En los primeros capítulos del Libro de Mormón se puede leer el relato de un sueño o visión del árbol de la vida concedido al profeta Lehi (véase 1 Nefi 8).
Sorprendentemente, se informa que Joseph Smith, padre, fue testigo de muchos de los elementos de la visión de Lehi en un sueño varios años antes de la aparición del Libro de Mormón (1830).
Según lo informado por la esposa de Joseph padre, Lucy Mack Smith, en su libro “History of Joseph Smith by His Mother”, que fue recopilado a mediados de la década de 1840 con ayuda de sus escribas Martha y Howard Coray, el patriarca de la familia Smith aparentemente tuvo un sueño muy similar al de Lehi alrededor del año 1811.
Durante este tiempo, según Lucy, su esposo, al igual que su hijo José algunos años después, buscó el verdadero evangelio de Jesucristo por su cuenta. Entonces, recibió la siguiente visión durante su período de cuestionamiento y búsqueda religiosa:
Sueño de Joseph Smith, padre, según el libro de Lucy Mack Smith
“Pensé que estaba viajando por un campo abierto y desolado que parecía ser muy estéril. Mientras viajaba, de repente, me vino a la mente que sería mejor detenerme y reflexionar sobre lo que estaba haciendo antes de continuar. Entonces me pregunté: ‘¿Qué motivo puedo tener para viajar por aquí y qué lugar puede ser este?’
Mi guía, que estaba a mi lado como antes, dijo: ‘Este es el mundo desolado, pero sigue tu viaje. El camino era tan ancho y estéril que me preguntaba por qué debería ir por ahí, porque, me dije a mí mismo, ‘Ancho es el camino y espaciosa es la puerta que conduce a la muerte, y muchos son los que andan por ella; pero angosto es el camino y estrecha es la puerta que conduce a la vida eterna, y pocos son los que entran por ella’.
Al avanzar un poco más, llegué a un camino estrecho. Fui por ese camino y cuando me adentré un poco en él, vi un hermoso riachuelo que corría de este a oeste.
De este riachuelo no podía ver ni su nacimiento ni su desembocadura, pero hasta donde alcanzaba mi vista, podía ver una cuerda que corría a lo largo de la orilla hasta la altura que un hombre podía alcanzar, y más allá de mí había un valle bajo pero muy agradable en el que se erguía un árbol como nunca antes había visto.
Era sumamente hermoso, tanto que lo miré con asombro y admiración. Sus hermosas ramas se extendían de alguna manera como un paraguas, y llevaba una especie de fruto, en forma parecida a una castaña, y tan blanco como la nieve, o, si es posible, más blanco.
Miré [el fruto del árbol] con considerable interés, y mientras lo veía, las cáscaras comenzaron a abrirse y desprender sus partículas, o lo que había al interior del fruto, que era de un blanco deslumbrante. Me acerqué y empecé a comerlo, y lo encontré delicioso más allá de toda descripción.
Mientras comía, dije en mi corazón: ‘No puedo comer esto solo, debo traer a mi esposa e hijos, para que participen de él conmigo’. Entonces, fui y traje a mi familia; es decir, a mi esposa y siete hijos, y todos empezamos a comer y alabar a Dios por esta bendición. Éramos sumamente felices, tanto que nuestra alegría no se puede describir fácilmente.
Mientras nos encontrábamos ocupados, vi un edificio espacioso que estaba enfrente del valle en el que estábamos [mi familia y yo], y parecía llegar hasta el mismo cielo. Estaba lleno de puertas y ventanas, y todas estaban llenas de personas, vestidas muy finamente. Cuando estas personas nos vieron en el valle bajo el árbol, nos señalaron con el dedo con desprecio y nos trataron con toda clase de falta de respeto y desdén. Pero, su menosprecio lo ignoramos por completo.
Inmediatamente, me volví hacia mi guía y le pregunté el significado del fruto que era tan delicioso. Me dijo que era el amor puro de Dios, derramado en los corazones de todos aquellos que lo aman y guardan sus mandamientos.
Luego me ordenó que fuera y trajera al resto de mis hijos. Le dije que todos estábamos allí. ‘No’, respondió, ‘mira allí, tienes dos más, también debes traerlos’.
Al levantar los ojos, vi a dos niños pequeños parados a cierta distancia. Inmediatamente, fui hacia ellos y los traje al árbol, donde comenzaron a comer con los demás, y todos nos alegramos juntos.
Cuanto más comíamos, más parecíamos desear [el fruto], hasta que incluso nos arrodillamos y lo recogimos, comiéndolo a puñados en repetidas oportunidades.
Después de darnos este banquete durante un corto tiempo, le pregunté a mi guía cuál era el significado del edificio espacioso que vi. Él respondió: ‘Es Babilonia, es Babilonia, y debe caer. Las personas en las puertas y ventanas son sus habitantes, que desprecian a los Santos de Dios por su humildad’. Pronto me desperté, aplaudiendo de alegría”.
