Cómo el sueño de un hombre en su lecho de muerte llevó a su sobrino a la Iglesia

testimonio Iglesia

La historia y testimonio de un hombre que conoció el Evangelio gracias a un familiar a punto de fallecer. 

Hace muchos años, en mi país natal, México, mi tío se enfermó de gravedad quedando claro que pronto fallecería. Nuestros familiares se reunieron junto a su cama, llorando y lamentando su pronto fallecimiento. Yo sólo era un niño en ese entonces, pero me sentía muy triste mi tío.

Luego, sin previo aviso, mi tío tomó un poco de fuerza y les dijo a todos que dejaran de llorar. Trató de explicarnos algo, algo que parecía estar experimentando. Lo observé, desconcertado y curioso. Parecía tranquilo, incluso feliz mientras se esforzaba por decirnos que había personas que lo llamaban… pero que estaban al otro lado de un río.

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Mientras mi tío hablaba, la habitación quedo en silencio.

Luego, dijo que vio una barra de hierro y nos dijo que la iba a agarrar. Cuando se agarró a la barra, explicó que había un hermoso árbol blanco delante de él. Él quería ir hacia el árbol.

Lo escuchamos con atención. Nunca antes habíamos oído que alguien describiera tales escenas, especialmente en su lecho de muerte. Y ciertamente nunca habíamos oído hablar de ríos, barras de hierro y árboles. Fue muy extraño para todos nosotros.

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Mi tío falleció poco después, pero sus inusuales palabras me causaron una profunda impresión. Pasaron los años, y me casé y comencé mi propia familia. 

Llegó el día en que viajé a los Estados Unidos para ver si podía mejorar nuestra situación económica. Fui a trabajar como pintor a Salt Lake City, Utah. Mi jefe, también de México, era miembro de la Iglesia.

Mis circunstancias eran tales que necesitaba un lugar para quedarme. Mi jefe sugirió que sus padres podrían alquilarme una habitación. Me mudé con el hermano y la hermana Bellazetín.

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Esta pareja comenzó a hablarme sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y me dieron una copia del Libro de Mormón. Comencé a leerlo, y casi de inmediato, leí la historia de Lehi y su sueño. ¡No me lo podía creer! Reflejaba casi exactamente lo que mi tío moribundo había estado tratando de describir.

Intrigado, fui a la Iglesia el domingo. En la clase de Principios del Evangelio, me paré y me presenté. Dije que esperaba que hubiera alguien que pudiera contarme más sobre la Iglesia porque estaba pensando en unirme. No noté la gran sonrisa en los rostros de dos jóvenes sentados en la clase.

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Esa misma tarde vinieron a la casa, y comencé a recibir las charlas misionales. En poco tiempo, me invitaron a ser bautizado.

Acepté todo lo que decían, sentí profundamente que era verdad. Sin embargo, de manera repentina me sentí apresurado ¿Era esto lo correcto? Mi esposa todavía estaba en México. ¿Debía esperar hasta que regresara para poder hablar con ella? Necesitaba más tiempo para pensarlo.

Ese viernes por la noche, cuando los Elderes vinieron a verme, les dije que no estaba listo para ser bautizado el domingo. Más tarde, me fui a la cama, orando para saber la verdad y lo que debía hacer.

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Me dormí y tuve un sueño. En el sueño, vi un templo con muchas personas afuera, dándome la bienvenida. Estaban vestidos de blanco y parecían felices. De pie entre todas esas personas estaba el Hermano Bellazetín, con el rostro radiante.

Me desperté y supe que había recibido mi respuesta. Ese domingo me bauticé. ¡Mi tío, que había fallecido hace muchos años atrás, me había llevado a la verdad! Sabía que el Señor estaba cuidando a nuestra familia y nos había abierto esta puerta a Su Evangelio.

Este artículo fue escrito originalmente por José Ángel Serafino Raya y y es una adaptación del libro “Angels round About” publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “How One Man’s Dream on His Deathbed Led His Nephew to the Church

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