Me lo preguntaron más de una vez durante la misión.
¿No es acaso injusto que, incluso después de esta vida, se le dé la oportunidad a las personas que actuaron de forma cruel la capacidad de arrepentirse en el mundo de los espíritus?
Para muchos, podría parecer la opción más sencilla. Me “divierto” ahora, peco un poco en la Tierra y ya luego, en el mundo de los espíritus, inicio mi proceso de arrepentimiento.
Si bien sabemos que el arrepentimiento es posible después de morir, a través de las Escrituras y los profetas descubrimos que este principio es mucho más difícil de vivir cuando ya pasamos nuestro tiempo en la Tierra.
No es un lugar de vacaciones
El mundo de los espíritus es más que una sala de espera. Imagen: Midjourney
En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, creemos que el mundo de los espíritus es el lugar al que vamos inmediatamente después de morir, antes de la resurrección.
Si bien se encuentra dividido en un paraíso para los justos y una prisión espiritual para los que murieron en sus pecados, el mundo de los espíritus no es un simple salón de espera invariable.
Según aprendemos en la sección 138 de Doctrina y Convenios, Cristo organizó mensajeros para predicar a los que estaban allí, brindándoles la oportunidad de aceptar el evangelio y arrepentirse.
Pero las condiciones de aquel mundo son distintas a las que nos ofrece la Tierra.
El arrepentimiento fuera de la Tierra
Este tiempo mortal es de preparación para la eternidad. Imagen: Canva
Si bien nuestro Padre Celestial es misericordioso y nos ofrece una última oportunidad de arrepentimiento incluso tras sufrir la muerte física, Él también es un Dios justo, por lo cual este proceso presenta limitaciones en el mundo de los espíritus.
Del capítulo 42 de Alma y de la sección 138 de Doctrina y Convenios, donde se explora la naturaleza de este mundo, aprendemos estas verdades sobre el arrepentimiento fuera de la Tierra:
- Sin cuerpo físico. Superar las adicciones o las cargas psicológicas es más difícil sin un cuerpo físico.
- Mayor conciencia. Los espíritus se enfrentan a una mayor conciencia de las consecuencias de sus decisiones.
- Oportunidades perdidas. La mortalidad es un momento crucial para hacer convenios y cambiar nuestro corazón. El arrepentimiento es más eficaz cuando se realiza durante nuestra vida terrenal.
- Transformación del carácter. La transformación del carácter que requiere el arrepentimiento puede llevar más tiempo sin las experiencias físicas que facilitan el crecimiento y la comprensión.
La belleza de arrepentirse ahora
El arrepentimiento es un don divino. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Estos principios se complementan con las enseñanzas del presidente Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, quien enseñó que el arrepentimiento es un proceso de continuo crecimiento en nuestro viaje terrenal.
Es en esta vida donde las personas tienen la oportunidad de aprender de sus errores y hacer cambios significativos.
Ese mismo énfasis sobre el arrepentimiento durante la mortalidad lo ha hecho el presidente Russell M. Nelson, quien suplicó a todos a arrepentirnos diariamente:
“Ahora es el momento en el que podemos aprender. Ahora es el momento en el que podemos arrepentirnos”.
El arrepentimiento es el divino don que nos permite regresar a la presencia de Dios. Un regalo especial de Jesucristo para nuestro tiempo en la Tierra.
Si deliberadamente intentamos posponerlo, no solo estamos despreciando la misericordia de un Amoroso Padre, sino también Su sabiduría.
Él conoce nuestros corazones. Y jamás será burlado.
Fuente: Ask Gramps
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