En una historia reciente de CNN, los ex corredores de la Universidad Brigham Young, Conner Mantz y Clayton Young, hablaron sobre cómo el evangelio de Jesucristo ha impactado su trayectoria en la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Si mi identidad se reduce solo a ser corredor o a lograr formar parte de este equipo olímpico, puede ser muy debilitante”, compartió Clayton.
Misioneros retornados, atletas olímpicos y mejores amigos
Los amigos han perseguido el objetivo de llegar a los Juegos Olímpicos durante casi siete años, corriendo más de 10,000 millas juntos. El récord personal de maratón de Clayton es de dos horas y ocho minutos, mientras que el récord de Conner es de dos horas, siete minutos y 47 segundos.
Antes de conocerse en la universidad en 2017, ambos sirvieron como misioneros de tiempo completo para la Iglesia, con Clayton compartiendo el evangelio en Raleigh, Carolina del Norte, y Conner sirviendo en la misión de Ghana Accra West.
El 3 de febrero, los amigos ocuparon el primer y segundo lugar en las Pruebas de Maratón del Equipo Olímpico de EE. UU. 2024. Para prepararse para los próximos Juegos Olímpicos de este verano, Clayton planea competir en la Media Maratón de la Ciudad de Nueva York el 17 de marzo, mientras que Conner se enfoca en recuperarse de una lesión leve.
A través del torbellino de preparativos para los Juegos Olímpicos, los amigos dicen que su amistad se ha vuelto profundamente solidaria y motivadora. “Podemos aprender el uno del otro cuando no estamos corriendo, y luego cuando estamos corriendo, podemos animarnos mutuamente”, compartió Conner.
Clayton estuvo de acuerdo, comentando que incluso cuando las cosas se ponen competitivas, tratan de recordarse a sí mismos que son “mejores juntos”.
En última instancia, siente que su fe ha ayudado a ampliar sus habilidades y mantenerlos centrados en lo más importante:
“A través de nuestra fe, hemos comprendido que somos más que solo un par de corredores, somos más que simplemente atletas profesionales. Somos esposos, soy padre, y somos hijos de Dios. Definitivamente ha contribuido a nuestra carrera porque esa perspectiva eterna es realmente lo que nos fundamenta. La competencia es importante y formar parte de un equipo olímpico es obviamente algo único en la vida, pero hay más en esta vida que correr”.
Fuente: LDSliving.com
Imagen de portada: James Gilbert, Getty Images
