El último fin de semana de agosto, miles de jóvenes adultos solteros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llenaron el Salt Palace Convention Center en Salt Lake City, Utah.
Durante tres días, el ambiente se convirtió en un punto de encuentro donde la amistad, la música y los mensajes espirituales se entrelazaron con un mismo propósito: acercarse más a Jesucristo.
La conferencia, con el lema “Juntos en Cristo”, buscó precisamente eso: recordar a los jóvenes que la unidad y el discipulado se fortalecen al caminar hacia el Salvador.
Un espacio para conectar y servir
La conferencia no se limitó a discursos inspiradores. También fue una experiencia de servicio. Los asistentes participaron en proyectos solidarios como preparar mochilas para niños en situaciones de crisis, armar kits de higiene para personas sin hogar, elaborar pelucas infantiles para pacientes en tratamiento médico y hasta convertir bolsas plásticas en esteras reutilizables.
Estas actividades dieron a los jóvenes la oportunidad de demostrar que la fe no es solo una creencia, sino una acción diaria.
Uno de los participantes, Matheus, quien viajó desde Brasil, expresó que conocer a personas de diferentes lugares con luchas similares fortaleció su testimonio:
“Me ayudó a ver que todos estamos en el mismo camino, tratando de acercarnos a Dios y a Cristo. Esa conexión es real”.
Mensajes que inspiran
El evento estuvo marcado por la presencia de líderes de la Iglesia que hablaron sobre temas centrales de la fe en Jesucristo y la vida como discípulos.
El obispo presidente Gérald Caussé recordó a los jóvenes que la obra más importante de este tiempo es la recolección de Israel, e invitó a cada uno a aportar con sus talentos únicos.
“La Iglesia los necesita, no a pesar de quiénes son, sino precisamente por quiénes son”.
Su invitación fue clara: ser discípulos de Cristo a través de actos sencillos como el servicio, la ayuda comunitaria y el apoyo a quienes más lo necesitan.
Por su parte, la hermana Tamara W. Runia de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes compartió un mensaje esperanzador sobre cómo la expiación de Jesucristo puede transformar incluso los momentos más oscuros de la vida en experiencias de crecimiento.
Lo describió como una especie de “alquimia divina” que nos conduce nuevamente al amor de nuestros padres celestiales.
El élder Brian K. Taylor, presidente del Área Utah, subrayó la importancia de entender el carácter de Dios como el primer principio del evangelio. En sus palabras, el verdadero valor personal se descubre al mirar hacia Cristo, no solo hacia uno mismo.
Finalmente, la hermana Kristen Oaks, esposa del presidente Dallin H. Oaks, cerró la serie de mensajes con un consejo muy personal: Habiendo permanecido soltera durante treinta años antes de casarse, invitó a los jóvenes a aprovechar esta etapa para enfocarse en lo esencial: convertirse en verdaderos discípulos de Cristo. “La luz atrae a la luz”, señaló, alentando a los presentes a dejar que su fe y buenas obras brillen en medio de las incertidumbres de la vida.
Más que charlas: música y convivencia
Además de los discursos y talleres, la conferencia incluyó espacios para la recreación y el arte. Hubo sesiones de baile, patinaje y un concierto con artistas reconocidos como el cantautor multiplatino Andy Grammer y la banda cristiana NEEDTOBREATHE. La música y la convivencia fueron recordatorios de que la fe también puede celebrarse con alegría y comunidad.
Los talleres ofrecieron orientación práctica en temas como bienestar emocional, desarrollo profesional, historia de la Iglesia y finanzas personales. Así, la conferencia buscó no solo nutrir el espíritu, sino también dar herramientas útiles para el día a día de los jóvenes.
El evento concluyo con una reunión devocional en el Centro de Conferencias de la Manzana del Templo, presidida por el presidente Jeffrey R. Holland, líder del Cuórum de los Doce Apóstoles en funciones. Con ello, el fin de semana se selló como un momento de renovación espiritual para una generación que busca esperanza y dirección en un mundo lleno de desafíos.
Una generación con propósito
La reunión en Salt Lake City mostró que los jóvenes adultos de la Iglesia no son espectadores pasivos de la fe, sino protagonistas activos de un movimiento global que combina espiritualidad, servicio y comunidad.
Al terminar el fin de semana, muchos se fueron con nuevos amigos, nuevas perspectivas y una renovada determinación de vivir como discípulos de Cristo. Tal como lo expresó una joven llamada Iris:
“Me emociona ver que no soy la única que busca a Cristo. Esta experiencia me hace sentir cuánto nos ama el Salvador y cómo nos envía mensajes de aliento por medio de sus siervos”.
La conferencia fue, en esencia, un recordatorio de que el discipulado es una aventura colectiva. Y que, mientras cada joven camina su propio sendero, la luz de Jesucristo puede guiarlos a todos hacia un mismo destino: regresar al hogar celestial.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
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