Con frecuencia, las personas usan palabras como “confusa”, “desalentadora” o “caótica” para describir su experiencia con la crisis de cuarto de siglo de vida.
Si bien estas palabras son precisas, a veces se olvidan de agregar que esta crisis también puede ser una bendición.
Has leído bien. Puede ser una bendición. Entonces, si estás experimentando esa crisis ahora, no te asustes. Puede ser difícil ver la luz al final del túnel. Sin embargo, aquí hay algunas bendiciones que pueden ayudar a poner todas las dificultades en una mejor perspectiva.
Autodescubrimiento y crecimiento
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Este es un momento en el que todo puede parecer incierto. Estás ansioso por el futuro. Te sientes solo. Es posible que sientas que nada cambia, sin importar lo que hagas.
Es posible que tengas dificultades para sentirte motivado. Además, el mayor dilema es que no sabes qué hacer con tu vida. Te sientes completamente perdido.
Sería exagerado decir que es normal. Sin embargo, debes saber que sentirte perdido puede ser justo lo que necesitas para encontrarte de nuevo.
Sentirte perdido hace que te preguntes en qué quieres convertirte, qué te hace sentir satisfecho y feliz, qué le da vida a tu día y qué alimenta tu pasión.
Al buscar respuestas a estas preguntas, puedes comenzar a descubrir y aprender cosas nuevas, encontrar nuevos pasatiempos y salir de tu zona de confort.
Claro, esta experiencia es diferente para cada uno.
Puedes retomar tu antigua pasión por la lectura que dejaste a un lado después de conseguir tu primer empleo, escuchar podcasts, pasar más tiempo con la familia, conectarte más con tus amigos y personas que te importan, viajar, disfrutar de una tarde tranquila y muchas otras cosas que dejaste por la edad adulta.
Ahora, puedes dar un paso atrás y dedicar tiempo a redescubrirte, reavivar tu curiosidad intelectual, fortalecer la base de tus valores, encontrar un mayor propósito además de adquirir sabiduría y resiliencia que solo los tiempos difíciles pueden enseñar.
Esto no quiere decir que el autodescubrimiento y el crecimiento puedan eliminar la angustia y la confusión de la crisis de los 25 años.
No obstante, sí te ayudarán a poner las cosas en perspectiva, que lo que estás pasando es algo de lo que puedes salir.
Si prestas la suficiente atención, te darás cuenta de que la experiencia es refinadora, una que puede enseñarte resiliencia y perseverancia.
El autodescubrimiento no se detiene después de que hayas terminado con la crisis. Es un proceso continuo de la vida, que permanecerá contigo, incluso a medida que evolucionen tus realidades y circunstancias.
Un sentido de dirección más claro
Una de las razones por las que las personas atraviesan la crisis del cuarto de siglo de vida se debe a las muchas opciones que tienen a su disposición.
A veces, tener demasiadas opciones puede estancar tu progreso porque demoras en tomar una decisión. ¿Por qué? Porque todas las opciones parecen buenas y algo que deseas explorar.
Luego, te sientes abrumado y ahí es donde surge la confusión. Empiezas a preguntarte qué quieres hacer con tu vida. Tener demasiadas opciones y no tener idea de qué hacer puede paralizar tu potencial para tomar una decisión.
Pasar por la crisis de los 25 años, te obliga a simplificar y analizar los pros y los contras de tus opciones. Determinar qué es razonable dentro de los parámetros de tu realidad y obligaciones actuales. Elegir lo que crees que es mejor para ti y tu circunstancia actual, y decidir sobre las metas que te permitirán crecer.
Se convierte en una alarma que te recuerda que, para llegar a un destino significativo, debes saber a dónde quiere ir.
Una de las verdades que puede impulsar tu búsqueda de dirección es saber quién eres y de dónde vienes.
Toda la humanidad antes de nacer en esta Tierra vivía con Dios el Padre, donde nos enseñaron los mandamientos y principios que conducirán a la felicidad.
Todos somos hijos e hijas espirituales de un amoroso Padre Celestial que nos ama incondicionalmente.
Parte de Su plan es que vengamos a la Tierra para recibir cuerpos físicos y tener la capacidad de elegir por nosotros mismos para que podamos aprender a tomar las decisiones correctas.
Partimos hacia este viaje terrenal con la meta de regresar eventualmente a la presencia de nuestro Padre Celestial.
Saber quién eres y de dónde vienes puede ayudarte a sentir paz de que mientras tus ojos estén puestos en la meta final de regresar a tu hogar celestial, tu Padre Celestial te guiará en la dirección que elijas.
Una relación más estrecha con el Salvador
En medio de las incertidumbres que en su mayoría provocan malestar y ansiedad crónicos, hay una verdad que puede brindarte refugio: el amor de Cristo, un amor constante y seguro.
En el Libro de Mateo, el Señor Jesucristo ofreció una profunda invitación, diciendo:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateo 11: 28-30)
¿No es esta una de las expresiones de amor más grandes?
A medida que atraviesas esta crisis, puedes confiar en el Salvador para que te consuele y te asegure que Él comprende tu alma atribulada, escucha tus silenciosas peticiones de paz y siente tu angustia cuando suplicas que tus cargas sean más ligeras.
Mientras derrames tu corazón en oración y confíes en Su misericordia, Él te bendecirá con la sabiduría que necesitas para seguir adelante. En Él, tu alma cansada y confundida puede encontrar descanso y claridad.
Con frecuencia, la sabiduría que necesitas y las respuestas que buscas, las puedes encontrar en las Escrituras, tanto en la Biblia y el Libro de Mormón como en los consejos de los profetas modernos.
A medida que escudriñes las Escrituras, el Señor te iluminará la mente y el entendimiento sobre las cosas que te ayudarán a encontrar una dirección más clara para tu vida.
Asimismo, llegarás a conocer más al Salvador a través de Sus enseñanzas, milagros y, sobre todo, Su sacrificio supremo para que toda la humanidad pudiera vivir.
A medida que llegues a conocer al Salvador a través de las Escrituras, encontrarás un mayor aprecio por Su vida y Su sacrificio expiatorio.
Llegarás a conocer la verdadera naturaleza del Señor y, a su vez, desarrollarás el deseo de llegar a ser como Él.
La crisis seguirá siendo difícil y confusa incluso después de reconocer estas bendiciones. No obstante, sentirás el poder y la paz de caminar al lado del Salvador, sabiendo que nunca tendrás que enfrentar tu crisis solo.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Chona Galletes y fue publicado en faith.ph con el título “3 Blessings From Quarter-life Crisis That People Don’t Talk About”.