Aunque no todos tuvimos la hermosa oportunidad de conocer en persona al Presidente Thomas S. Monson sabemos que él fue un profeta del Señor y que fue una de las personas más nobles y sabias en estos últimos tiempos.
Si nosotros que no estuvimos muy cerca de él podemos sentir y reconocer estos atributos de nuestro amado profeta, ¿qué podrían decirnos su familia, amigos y Autoridades Generales que estuvieron todo el tiempo al lado del Presidente Thomas S. Monson? A continuación, algunas experiencias:
Thomas S. Monson como niño
Cuando Thomas S. Monson era pequeño, Melissa Georgell era la presidenta de la Primaria de su barrio, un día le pidió que fuera a hablar con ella. Se sentaron en el primer banco de la capilla y ella comenzó a llorar; después le comentó a Thomas que estaba triste porque los niños, en particular, no se portaban bien durante los ejercicios de apertura de la Primaria. Inocentemente, él le preguntó: ‘Hermana Georgell, ¿quiere que le ayude?’
Ella respondía con una sonrisa en el rostro y un brillo en los ojos, respondió, “¿Lo harías?”. “Le dije que lo haría”. “Los problemas de disciplina en la Primaria desaparecieron desde ese momento”, dijo Thomas riéndose, explicando que él había sido parte de aquel desafío.
Thomas S. Monson como esposo y padre
Frances Monson, esposa del presidente Monson dijo: “El ver a mi esposo haciendo la obra del Señor nunca ha sido un sacrificio para mí”, al contrario, nos ha bendecido a mí y a nuestros hijos; y él siempre ha sabido que si era por la Iglesia, yo esperaba que hiciera lo que debía hacer”.
Clark S. Monson, uno de los hijos del presidente Monson expresó: “Nunca me sentí privado de pasar tiempo con papá. Cuando estaba en casa, jugaba con nosotros y nos llevaba a comer helado. En el verano tenía más tiempo libre y lo pasábamos juntos en la cabaña que tenía la familia en el cañón de Provo. Cuando era niño, pasé muchas horas pescando con mi padre. No me imagino ninguna manera mejor de que un padre y un hijo pasen tiempo juntos”.
Ann Monson Dibb, otra de las hijas del presidente y hermana Monson dice: “Mis hijos han disfrutado mucho de ayudar al abuelo a cortar el césped, les encanta trabajar con él. A todos los de la familia nos gusta sentarnos alrededor de una fogata, junto a la cabaña familiar, escuchando los cuentos del abuelo”.
Pero también ha expresado sobre su padre lo siguiente: “Ha hecho tanto bien en forma privada. Ni siquiera nosotros, sus hijos, sabemos todo lo que ha hecho”.
Thomas S. Monson como amigo y líder
El presidente Kimball decía que Thomas S. Monson era “un hombre que en verdad practica el ‘hazlo’”, que “actúa de inmediato y con resolución”.
El élder Bruce R. McConkie, dijo que él era “un genio en el gobierno de la Iglesia”.
Élder James S. Faust: “Él tiene una energía y un entusiasmo que contagia a todos” pero también explicó que “Esa memoria que tiene no se olvida de nada, pero tampoco olvida su corazón, especialmente a la gente”.
El élder Neal A. Maxwell refiriéndose a Thomas Monson dijo que sus aptitudes administrativas y ejecutivas provenían de “algo inherente e innato en él. No necesita estudiar veinte años un tema para captar su importancia y recordar su significado. Él ya ha devorado el contenido de la mayoría de los asuntos mientras todos los demás están todavía tratando de descubrirlos”.
Su gran amigo, el élder Boyd K. Packer, afirmó: “Si necesitara a alguien para conducir escrupulosamente algún asunto delicado en los consejos de la Iglesia, Thomas S. Monson es el hombre que elegiría para esa tarea”.
Élder Don R. Clarke: “El presidente Thomas S. Monson es un gran ejemplo de alguien que practica la religión pura; ha pasado toda su vida amando y velando por las personas.”
Élder Holland: “La imagen de él que atesoraré hasta que muera es él volando de regreso a casa en pantuflas procedente, en ese entonces, de una devastada Alemania Oriental porque no sólo había regalado su segundo traje y sus otras camisas, sino también los zapatos que llevaba puestos. “¡Cuán hermosos son sobre los montes [y que se arrastran por una terminal de aeropuerto] los pies del que trae buenas nuevas, del que publica la paz”. Más que ningún otro hombre que yo conozca, el presidente Monson “ha hecho lo que ha podido” por la viuda y el huérfano de padre, por los pobres y los oprimidos.”
Presidente Dieter F. Uchtdorf también dijo: “Cuando el apóstol Pedro habló de Jesús, que había sido su amigo y maestro, ofreció esa sencilla descripción: ‘[Él] anduvo haciendo bienes’. Lo mismo se puede decir del hombre que sostenemos hoy como el Profeta de Dios”.
Cuando el Presidente Thomas S. Monson fue llamado a pertenecer a la Primera Presidencia en 1985, entregó sus memorias a los miembros de su familia. En ese ejemplar, escribió: “Rememorando sobre mi vida, es fácil reconocer la influencia que ha tenido en mí la guía de mi amoroso Padre Celestial. Testifico que Su atento cuidado y Sus prometidas bendiciones han sido dones que he recibido con gratitud. Sus palabras se han hecho realidad en mi vida: ‘…iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros’ (D. y C. 84:88)”.
Después expresó agradecimiento por su amada Frances y los hijos y nietos de ambos, y termina diciendo: “¡Ojalá que siempre se me encuentre en ‘la obra del Señor’!” Y Así, finalmente lo fue.