“Coco”, seguramente esa es nuestra primera impresión cuando escuchamos sobre el Día de los Muertos, la tradicional festividad mexicana que honra la memoria de aquellos que han partido de este mundo.
Es una fecha que conmemora la vida y los recuerdos, tal como entona la canción más célebre de esta emotiva película:
“Recuérdame, no llores por favor. Te llevo en mi corazón y cerca me tendrás”.
El Día de los Muertos honra la memoria de quienes han partido de esta vida. Imagen: Disney Plus
Aunque esta celebración tiene sus orígenes antes de que el cristianismo llegue al continente americano, y por ello podría considerarse una fiesta pagana, su mensaje —tal como tiernamente cuenta la canción— nos brinda la esperanza de que podremos reencontrarnos con los que ya no están.
Una certeza que compartimos en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Que, gracias a Cristo, la muerte no es el final.
Podemos volver a ver a los que ya han partido. Y, una manera de recordar esa verdad eterna, es a través de los tradicionales altares que se colocan en el Día de los Muertos, costumbre a la que se unen también fieles Santos de los Últimos Días.
Altares: el símbolo del reencuentro
Los altares están compuestos por objetos que trae aviven los recuerdos de la persona que ha fallecido. Imagen: Getty Images
Así lo relata el hermano Kemish Camacho, de la estaca Alamedas en Ciudad de México:
“No conocí en vida a 3 de mis abuelos, pero pude conectar con ellos gracias a mi iniciativa de poner un altar. Me encantaría que todos los miembros y no miembros en cualquier país pudieran tener la experiencia de acercarse a sus antepasados a través de un altar”.
El altar por el Día de los Muertos consiste en una ofrenda en donde se colocan algunas flores, ceras, velas, veladoras, incienso, papel picado, fruta, fotos, alimentos y otros objetos con los que se busca honrar al familiar que ha partido.
A través de esta ofrenda, sus espíritus regresarían a casa, al mundo de los vivos, para compartir con sus familiares la comida y recuerdos que se ofrecen en su honor.
Un momento en el que la esperanza del dulce reencuentro se aviva. Y mucho más para el hermano Kemish, quien en el altar de sus abuelos también ha colocado una fotografía del templo para recordar las promesas eternas que efectuamos en la Casa del Señor.
Créditos: Kemish Camacho
En estos altares, por lo tanto, la muerte no representa una ausencia, sino un símbolo de la vida. Nuestra existencia no tiene un fin y, en el Día de los Muertos, los miembros de la Iglesia nos unimos a esta celebración para reafirmar que “el sepulcro no tiene victoria” (1 Pedro 1:3).
El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Cuanto más aprendemos sobre el evangelio de Jesucristo, más nos damos cuenta de que los finales aquí en la Tierra no lo son en realidad; son simplemente interrupciones, pausas temporales que un día parecerán pequeñas comparadas con el gozo eterno que les espera a los fieles”.
El reencuentro es gracias a Él
Gracias a que Cristo venció la muerte, todos podremos resucitar. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Como Santos de los Últimos Días, creemos que este tiempo en la Tierra es solo una fracción de toda una eternidad que Dios ha preparado para nosotros.
Antes de venir a este mundo, vivíamos con nuestro Padre Celestial, pero solamente como espíritus. Fue en la Tierra donde recibimos un cuerpo y será después de este tiempo terrenal cuando podremos elevar nuestra condición a dioses y diosas que vivirán para siempre. Y no solos, sino con nuestras familias.
Un plan perfecto que solamente es posible gracias a Jesucristo. Durante su vida terrenal, el Salvador nos enseñó el camino a seguir para regresar de vuelta al Padre. Y con Su muerte, nos aseguró la posibilidad de ese reencuentro divino. No solo con Dios, sino también con nuestros seres más queridos.
A través del sacrificio de Cristo, tenemos la esperanza de reencontrarnos con nuestros seres queridos. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La hermana Reyna Aburto, quien sirvió como consejera en la presidencia general de la Sociedad de Socorro, declaró:
“Mediante la redentora expiación y la gloriosa resurrección de Jesucristo, los corazones quebrantados pueden ser sanados, la angustia puede convertirse en paz y la aflicción puede convertirse en esperanza”.
Gracias a Jesucristo, los finales no existen. La separación es temporal.
Y, en este periodo de espera, podemos honrar a nuestros amigos y familiares que ya han partido uniéndonos a la celebración del Día de los Muertos, aguardando por ese dulce reencuentro, cantando como Miguel a Mama Coco:
“Hasta que en mis brazos estés, recuérdame”.
Los altares por el Día de los Muertos nos permiten recordar y mantener viva la esperanza de volver a ver a quienes ya han partido. Imagen: Disney Plus
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@masfe.org ¿De dónde venimos? ¿Por qué estamos aquí? y ¿Que pasará con nosotros luego de esta vida? En los videos anteriores respondimos las dos primeras preguntas y hoy te ayudamos a responder la última. Al partir de esta vida el espíritu de todo ser humano irá al denominado “mundo de los espíritus” en donde esperará la segunda venida de Jesucristo para así poder resucitar con un cuerpo perfecto e inmortal y recibir la recompense por sus acciones en uno de los tres reinos de gloria que Dios tiene preparados para cada uno de Sus hijos. plandesalvacion preguntaexistencial respuestas sabiasque cristianos tiktokcristiano sud jesus angeles biblia dios plandedios
