el martes 10 de julio de 2018.

No se reportaron misionero ni miembros heridos.

Japón fue azotado severamente, soportó sus peores inundaciones y derrumbes en décadas después de lluvias torrenciales. Más de 200 personas se perdieron en lo que fue el desastre más letal desde el terremoto y el tsunami de 2011.

Equipos de misioneros y miembros vestidos con los chalecos amarillos de Manos que Ayudan limpiaron los hogares afectados por las inundaciones en comunidades saturadas como la ciudad de Okayama.

Carolina del Norte, el huracán Florence llegó a tierra firme el 13 de setiembre y comenzó su paso lento y mojado en gran parte de la mitad este del estado.

Para cuando la gran tormenta finalmente se disipó, más de 30 personas murieron y miles perdieron sus hogares o refugios.

Ningún miembro murió, pero Florence cobró un precio muy alto, causó grandes daños, debido a las inundaciones, en los hogares de los Santos de los Últimos Días en comunidades como  New Bern, Lumberton, Hampstead, Harkers Island y Wilmington.

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Voluntarios de Manos que Ayudan repartiendo suministros a los afectados por el Huracán Florence.

Tan pronto como se consideró seguro, se enviaron grupos de Manos que Ayudan de varios estados del sudeste al estado de Tar Heel para ayudar a los necesitados.

Mientras tanto, una estaca en Virginia envió ropa de trabajo, zapatos y otras provisiones a Raleigh para equipar a los misioneros que estaban ansiosos por unirse a los esfuerzos de limpieza.

Varios líderes de la Iglesia, incluidos el Presidente Dallin H. Oaks de la Primera Presidencia y el Élder David A. Bednar del Quórum de los Doce, más tarde visitarían las regiones afectadas por las inundaciones, compartiendo ánimos y amor.

En Filipinas y Hong Kong, el supertifón Mangkhut, una tormenta de categoría 5, afectó severamente a los residentes con vientos destructivos y lluvias torrenciales.

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Misioneros Santos de los Últimos Días limpiando escombros en Hong Kong después del supertifón Mangkhut en Asia, el 17 de septiembre de 2018.

Decenas de personas murieron en derrumbes y más de tres docenas de las capillas de los Santos de los Últimos Días ubicadas en las zonas afectadas de Filipinas refugiaron a miles de personas mientras el tifón se propagaba.

La Iglesia proporcionó alimentos, medicinas, mantas y otros artículos de ayuda después del desastre. Los miembros y los misioneros de las regiones afectadas de Asia trabajaron juntos para ayudar a limpiar sus respectivas comunidades.

En Florida y Georgia, una tormenta de categoría 4, llamada Huracán Michael, tocó tierra firme el 10 de octubre a lo largo de la parte noroccidental de Florida.

Ningún miembro ni misionero resultó herido, pero la catástrofe causó daños severos en decenas de hogares Santos de los Últimos Días y en varios centros de reuniones debido a los vientos.

El Huracán Michael afectó principalmente las comunidades en las estacas de Dothan Alabama y Panama City, Florida.

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Mishelle McPherson busca a su amiga entre los escombros de su casa, ya que sabe que se quedó en casa durante el Huracán Michael, Florida, el 11 de octubre de 2018.

“Ésta se comparará con cualquiera de las peores tormentas que hayamos tenido en Florida, después del Huracán Andrew,” dijo el Élder Douglas B. Carter, un Setenta de Área y un antiguo residente del estado de Sunshine.

Miles de voluntarios de Manos que Ayudan, incluidos muchos que respondieron al Huracán Florence en Carolina del Norte, pasaron sus fines de semana sirviendo en grupos de limpieza.

Centros de control operaron desde fuera de los cinco centros de estaca del área, incluso mientras los camiones de asistencia social entregaban los suministros necesarios de construcción y socorro.

En California, el histórico incendio forestal incineró la ciudad de Paradise del norte de California y destruyó los hogares de cientos de familias de Santos de los Últimos Días.

El incendio comenzó el 08 de noviembre y destruyó casi 14,000 hogares y cientos de negocios, calcinando un área aproximadamente del tamaño de Chicago. Además, se perdió un centro de reuniones de Paradise.

Encontrar un hogar sigue siendo un desafío abrumador para los miembros desplazados de los dos barrios de Paradise. Durante los días y las semanas siguientes al incendio, muchos encontraron refugio en los hogares de otros Santos de los Últimos Días de la estaca Chico, California.

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La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días quemándose durante el incendio forestal en Paradise, California, el jueves 08 de noviembre de 2018.

Por otro lado, la Iglesia proporcionó servicios de asesoramiento para ayudar a las familias desplazadas a lidiar con el horror de perder sus hogares y su comunidad.

El obispo del barrio Nº1 de Paradise, Robert Harrison, dijo que es difícil saber qué depara el futuro para los miembros de Paradise. Algunos planean reconstruir. Otros, probablemente se muden a un lugar diferente.

Agregó que se encontró fortaleza en las acciones abnegadas de los otros.

“Hemos sido bendecidos con muchas donaciones y oraciones.”

Artículo originalmente escrito por Jason Swensen y publicado en thechurchnews.com con el título “Here are 8 of the biggest natural disasters in 2018 and how they impacted Latter-day Saints.”

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