En el primer día que se enseñó leyes en Brigham Young University, un profesor explicó que estudiar leyes no es como tomar un vaso de agua, se trata de navegar un océano entero.
De acuerdo con el élder Wilford W. Andersen, miembro de la clase fundadora de leyes en BYU y setenta Autoridad General grado emérito de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, explicó que en realidad, las leyes son como el océano Pacífico y la escuela de derecho te enseña a cómo navegarlo.
Además, el élder Andersen y otras personas consideran que la autenticidad que posee BYU Law School se debe gracias a que los profesores enseñan a los estudiantes de derecho a atravesar por ese océano legal con un timón construido basado en su fe.
Los primeros años de BYU Law School
El presidente Dallin H. Oaks y Rex Lee fundaron BYU Law School hace 50 años.
Tad Walch, escritor de Deseret News, explicó que antes de que esta facultad se fundara, el presidente Oaks consideró que no sería una buena idea. Sin embargo, con el paso del tiempo recibió la guía del Señor para tomar la decisión de crear esta facultad.
El élder Andersen destacó que en la historia, los primeros profesores de BYU Law School, el presidente Oaks, Carl Hawkins, Ed Kimball, venían de las mejores facultades de derecho como Chicago, Michigan y Pennsylvania, y ejemplificaron compromiso con la restauración de la Iglesia de Jesucristo.
El élder Andersen dijo:
“Sabíamos que podíamos ejercer la carrera de derecho y tener éxito sin renunciar a ninguna de nuestras convicciones personales y de compromiso con el evangelio”.
Su impacto a lo largo de los años
Esa ética se ha aceptado en la facultad desde el primer día hace 50 años y sigue formando parte de la fórmula de ahí en adelante.
De hecho, es una cualidad que el nuevo decano de BYU Law School, David Moore, quiere compartir con los estudiantes:
“Considero que parte de lo que aporto también es la experiencia de haber trabajado en diferentes entornos profesionales y ser fiel a lo que soy.
Muchos pueden tener miedo a demostrar su fe o tal vez están inseguros de cómo navegar por los círculos profesionales como una persona de fe. Una de las cosas que les puedo ofrecer para esto es ser tú mismo. Puedes ser quien eres. Puedes ser fiel a tu fe y las personas van a apreciarlo.
Puedes ser un profesional talentoso que conecta con los demás y entender la dinámica de un entorno profesional y al mismo tiempo ser absolutamente quién eres en lo que involucra al evangelio y los convenios que has hecho.
Además, siento que las personas en general lo aceptan. He tenido colegas que a lo largo de los años lo respeta. Somos diferentes, pero nos queremos”.
Fuente: Deseret News