Nadie puede decir que ha aprendido lo suficiente de las Escrituras. Cuanto más se lee, más se aprende.
Un lector diligente no solo puede aprender sobre los principios y las verdades del Evangelio, sino que también puede descubrir consejos sutiles sobre la vida y las relaciones que en los mejores libros de autoayuda.
Si uno se toma el tiempo de leer las historias de amor de las Escrituras, puede aprender mucho.
Aquí hay algunos ejemplos de amor y matrimonio de las Escrituras en los que podemos inspirarnos.
1. Adán y Eva: Aprender junto con el Señor
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Parte de cada matrimonio es la oportunidad de aprender algo nuevo juntos. Esto sucedió en un nivel muy diferente para Adán y Eva.
Ambos eran nuevos en la Tierra, disfrutaron de las bendiciones del jardín del Edén y, en consecuencia, tuvieron que aprender a abrirse camino en el mundo solitario y triste.
No hace falta decir que, sin otras personas a quienes acudir, Adán y Eva confiaron en el Señor y Sus instrucciones.
En las nuevas relaciones, es importante aprender junto con la ayuda del Señor. Habrá momentos en los que surgirán desafíos. Habrá momentos de incertidumbre. Habrá etapas en las que una nueva pareja podría sentirse impotente.
Sin embargo, al igual que Adán y Eva, deben aprender a navegar por la vida con la guía y la ayuda del Señor.
2. Jacob y Raquel: Servicio y sacrificio
“Y Jacob amó a Raquel y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel, tu hija menor”. (Génesis 29:18)
Para Jacob, fue amor a primera vista. En las Escrituras, se describe a Raquel como una mujer “hermosa” y Jacob estaba dispuesto a servir durante mucho tiempo por ella.
A pesar del servicio de Jacob, Labán, el padre de Raquel no cumplió su palabra. Entonces, Jacob tuvo que servir otros siete años. Sin embargo, esos años se describieron de la siguiente manera:
“Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba”. (Génesis 29:20)
El servicio y el sacrificio son importantes para fortalecer las relaciones, especialmente la relación entre un esposo y una esposa.
Cuando se presta un servicio abnegado a un cónyuge, el amor aumenta y los sentimientos se vuelven más genuinos. El presidente Ezra Taft Benson habló sobre los matrimonios felices:
“El secreto de un matrimonio feliz es servir a Dios y a los demás”.
Piensa en los momentos en que el servicio a tu cónyuge o novio(a) ayudó a traer sentimientos más tiernos a tu relación.
3. José y María: Aceptar la voluntad del Señor
Nadie sabe exactamente qué pasó por la mente de José antes de que el ángel le dijera que María concebiría un hijo.
Quizás, José tenía otros planes en mente. A pesar de eso, el padre terrenal del Salvador aceptó de todo corazón la voluntad y el plan del Señor para ambos.
Llegará un momento en la vida de cada pareja en que la voluntad del Señor será diferente de lo que han planeado.
Uno de los atributos más esenciales que debe tener un esposo y una esposa es la capacidad de aceptar y seguir la voluntad del Señor, independientemente de cuán difícil y diferente sea.
4. Nefi y su esposa: Firmes en las aflicciones
El viaje de la familia de Lehi a la Tierra Prometida vino con todo tipo de desafíos y pruebas.
Una de estas pruebas fue la rebelión de Lamán y Lemuel. En una ocasión, mientras estaban en el barco en dirección a la Tierra Prometida, los dos hijos mayores de Lehi ataron a Nefi.
La esposa de Nefi, junto con sus hijos, oró al Señor y clamó a Lamán y Lemuel para que liberaran a Nefi. Es seguro que ella se quedó con su esposo durante esa terrible experiencia.
Los esposos y las esposas son la fuerza del otro.
En tiempos de gran aflicción (problemas de salud, hijos rebeldes, dificultades económicas), los hombres y las mujeres deben ser el ancla el uno del otro. Además, deben confiar en la fuerza y el testimonio del otro.
Es posible que los problemas no se resuelvan fácilmente, pero pueden ser menos dolorosos cuando se comparten mutuamente.
5. José y Emma Smith: Ver el verdadero potencial
El logro educativo de José Smith fue humilde en comparación con el de Emma.
Ella era una mujer instruida mientras él se dedicaba a trabajar. A pesar de las diferencias, Emma Hale se casó con el futuro Profeta. Incluso después de muchos años y pruebas desgarradoras, Emma permaneció al lado del Profeta.
El élder Robert D. Hales dijo:
“No nos casamos con la perfección, nos casamos con el potencial”.
El esposo y la esposa deben aprender a ver el potencial divino del otro. Es inevitable que surjan debilidades en un matrimonio. Sin embargo, cuando ambos ven el potencial innato en su compañero eterno, será más fácil resolver los problemas.
¿No es maravilloso que las Escrituras también aborden temas como el matrimonio y los compañeros eternos?
Aprender de los ejemplos de estas parejas también puede ayudarnos en nuestro esfuerzo por lograr matrimonios y familias felices.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Giulia y fue publicado en faith.ph con el título “Lessons We Can Learn From Scriptural Love Stories”.
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