Desde 2016, un huerto comunitario en Taber, Alberta, ha brindado productos frescos a bancos de alimentos locales, gracias a la colaboración entre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la comunidad.
Este proyecto nació al identificar la necesidad de alimentos frescos en el Banco de Alimentos de Taber. En respuesta, la Iglesia destinó sus tierras agrícolas a la producción de vegetales, trabajando en conjunto con voluntarios y socios locales.
En 2023, la Iglesia vendió el terreno original del huerto. Sin embargo, el municipio de Taber arrendó nuevas tierras al Banco de Alimentos, lo que permitió continuar el proyecto en una ubicación más accesible. La Iglesia apoyó esta transición financiando infraestructura clave, como cercas, sistemas de agua y estacionamientos, consolidando al huerto como una iniciativa comunitaria autosostenible.
Este huerto se ha convertido en un ejemplo de cooperación. Empresas locales donan fertilizantes y servicios básicos, mientras agricultores ofrecen su tiempo y equipo para preparar el terreno.
Cada año, más de 1,500 horas de trabajo voluntario son dedicadas a plantar, cuidar y cosechar los cultivos. Niños, familias, grupos escolares y clientes del banco de alimentos participan en estas labores, fortaleciendo el sentido de comunidad.
Aunque el principal beneficiario es el Banco de Alimentos de Taber, la producción suele exceder la demanda local. Los excedentes se distribuyen a bancos de alimentos y comedores en toda la provincia, con la ayuda de agricultores que donan los costos de transporte.
“Es un espacio que no solo alimenta a los necesitados, sino que une a las personas”, afirmó David Torrie, líder local del proyecto. Este huerto demuestra cómo la colaboración puede generar soluciones sostenibles para combatir el hambre y fortalecer vínculos comunitarios.
Fuente: Church News