Del 5 al 15 de junio de 2025, el élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, realizó una gira de ministración por Europa Central. La visita incluyó Alemania, Suiza, Austria, Albania, Macedonia del Norte y Kosovo.
Acompañado por su esposa, la hermana Susan Gong, compartió mensajes de fe, esperanza y unidad. Sus palabras tocaron a miles de personas y fortalecieron lazos con líderes religiosos y civiles.
La visita comenzó en Wiesbaden, Alemania. Más de tres mil personas asistieron a una conferencia multirregional. Con frases en alemán y un espíritu de cercanía, el élder Gong enseñó que el Evangelio debe ser un lugar de acogida para todos.
“Nadie debería sentarse solo, ni en la iglesia ni en la vida”.
Días después, en una conferencia especial en Múnich, animó a los miembros a seguir el ejemplo del buen samaritano. Los invitó a ser compasivos, atentos y dispuestos a ayudar al prójimo. Estuvo acompañado por el élder Jack N. Gerard, de la Presidencia del Área Europa Central, y otros líderes locales.
Durante su paso por los Balcanes, el élder Gong sostuvo encuentros significativos. En Albania, se reunió con la viceministra de Asuntos Exteriores. Le expresó gratitud por la libertad religiosa y habló sobre la importancia de comunidades fuertes y solidarias.
En Macedonia del Norte, visitó un hospital beneficiado por donaciones de la Iglesia. Allí anunció nuevas ayudas para fortalecer los servicios de emergencia. También se reunió con autoridades gubernamentales y destacó la importancia de educar a los jóvenes en valores y responsabilidad.
En Kosovo, conversó con el gran muftí y con el primer ministro. Juntos reflexionaron sobre cómo ayudar a los jóvenes a enfrentar sus desafíos mediante la fe, la educación y la familia.
En un devocional local, ocurrió un momento conmovedor. Un joven ciego se acercó al élder Gong. El apóstol tomó sus manos y las llevó a su rostro, permitiéndole “verlo” mediante el tacto. El gesto dejó una profunda impresión espiritual en los asistentes.
En Suiza, los Gong dirigieron un devocional con jóvenes adultos en el Templo de Berna. La hermana Gong habló del kintsugi, el arte japonés de reparar con oro, como símbolo del valor de nuestras cicatrices sanadas.
De regreso a Alemania, los mensajes continuaron. Se enfocaron en la preparación espiritual y en permitir que Dios prevalezca en la vida diaria. Los líderes locales testificaron que siempre es posible cambiar y hallar libertad en Cristo.
A lo largo de los diez días, el mensaje del élder Gong fue claro y constante: el Evangelio de Jesucristo brinda esperanza, consuelo y pertenencia. Su invitación fue directa: ayudar a que nadie camine solo por la vida.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
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