La historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está marcada por hombres y mujeres de fe.
Muchos de ellos dejaron registros que nos ayudan a comprender mejor las raíces del evangelio restaurado, como William Clayton, un converso que se convirtió en confidente de José y Emma Smith, en pionero, himnógrafo y testigo de la primera mano de los días de Nauvoo.
Recientemente, la Iglesia de Jesucristo anunció que su diario de Nauvoo será publicado en colaboración con Yale University Press, después de años de trabajo de historiadores y archivistas.
Este acontecimiento nos da un vistazo único hacia uno de los periodos más intensos en la historia de los Santos.
«He reservado esas cosas que te he confiado a ti, mi siervo José, para un sabio propósito mío, y será revelado a las generaciones futuras«. (Doctrina y Convenios 5:9)
¿Quién fue William Clayton?

William nació en Inglaterra en 1814 y se unió a la Iglesia de Jesucristo en 1837, luego de escuchar a los misioneros. Poco después emigró a Nauvoo, donde se convirtió en tesorero, registrador del templo y amigo cercano de José y Emma Smith.
Su vida está entretejida con algunos de los momentos más trascendentales de la Restauración. Fue el autor del himno «¡Oh, está todo bien!», que ha inspirado generaciones a perseverar en medio de la adversidad.
Además, inventó una primitiva versión del odómetro que ayudó a los pioneros en su viaje hacia el Valle del Lago Salado en 1847.
Más allá de los hechos históricos, su vida refleja lo que significa ser un discípulo fiel en tiempos de prueba. Así como Alma aconsejó a su hijo:
«Sé paciente en las aflicciones, porque tendrás muchas; pero sopórtalas, pues he aquí, estoy contigo hasta el fin de tus días«. (Doctrina y Convenios 24:8)
El valor de su diario

El diario de Nauvoo de William Clayton es mucho más que un registro de fechas y sucesos. Es un testimonio íntimo de lo que significaba vivir la fe en medio de la persecución, los desafíos de la vida en comunidad y las enseñanzas directas de un profeta.
En sus páginas se detallan aspectos únicos de la vida en Nauvoo incluyendo la vida social, las pruebas de la familia Smith y los inicios de la práctica del matrimonio plural. Como señalaron los editores del proyecto, muchos de estos relatos no aparecen en ningún otro documento.
Para los miembros de la Iglesia de Jesucristo en la actualidad, leer su testimonio puede ayudarnos a comprender mejor el precio del discipulado y sentir gratitud por aquellos que nos precedieron. Tal como enseñó el Señor a Oliver Cowdery en los comienzos de la Restauración:
«Estas palabras no son de hombres, ni de hombre, sino mías; por tanto, testificaréis que son de mí, y no del hombre«. (Doctrina y Convenios 18:34)
Un legado para las nuevas generaciones

La decisión de publicar este diario es un recordatorio de que el Señor preserva los testimonios de sus siervos para fortalecer la fe de las generaciones futuras. William Clayton escribió en tiempos de incertidumbre y dolor, pero también de revelación, consuelo y esperanza.
Hoy, sus palabras pueden hablarnos y al leerlas podemos sentir lo que sintieron los primeros Santos. Aquellas palabras fueron escritas para nosotros tal como escribió Pablo:
«Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza».
La publicación del Nauvoo Journal of William Clayton será, sin duda, un tesoro para quienes aman la historia de la Iglesia de Jesucristo, pero sobre todo para aquellos que buscan fortalecer su fe en Jesucristo a través de los testimonios que nos precedieron.
Fuente: Sala de Prensa



