Como hijos de Dios, tenemos profundas conexiones y momentos sagrados que se nos reelan por medio del Espíritu Santo.
Una de estas situaciones suceden cuando se ofrecen bendiciones del sacerdocio y, a veces, estás bendiciones son presenciadas por ángeles.
Un espacio lleno de ángeles
Charles Harper compartió una conmovedora experiencia al haber sido auxiliado por ángeles al dar una bendición de salud. Él escribió:
“Mis padres iban de visita a la familia de mi papá cuando este sufrió un infarto. No nacimos en la Iglesia, y para ese entonces mi padre y yo éramos los únicos en la familia bendecidos con el poder del sacerdocio.
Me llamaron para ofrecerle una bendición a mi papá. Me sentía muy solo en la habitación del hospital; pero cuando puse mis manos sobre su cabeza, sentí que el cuarto estaba rodeado de poseedores del sacerdocio que había ido a ayudarme a darle una bendición a mi papá.
Gracias al trabajo de mi mamá, que se había esforzado por encontrar a sus antepasados, aquel día pude tener la ayuda de varios familiares fallecidos que estaban dispuestos a ayudarme a ungir y bendecir a mi padre.
No los vi, pero pude sentirlos y sabía que estaban allí”.
Desde el otro lado del velo puedes sentir guía
Un buen amigo, Matt Hill, me contó que una vez su hermana le pidió una bendición de sacerdocio.
Ella aún no se había casado y estaba preocupada porque aún no había encontrado a esa persona. Necesitaba guía.
Cuando Matt le puso las manos sobre su cabeza, sintió fuertemente que su abuelo era el que daba la bendición por medio del él.
“El mensaje era que estuviera tranquila y que a su debido momento las cosas se darían y ella encontraría a su compañero”.
Tiempo después, ella contrajo matrimonio. En ese momento, aquellas palabras eran el mensaje que necesitaba escuchar para recuperar la esperanza y fueron compartidas por su abuelo desde el otro lado del velo.
Ángeles en el círculo del sacerdocio
Bill Brough compartió una experiencia muy personal que tuvo cuando le confirió el sacerdocio a su hijo. Él compartió:
“Estos últimos 20 años, he tenido numerosas experiencias en las que he sentido la presencia de un familiar en situaciones donde se sentía la presencia del Espíritu Santo. Una de ellas fue cuando estaba confiriéndole el sacerdocio a mi hijo.
Era un momento que hubiera querido compartir con mi padre, quien me había ordenado y tenía la misma línea de autoridad que la mía y la de mi hijo. Sin embargo, mi padre había fallecido hacía poco y el abuelo materno de mi hijo había fallecido unos años atrás.
Mientras estaba de pie en el círculo del sacerdocio con una mano en la cabeza de mi hijo y la otra en el hombro de otro poseedor del sacerdocio, me di cuenta de que sus dos abuelos también formaban parte de ese círculo, invisibles a mis ojos, pero presentes.
De alguna u otra forma podía sentirlos y era algo inexplicable, me esforcé para decirlo y así mi hijo supiera que sus parientes del otro lado del velo estaban dispuestos a ayudarlo durante su vida terrenal”.
Son experiencias conmovedoras y tiernas que quedan grabadas para siempre en la memoria de aquellos que tienen la suerte de vivirlas.
Bendiciones antes de nacer
Ronald Barnes, me contó una experiencia muy peculiar que tuvo. Él expresó:
“Mi esposa, Colleen, y yo estábamos a la espera de nuestro tercer hijo. En diferentes ocasiones, durante el embarazo, ella sintió que algo iba mal con el bebé. Debido a esto, a menudo fui yo quien le daba una bendición de sacerdocio para que todo saliera bien.
Cuando nació Michael, se descubrió que tenía un nudo en el cordón umbilical. Si se hubiera apretado, no habría sobrevivido.
Cuando nuestro hijo Michael tenía unos seis años contó un suceso que ocurrió antes de que él naciera.
Dijo que estaba rodeado de una luz rosa, luego que estaba en una sala, observando a los demás. Estábamos vestidos con la ropa que acostumbramos a ir a la Iglesia, sus hermanas estaban sentadas en el sofá y yo estaba de pie delante de Colleen con mis manos en su cabeza como si le estuviera dando una bendición.
Al parecer vio una de las veces que bendije a su futura madre porque ella sabía que le pasaba algo. Creo que esta bendición le salvó”.
Aunque Michael no estaba presente en la bendición, él, como un ser preterrenal, estuvo como testigo, al igual que otros familiares preterrenales y fallecidos.
Bendición de salud de alguien que estaba a punto de morir
Debra McCracken me contó una grandiosa experiencia que tuvo durante la bendición del sacerdocio, ella me dijo:
“Hace un par de años me tropecé y caí mientras volvía al trabajo después de almorzar. Estaba pasando por mucho dolor y tuve que entrar a cirugía para que se me restableciera el hombro derecho.
Pasé por varios contratiempos, hospitalizaciones y rehabilitaciones. Durante mi segunda rehabilitación, un amigo de la familia y mi esposo vivieron a darme una bendición.
Estaba muy cansada y adolorida y me pregunté cómo es que iba a continuar con la recuperación.
Cuando pusieron sus manos sobre mi cabeza, la influencia del Espíritu Santo era inexplicable. Sentí la presencia de cuatro hombres detrás de mí, no dos.
Estos dos hombres eran mi padre y mi hermano que habían fallecido prematuramente hace muchos años. Nunca conocí a mi hermano, pero siempre pensé en él como un bebé.
Me di cuenta de que él era ya adulto en el mundo de los espíritus y estaba presente en mi bendición. Esta ha sido una de las experiencias más especiales y reconfortantes de mi vida”.
Promesas desde el más allá
Dan Woods relató la impresionante experiencia de su difunto padre que regresó para darle una bendición de sacerdocio.
Antes de fallecer, su padre le explico el porqué tenía que partir de esta Tierra en ese momento. Le dijo a Dan que estaría con él y lo ayudaría cuando tuviera una urgencia médica.
Tiempo después Dan enfermo gravemente de fibrosis quística y sufrió una grave obstrucción intestinal.
“Una noche de agosto de 1992, cuando el dolor era muy inaguantable y la dosis de morfina ya no funcionaban, grité: ‘Señor, ¿qué he hecho mal? ¡Papá, prometiste que estarías aquí!
De repente, vi como mi padre estaba junto a mí, en la cama, y sentí sus manos sobre mi cabeza. En instantes sentí como si alguien derramara algo caliente sobre mi cuerpo, desde mi cabeza hasta los pies. El dolor desapareció. Mi padre sonrió y se marchó. Al día siguiente, empecé a pasar las piedras”.
Me encantó cada una de estas maravillosas experiencias desde el otro lado del velo. Es posible que tus seres queridos que han fallecido puedan venir a esta Tierra para ayudarte o fortalecerte en tus momentos de prueba.
Es uno de los más grandes privilegios que podemos experimentar como hijos e hijas de Dios.
*Imagen de portada: Nativity (2010) por Brian Kershisnik
Fuente: Meridian Magazine