Cuando comencé a servir como obrera del templo hace dos años, no tenía idea de que instantáneamente conocería a más de 30 o más adorables madres y abuelas.
Cada una de ellas se maravilla por lo joven que soy, me comparten su sabiduría y constantemente me recuerdan lo bendecida que soy por servir en el templo. Y creo que es significativo.
Aquí hay algunas razones por las cuales creo que es importante que los jóvenes adultos solteros deberían servir como obreros del templo.
1. Necesitamos aprender de la sabiduría de los demás
En un mundo cada vez más perverso, creo que es cada vez más importante hacer del templo un enfoque central de nuestras vidas tanto como sea posible.
Como joven adulta soltera, el templo se ha convertido no solo en un refugio y un lugar donde puedo encontrar paz y fortaleza en mis convenios, sino en un lugar donde puedo aprender continuamente de otros que han afrontado el mundo más tiempo que yo.
Tengo la oportunidad de servir con jóvenes, adultos mayores, casados, solteros, divorciados o viudos que están dispuestos a compartir su conocimiento y fe conmigo.
Su dedicación a servir en el templo y servir a sus familias es una inspiración para aquellos de nosotros que todavía estamos aprendiendo los caminos de la vida.
2. Necesitamos darles más oportunidades para practicar
Cada vez hay más élderes y hermanas que terminan su servicio misional y pienso que el templo les proporcionará una oportunidad para seguir sintiendo el espíritu de servicio que aprendieron como misioneros.
Incluso para aquellos que no han servido una misión, los jóvenes adultos solteros se encuentran en una etapa de la vida en la que hay muchas presiones para centrarse en sí mismos, ya sea en la educación personal, los viajes u otras formas de “descubrirse a sí mismos”.
Servir en el templo nos mantiene enfocados en descubrir y mejorar nuestro yo eterno y divino. Nos recuerda que todos los obreros del templo, jóvenes y adultos, sacrifican algo en su vida para dedicar horas regularmente al templo y son bendecidos por ello.
Para mí, servir en el templo cada viernes por la noche requiere termine parte de mi trabajo antes de tiempo, renunciar a algunas actividades divertidas o escoger otra noche para salir en citas.
Las bendiciones que han llegado a mi vida y a la de mi familia gracias a este servicio superan en ceses cualquier sacrificio. Asimismo, me ha dado valiosas oportunidades para crecer y poner al Señor en primer lugar.
3. Necesitamos que estén más preparados para los desafíos espirituales de la vida
No importa la edad, todos necesitan la fuerza y el conocimiento que provienen del templo. Para los jóvenes adultos solteros, creo que hay un poder y preparación especiales que provienen de memorizar palabras sagradas y crear un hábito de asistencia regular al templo.
Desde familiarizarse con todas las promesas hechas en el templo y reconocer su importancia hasta prepararse cada semana para administrar dignamente ordenanzas eternas, el templo exige reverencia y preparación de quienes ingresan.
4. Necesitamos que reconozcan el poder de la unidad
Cuando los jóvenes adultos solteros realizan y participan en varias ordenanzas del templo juntos, me recuerda la fuerza de mi generación, una que proviene de hacer y mantener convenios sagrados con un enfoque en el Señor. Una que sé que será cada vez significativa para la supervivencia espiritual en los años venideros.
La tendencia de que los miembros jóvenes de la Iglesia se unan a los mayores para servir en el templo resalta que personas de todas las edades necesitan el evangelio y la Casa del Señor.
Muchos Santos de los Últimos Días en todo el mundo sacrifican para servir regularmente en los templos, la obra del templo y sus bendiciones no pueden tener éxito sin aquellos de todas las edades que participan y administran dignamente las ordenanzas sagradas.
Fuente: LDS Living