A veces, se nos olvida lo maravillosas que somos por diferentes problemas que pueden ocurrir día a día. Hoy deseo que recuerdes lo increíble que eres y las bendiciones que posees por ser una hija de Dios.
Estas 4 cosas JAMÁS debes olvidar, aunque estés pasando el día más gris:
Puedes ser lo que desees ser
No te rindas, sigue intentando hasta que se haga realidad. ¡Tú puedes! Imagen: Canva
Sí, tal como dice el eslogan de Barbie, “tú puedes ser, lo que quieras ser”. Puedes ser astronauta, ingeniera, futbolista, abogada, todo lo que quieras.
En el lema de las Mujeres Jóvenes dice:
“Soy una hija amada de Padres Celestiales, con una naturaleza divina y un destino eterno”.
Las jóvenes repiten esas palabras cada semana porque son verdad. Así que, no olvides que como hija de un Padre y una Madre Celestial tienes procedencia divina y un destino eterno.
Eres capaz de lograr todo lo que te propongas, incluso lo que crees que es imposible. No te rindas.
No eres la única responsable de las tareas del hogar
Mereces una familia donde tanto tú como tu esposo se esfuercen por el bienestar de la misma. Imagen: Canva
Dios creó a la mujer como ayuda idónea del hombre, no para que le haga las cosas.
“Y yo, Dios el Señor, dije a mi Unigénito que no era bueno que el hombre estuviese solo; por consiguiente, le haré una ayuda idónea para él” (Moisés 3: 18).
Cuando un hombre y una mujer se casan, se hacen uno. Por lo tanto, deben ayudarse para progresar juntos en esta vida y así, alcanzar la eternidad. Asimismo, cada uno debe reconocer el valor del otro y amarse:
“La mujer procede del hombre; no de su pie para ser pisoteada, sino de su costado, para ser igual a él, de debajo del brazo para ser protegida, y de cerca de su corazón para ser amada”. – David O. McKay
No eres del sexo débil, eres fuerte
Eres fuerte y muy capaz. Imagen: Canva
El élder Quentin L. Cook dijo:
“Nuestras mujeres no son asombrosas porque hayan podido evitar las dificultades de la vida; al contrario; lo son por la forma en que han afrontado las pruebas.
A pesar de los desafíos y las pruebas que la vida ofrece, ya sea por estar casadas o por no estarlo, por las decisiones de los hijos, por tener mala salud, por falta de oportunidades y muchos otros problemas, ellas permanecen admirablemente fuertes, inalterables y fieles a la fe.
En toda la Iglesia, constantemente nuestras hermanas ‘socorren a los débiles, levantan las manos caídas y fortalecen las rodillas debilitadas’”.
Las mujeres tenemos una fortaleza increíble, podemos soportar miles de cosas y jamás nos rendimos. Por eso, Dios nos eligió a nosotras para cuidar de Sus hijos e hijas aquí en la Tierra y la eternidad.
Dios te creo para ser feliz
Mereces ser feliz cada día. Imagen: Canva
Viniste a este mundo para ser feliz, que nadie te haga dudar de eso. El élder Dale G. Renlund expresó:
“Nuestro Padre Celestial desea que ustedes se conviertan en Sus herederas y reciban todo lo que Él tiene… Él las ama más de lo que ustedes saben y quiere que sean felices en esta vida y en la vida venidera”.
Aléjate de todo aquello que te haga sentir mal. Recuerda que eres una hija de Dios y debes ser tratada como tal. Él te envió aquí para que tengas gozo, no para sufrir, cuando puedes controlar esas situaciones.
El presidente Jeffrey R. Holland aconsejó:
“No te quedes ni cinco minutos con alguien que te desprecie, critique, sea cruel y tenga la audacia de llamarlo humor.
La vida de por sí es dura, por lo cual no necesitas estar con alguien que… esté constantemente minándote la autoestima, el sentido de dignidad, la confianza y la alegría”.
Las mujeres somos increíbles, capaces, poderosas y merecemos ser felices por el simple hecho de ser hijas de Dios.
Fuente: Instagram
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