Un día estaba buscando imágenes en Internet que me ayudaran a despertar mi imaginación para un proyecto en el que estaba trabajando.
Entonces, encontré una página web donde muchos artistas crean dibujos, obras de arte, a partir de un trazo.
Lo que ellos hacen es tomar un lápiz o bolígrafo, lo mueven varias veces y, cuando lo levantan, ya tienen un dibujo.
Así que pensé en lo difícil que debía ser ese proceso, y que nunca podría hacerlo.
Pero, mientras seguía desplazándome en la red, de repente me sorprendió una imagen.
Mi respiración se cortó de repente.
Era un dibujo de un solo trazo de nuestro Salvador, Jesucristo.
Este artista encontró a Cristo con una simple línea.
Estas palabras vinieron a mi mente:
“Este artista supo encontrarme con un solo trazo, tú también puedes encontrarme en las muchas cosas sencillas que te rodean”.
Una gran cantidad de recuerdos y experiencias comenzaron a pasar por mi mente; momentos cotidianos a lo largo de mi vida en los que vi al Señor.
Él estaba allí.
Aquella confirmación resonó por todo mi ser.
Si un artista puede encontrar a Cristo en un simple trazo, nosotros también podemos encontrarlo en cualquier parte.
Esta experiencia me hizo hacer una pausa y dedicar más tiempo a buscar a Cristo, ¿y saben qué? lo encontré en todas partes.
Todo esto me recordó a un discurso que el presidente Henry B. Eyring dio hace varios años titulado “¡Oh recordad, recordad!”.
El presidente Eyring habló sobre el servicio que su suegro prestó a su familia, a lo que el espíritu lo animó a escribir la experiencia:
“Al seguirlo haciendo, algo comenzó a suceder. Al repasar mentalmente mi día, me percataba de lo que Dios había hecho por alguno de nosotros y no lo había reconocido en los momentos del día en los que estaba ocupado.
Cuando eso ocurría, y pasaba a menudo, comprendí que el tratar de recordar había permitido que Dios me mostrara lo que Él había hecho”.
Podemos mirar nuestras vidas en retrospectiva.
Podemos encontrar las evidencias.
Podemos demostrar, no solo a nosotros mismos, sino a todos los hijos de Dios, que Él está en todos los detalles de nuestras vidas.
Y tú, ¿cómo encuentras a Cristo en tu día a día?
Fuente: LDS Daily