Las enseñanzas del templo son sencillamente hermosas.
El templo está lleno de simbolismo, desde las cosas que vemos hasta las cosas que hacemos y vestimos.
Con respecto al simbolismo de los templos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el presidente Russell M. Nelson dijo:
“Cada templo es una casa de instrucción. Allí se nos instruye en el camino del Maestro.
Su método se diferencia del de los demás. Su método es antiguo y es profuso en símbolos.
Podremos aprender mucho si meditamos en la realidad que representa cada símbolo”.
Aquí mencionaremos solo cuatro de esos símbolos y los significados detrás de ellos. ¡Veamos!
Gárments
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El presidente Nelson instruyó:
“El usar el gárment del templo tiene un profundo significado simbólico; representa una dedicación constante.
Así como el Salvador ejemplificó la necesidad de perseverar hasta el fin, usamos fielmente el gárment como parte de la constante armadura de Dios.
De ese modo evidenciamos nuestra fe en Él y en Sus convenios eternos con nosotros”.
El presidente Boyd K. Packer explicó:
“El gárment representa convenios sagrados; consolida la modestia y llega a ser una protección para quien lo usa”.
Se hace referencia al gárment del templo en el Antiguo Testamento.
Durante el período de la ley de Moisés, tanto los sumos sacerdotes como los sacerdotes usaban ropa interior especial de lino.
“Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; llegarán desde los lomos hasta los muslos”. (Éxodo 28: 42–43)
Esta ropa interior de lino, junto con todas las demás vestiduras, eran “vestiduras sagradas” (Éxodo 28: 2; véase también el versículo 40).
Según Éxodo 28: 43, Aarón y sus hijos debían usar ropa interior de lino cuando entraran al tabernáculo para que no “incurrieran en culpa y murieran”.
Delantal
La vestimenta de los sumos sacerdotes [antiguos] incluían un efod o un “delantal especial”, que estaba hecho de “oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido” (Éxodo 39:2).
El erudito bíblico Menahem Haran afirma que el efod “es una especie de delantal que va alrededor del cuerpo desde los lomos hacia abajo”.
Fundamentándose en Éxodo 28:27 y 39:20, Haran explica: “Podemos suponer que cuando el sacerdote desea quitarse el delantal de la cintura, él… puede desatar la ‘unión’ en su espalda y quitar el efod hacia adelante”.
El efod, junto con el Urim y Tumim, se relacionaban con los poderes proféticos, según la obra antigua, el Testamento de Leví 8: 2–10:
“Yo [Leví] vi a siete hombres vestidos de blanco, que me decían: ‘Levántate, ponte las vestiduras del sacerdocio, la corona de justicia, el oráculo del entendimiento, el manto de la verdad, la coraza de la fe, la mitra para la cabeza y el delantal para el poder profético”.
Además del delantal especial del sumo sacerdote, Génesis 3: 7 hace referencia a los delantales de Adán y Eva, hechos de hojas de higuera, que usaron en el Jardín de Edén.
Hojas de higuera
Con respecto a Adán y Eva en el Jardín de Edén, Génesis 3:7 dice:
“Fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales”.
Aquí, el autor de la Escritura utiliza hábilmente dos componentes matizados para dar a entender temas relacionados con la sexualidad – es decir, la procreación – y hace referencia a las hojas de higuera.
La pareja cosió estos delantales para cubrir su desnudez. Los higos, que poseen abundantes semillas, señalan los poderes reproductivos.
Del mismo modo, el color verde a veces se asocia con la fertilidad, la fecundidad y los seres vivos, tanto los espirituales como los físicos (Véase Job 15: 32; Sal. 37: 2; Jer. 11: 16-17; Oseas 14: 8; DyC 135: 6).
Nombres
En el contexto de los templos antiguos y modernos, los nombres cumplen una función especial, tanto para las mujeres como para los hombres.
El nombre que más se distingue y asocia con los templos es el del Señor. Sin embargo, nuestros nombres también son significativos y poderosos en el templo.
El nombre del Señor: Durante su oración dedicatoria del Templo de Kirtland, José Smith menciona el nombre del Señor varias veces (véase DyC 109: 2-3, 9, 22).
Después de la dedicación del templo, el Señor dijo: “Porque he aquí, he aceptado esta casa, y mi nombre estará aquí” (DyC 110:7).
Con respecto al nombre del Señor y los santos templos, el presidente Dallin H. Oaks explicó:
“El Antiguo Testamento contiene decenas de referencias al nombre del Señor en un contexto en el que claramente significa la autoridad del Señor.
La mayoría de estas referencias tienen que ver con el templo… Las Escrituras hablan de que el Señor puso Su nombre en un templo porque Él autoriza que Su nombre se use en las ordenanzas sagradas de esa casa”.
El nombre de Jesucristo: Jesucristo, en Su Segunda Venida, tendrá “un nombre escrito que nadie conocerá sino Él mismo” (Apocalipsis 19:12).
El “nuevo nombre”: Varios pasajes de las Escrituras se refieren al significado de nuestros nombres en el contexto del templo. Esto se aplica por igual a mujeres y hombres.
En DyC 130:11 el Señor revela:
“A cada uno de los que entran en el reino celestial se da una piedrecita blanca, en la cual está escrito un nombre nuevo que ningún hombre conoce, sino el que lo recibe. El nombre nuevo es la palabra clave”. (Véase también Apocalipsis 2:17; 3:12)
En Isaías 56: 1 – 7, el Señor hace referencia a Su templo mediante una variedad de expresiones.
En el versículo 5, el Señor declara que dará a los que adoren en el templo un lugar y un nombre:
“Yo les daré lugar en mi casa [por ejemplo, el templo] y dentro de mis muros, y un nombre mejor que el de hijos e hijas; les daré un nombre eterno que nunca será quitado”.
Así como un cambio de vestiduras —de ropa de calle a vestimentas sagradas— indica un cambio de estatus favorable, un nuevo nombre también denota una elevación de estatus para todos los participantes en las ordenanzas del templo, hombres y mujeres.
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Fuente: LDS Living