«Recordad que el valor de las almas es grande a la vista de Dios» (Doctrina y Convenios 18:10).

El espíritu de regocijo llenó el ambiente durante una jornada histórica en el distrito, donde decenas de personas, entre ellas niños, jóvenes y adultos, decidieron seguir a Jesucristo mediante la ordenanza del bautismo.

Gracias a la coordinación entre líderes locales y misioneros de tiempo completo, se llevó a cabo esta experiencia sagrada en el centro de reuniones de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Esta celebración no solo fortaleció la fe de los participantes, sino que también evidenció el poder de la unidad, el servicio y el amor cristiano.

En efecto, los versículos de Doctrina y Convenios 18:15–16 se hicieron realidad al ver a tantos hijos de Dios hacer convenios con Él. Como enseñan las Escrituras:

«Y si acontece que trabajáis todos vuestros días… y lleváis, aunque sea una alma a mí… cuán grande será vuestro gozo con ella en el reino de mi Padre. Y ahora bien, si vuestro gozo será grande con una alma… ¡cuán grande será si lleváis muchas almas!”

Créditos: LDS-RM-Brother Imperial

A lo largo de las semanas previas, muchos de los nuevos conversos recibieron enseñanzas constantes por parte de los misioneros. Por otro lado, algunos asistieron a reuniones dominicales, participaron en actividades de barrio o respondieron a la invitación de un amigo. Aunque cada historia fue distinta, todas compartieron un mismo anhelo: seguir a Jesucristo y comenzar una nueva vida junto a Él.

Para lograr esta jornada espiritual, los miembros del distrito se unieron en oración, ayuno y servicio. Además de los misioneros, líderes del sacerdocio, hermanas de la Sociedad de Socorro, jóvenes y niños ofrecieron su apoyo con amor y dedicación. Sin duda, este trabajo en conjunto permitió que el evento se desarrollara con un espíritu de reverencia y gozo.

Durante el servicio bautismal, se vivieron momentos conmovedores. Por ejemplo, algunos padres e hijos descendieron juntos a las aguas del bautismo. Otras personas fueron abrazadas por amigos y hermanas ministrantes que las acompañaron desde el principio. En cada rincón del edificio se sintió un espíritu de paz, humildad y gratitud.

Créditos: LDS-RM-Brother Imperial

A pesar del éxito de la jornada, los líderes recordaron que esta experiencia marca solo el inicio. En adelante, el desafío consiste en acompañar a cada nuevo converso, fortalecer su testimonio y ayudarlo a perseverar en el camino del discipulado. Por lo tanto, la invitación fue clara: continuar ministrando, enseñando y edificando el reino de Dios con fe y constancia.

La obra del Señor sigue avanzando con poder. Jesucristo continúa enlazando Sus brazos con los de Sus discípulos para encontrar a quienes anhelan la verdad. Con cada bautismo, renace una historia de fe, esperanza y compromiso. Y con cada alma que entra en el convenio, se fortalece la luz del Evangelio restaurado en esta parte del mundo.

Los milagros no se detendrán. Esta jornada ha sido solo el principio.

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