La mujer que vio las planchas de oro, un milagro en el campo y evidencia material destruida por incredulidad son algunas de las historias reveladas en el libro Santos: El estandarte de la verdad.
A continuación, te presentamos tres relatos sobre la traducción del Libro de Mormón que probablemente jamás habías escuchado.
Certificado en pedazos
Para obtener detalles exactos sobre el origen del Libro de Mormón, Martin Harris, quien colaboró estrechamente con José Smith para su traducción, visitó la ciudad de Nueva York y se reunió con un profesor de latín y griego llamado Charles Anton.
Después de examinar la traducción y los caracteres, Anton le entregó a Harris un certificado de autenticidad, en el que decía que sí contenía idiomas antiguos.
Pero antes de que Harris se fuera, le preguntó cómo José había adquirido las planchas. Harris respondió con total autenticidad: que un ángel de Dios se las había revelado.
De inmediato, Anton le pidió que le devolviera el documento, y Harris se lo entregó. Anton rompió el certificado en pedazos y dijo que no existía tal cosa. “No puedo leer un libro sellado”, continuó.
Sin rendirse, Harris se fue a ver a otro erudito llamado Samuel Mitchill, quien le escuchó y miró los caracteres junto con las traducciones. El reputado académico dijo que, aunque no podía entenderlos, le recordaban a los jeroglíficos egipcios de una nación que ya no existe.
El arado milagroso del campo
David Whitmer, quien también sería clave en la traducción, recibió una carta de Oliver Cowdery en la que le decía que era la voluntad de Dios que llevara su carro a Harmony para ayudar a llevar a José, Emma y Oliver a la casa de los Whitmer.
Whitmer quería irse lo antes posible, aunque su padre le dijo que necesitaba terminar de arar más de 8 hectáreas de tierra antes de irse, pero que también orara para poder irse temprano. Por lo que David lo hizo.
David recibió una respuesta que le decía que terminara sus tareas antes de irse. Así que, al día siguiente, David exploró el campo y descubrió que ya se habían arado más de dos hectáreas. El padre de David se sorprendió y respondió:
“Debe haber una mano dominante en esto, y creo que será mejor que vayas a Pensilvania tan pronto como hayas sembrado tu yeso”.
Un ‘hombre’ llamado Moroni
Al tener a los Smith en su casa, Mary Whitmer, la madre de David, se había acumulado de tareas. Si bien tenía fe en la obra que estaba haciendo José, comenzaba a sentirse agotada y tenía muy poco tiempo para descansar.
Sin embargo, un día, mientras ordeñaban las vacas, vio a un hombre de cabello gris que llevaba una mochila al hombro.
El hombre se acercó a ella con voz amable, le dijo que se llamaba Moroni y le expresó que había sido fiel y diligente en sus labores. Entonces, comentó que era justo que recibiera un testimonio para que su fe se fortaleciera.
El ‘hombre’ abrió la bolsa, tomó las planchas de oro y se las mostró a María. Pasó las páginas para que viera lo que estaba escrito en ellas y le dijo que fuera paciente y fiel mientras continuaba llevando la carga adicional por un poco más de tiempo.
Moroni le prometió que sería bendecida.
Estas tres historias, y muchos otros relatos inéditos, están respaldados por fuentes históricas. No son cuentos de ficción, sino que son registros del pasado que se detallan en las notas al pie de página del libro.
Fuente: Ke Alaka’i, BYU-Hawaii
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@masfe.org Esta es la historia de los primeros descubridores de América, quiénes fueron guiados por Dios hacia esta tierra bendita. Si deseas conocer más de esta historia registrada en el Libro de Mormón no dudes en escribirnos 😁 #america #descubrimiento #librodemormon #historia #pasado #jared #torredebabel #biblia