Brandon Pak fue vocalista de la estrella del pop, Charlie Puth, su grupo acapella fue telonero de Pentatonix y además fue invitado para audicionar en America’s Got Talent.
Licenciado en composición de la Universidad de Berklee en Boston, Massachusetts.
Nada de esto se compara con la manera en que la música ayudó a Brandon a sentir el Espíritu Santo y compartirlo con los demás.
“Antes de entender lo que era realmente sentir el Espíritu Santo… la música fue lo más parecido a lo que era espiritualidad”.
Mientras tenía una vida encaminada hacia la fama musical que lo dejó sintiéndose completamente solo, Brandon volvió a la Iglesia en la que alguna vez se había alejado.
Por primera vez en muchos años, su alma se sintió libre y volvió a comprometerse a vivir una vida llena de gozo, renunciando incluso a la oportunidad de participar en America ‘s Got Talent para servir una misión.
Ahora utiliza su música para ayudar a los demás a conocer su propia a autoestima mediante el evangelio.
Inseguro del evangelio
Mientras Brandon crecía, su familia se mudaba constantemente debido a que su padre era un militar. Esto le dificultaba conectar con un lugar o grupo de personas. Sin embargo, la música y su familia siempre estuvieron presentes en su vida, lo cual le proporcionó amor y felicidad.
La Iglesia formó parte de su niñez, pero no fue tan importante para él en ese entonces.
Brandon experimentó incomodidad con el evangelio cuando su padre testificaba de algo que él simplemente no había sentido todavía.
Sintiendo que no encajaba en la Iglesia y que simplemente no la entendía, Brandon decidió dejar de asistir a los 17 años.
Mientras Brandon se encontraba luchando con sus creencias, él adquirió más confianza en la música.
Fue aceptado en la Universidad de Berkeley y viajó por todo el país hasta llegar a Boston para así estudiar una doble licenciatura en educación musical y terapia musical.
Cuando se encontraba estudiando ambas carreras, Brandon se dio cuenta de que Él realmente quería dedicarse a componer canciones, así que cambió de rumbo a mitad de carrera.
Cantaba e iba de gira con varios grupos y aceptaba todo tipo de actuaciones musicales, algo que desde afuera parecía ser perfecto, sin embargo, por dentro las cosas iban empeorando.
Sentirse vacío
Brandon describe el año en que inició la composición como uno de los más difíciles de su vida. Todos estaban muy felices por él y lo que estaba logrando.
Logró ser corista para Charlie Puth, su grupo de acapella abrió para Pentatonix, se fue de gira con distintas bandas y constantemente, sus amigos le felicitaban por su éxito.
“Me decían, ‘Debes estar en el mejor momento de tu vida, estás de gira, viajando, cantando’ a lo que yo pensaba ‘Creo que estos son los momentos más difíciles y deprimentes de mi vida’. Por fuera todo se veía muy lindo, pero en el fondo me sentía muy vacío.
Sentía que ya no había nada para mí que me mantuviera con los pies en la tierra. Solía correr por Boston hasta las dos de la mañana por el río Charles hasta sentirme completamente agotado para al menos sentir algo porque me sentía muy solo”.
No fue hasta una de esas noches en las que Brandon se dio cuenta de que había llegado al límite. Sabía que necesitaba ayuda, que tenía que cambiar su vida. Sin saber nada qué hacer, encontró una capilla cercana en Boston, donde se reunían a las 9 a.m y decidió probar suerte.
“Recuerdo la primera vez sentado en la banca después de mucho tiempo y fue uno de los sentimientos más impresionantes. Había llegado a algún lugar y que todo el peso de encima no estaba ahí. Sentí un completo alivio”.
Construyendo su propio entendimiento
Ese día, el barrio JAS Longfellow Park, recibió a Brandon con los brazos abiertos a Brandon, muchos hacían cola para saludarlo.
El Espíritu comenzó a llenar esos espacios vacíos dentro de él, y empezó a comprender el evangelio de una manera que nunca había entendido cuando era niño.
“No siento que haya vuelto a ningún nivel de espiritualidad en el que estaba antes. Era algo totalmente diferente, mi corazón estaba en otro lugar. Mucho más abierto”.
Brandon decidió poner a prueba este sentimiento de vivir plenamente el evangelio por tres meses para ver si uno de esos cambios se mantenían.
Dejó de tomar, pasaba el tiempo de otra manera y se dedicaba a otras cosas.
“Esos tres meses fueron los momentos más significativos que experimente en toda mi vida”.
El evangelio se convirtió en lo más interesante en la vida de Brandon, devoraba las escrituras y doctrinas todos los días.
“Estaba muy hambriento de eso”.
Incluso en sus clases, él se sentía muy atraído por las escrituras.
Un día, el compositor de Jesse McCartney acudió a su clase y mientras el resto de los alumnos le preguntaban al visitante sobre su carrera, Brandon se sentó al final de la clase y continuó leyendo las escrituras.
Rechazar America ‘s Got Talent por servir una misión
Al finalizar estos tres meses, Brandon sabía que tenía que ir a servir una misión. Inició con sus papeles y no dejó que nadie lo parará, incluso tuvo que rechazar la propuesta de America ‘s Got Talent.
“Sabía lo que se sentía estar solo y estar en búsqueda del evangelio y qué tipo de valor me daban eso como persona y qué ilusión sentía por el futuro. Quería que otras personas pudieran tener eso”.
Después de su misión, Brando se unió a Deseret Book y Shadow Mountain Publishing para trabajar en canciones originales llenas de fe.
Algunas personas llevan un diario para registrar sus experiencias espirituales, otras escriben poemas o hacen arte. Brandon las canta.
“Cada vez que tengo una experiencia espiritual, inmediatamente escribo una canción. No me siento forzado a escribir sobre temas espirituales necesariamente. Simplemente, creo que la mejor forma de contar los acontecimientos de mi vida y los sentimientos que son difíciles de describir, siempre han sido a través de la música”.
Incluso la forma en que Brandon siente el Espíritu se relaciona con cómo se siente tocando música.
“Siempre experimento [sentir el Espíritu] a través de la música. Para mí, es como cuando escuchas una canción por primera vez y sientes que ha sido escrita solo para ti: la letra conecta, te sientes visto y siento escalofríos que empiezan en un lugar de mi cuerpo y se extienden por este”.
Fuente: LDS Living