Paralelos entre el sueño de Lehi y Joseph Smith, padre
Son inmediatamente reconocibles varios paralelos entre el sueño de Joseph, padre, y los elementos de la visión de Lehi que se registran en 1 Nefi 8:
Un desierto obscuro y lúgubre (v. 4), una guía angelical (v. 5), un campo grande y espacioso (v. 9), el árbol de la vida con frutos blancos (v. 10), un río (v. 13), una barra de hierro (v. 19), un sendero estrecho y angosto (v. 20), vapor de tinieblas (v. 23 ), y un edificio grande y espacioso (v. 26).
Estos paralelos demuestran una relación clara entre el Libro de Mormón y el relato de Lucy sobre el sueño de su esposo.
Debido a que Lucy recordó que Joseph padre tuvo este sueño en 1811, años antes de la publicación del Libro de Mormón (1830), los detractores de la Iglesia de Jesucristo generalmente piensan que José Smith simplemente usó detalles del sueño de su padre y los reelaboró en su propio texto.
Sin embargo, por muchas razones, la opinión de los escépticos es discutible.
Debido a que “no hay evidencia de que Lucy Mack Smith haya escrito su material antes de 1845, y debido a que el Libro de Mormón fue escrito en 1829”, se pueden plantear justificadamente preguntas sobre la dirección de la dependencia textual entre estas dos fuentes.
Se podría argumentar fácilmente, y de hecho parece más probable, que el relato de Lucy, o las fuentes en las que se basó, dependen del texto del Libro de Mormón.
Por ejemplo, el relato de Lucy sobre el sueño de su esposo incluye este pasaje:
“Inmediatamente, me volví hacia mi guía y le pregunté el significado del fruto que era tan delicioso. Me dijo que era el amor puro de Dios, derramado en los corazones de todos aquellos que lo aman y guardan sus mandamientos”.
Este lenguaje se extrae directamente de la propia explicación de Nefi sobre el significado del árbol de la vida:
“Es el amor de Dios que se derrama ampliamente en el corazón de los hijos de los hombres” (1 Nefi 11: 22).
Un análisis de Sharalyn D. Howcroft, archivista de la Biblioteca de Historia de la Iglesia, sostiene que la compleja forma en la que se redactó el libro de Lucy Mack Smith…
“Debería hacer que los historiadores comiencen a utilizar la historia de Lucy con precaución”.
Esto debido a que su historia fue moldeada por la memoria y la recitación, así como por varios documentos personales que, como afirmó Lucy, “se adaptaron a [su] propósito”.
La historia de Lucy es el resultado de procesos complejos y algo desconocidos que las fuentes históricas no explican. La historia estuvo lejos de ser el resultado de una simple narración.
Aparentemente, el padre de José Smith tuvo el sueño del árbol de la vida alrededor de 1811, antes de que se publicara el Libro de Mormón en 1830.
El único registro que se tiene de este sueño es de mediados de la década de 1840, en el libro de Lucy. Dicho material fue escrito mucho después de la publicación del Libro de Mormón.
De hecho, nadie más de la familia Smith menciona siquiera este sueño.
Técnicamente, ni siquiera fue Lucy quien escribió físicamente el libro, fueron sus escribas, Martha y Howard Coray. Entonces, según la evidencia disponible, no estamos leyendo lo que Joseph padre dijo sobre su sueño.
Estamos leyendo lo que los escribas de Lucy registraron sobre lo que ella relató del sueño de su esposo, en un momento en que Joseph padre no estaba presente para verificar su exactitud.
Joseph padre murió en 1840, mientras que el libro de Lucy no se escribió hasta entre 1844 y 1845, cuando Lucy tendría unos 70 años.
En lugar de ser “una obra de autoría singular”, como la han entendido habitualmente los lectores promedio, la historia de Lucy debería ser vista más apropiadamente como:
“Un ejemplo de publicación de escribas que se basa en gran medida en textos preexistentes para dar cuerpo a las vidas de la extensa familia Smith”.
Además de las fuentes identificadas por Howcroft, incluida posiblemente una fuente de Joseph padre, parece probable, a partir del ejemplo anterior, que la historia de Lucy también se basó en el lenguaje del Libro de Mormón y otras escrituras.
Considerando esto, dado que no existe ninguna fuente de primera mano para la visión de Joseph padre, mucho menos una que sea anterior a la publicación del Libro de Mormón, “la naturaleza compleja de las posibles influencias en la narración del sueño [de Joseph padre] durante un período de tiempo tan largo está más allá de cualquier reconstrucción segura” (“The Book of Mormon as an Ancient Book”, Griggs, pág. 95).
Nada de esto quiere decir que Lucy o los Coray mintieran o engañaran intencionalmente en la forma en que contaron el relato de la visión de Joseph padre.
Las prácticas de los autores y editoriales en el siglo XIX no siempre fueron tan rígidas como lo son hoy. Además, con frecuencia, los escribas readaptaban el material original según lo consideraban apropiado para elaborar una historia convincente.
Por lo tanto, sería ilógico juzgar a Lucy o a los Coray basándonos en estándares editoriales modernos.
Más bien, este punto se plantea simplemente para crear conciencia sobre la alta probabilidad de que el relato de Lucy (del sueño que Joseph padre) tuvo más de treinta años antes de que su registro se viera fuertemente influenciado por el lenguaje del Libro de Mormón.
*Portada: El sueño de Lehi por Steven Lloyd Neal
Fuente: Book of Mormon Central y Saints Unscripted
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