En medio de luces, aplausos y togas ondeando con emoción, un gesto inesperado llamó la atención de todos durante una ceremonia de graduación reciente. Mientras los graduados subían uno por uno al escenario para recibir su diploma, uno de ellos hizo algo diferente: en lugar de levantar solo el certificado, alzó un ejemplar del Libro de Mormón con una sonrisa de oreja a oreja y lo mostró con orgullo al público.
La imagen apareció en la pantalla gigante del auditorio y dejó una huella en los corazones de muchos. No actuó por impulso ni con un gesto simbólico vacío.
Con su toga azul y una corona de collares y medallas que reflejaban años de esfuerzo y dedicación, el joven no solo celebró una victoria académica, sino también su identidad espiritual.
Delante de cientos de personas, compañeros, profesores y familiares, proclamó que el evangelio de Jesucristo había sido parte esencial de su camino.
En una época en la que muchos intentan separar lo espiritual de lo académico, este estudiante rompió esa división con un acto sencillo pero valiente.
Mientras otros celebraban el conocimiento adquirido, él rindió homenaje también a la sabiduría eterna que proviene de las Escrituras. No buscó protagonismo. Quiso, más bien, honrar lo que, según sus propias palabras, le dio fuerza en los momentos más difíciles.
Varios asistentes compartieron comentarios positivos después del acto. Algunos padres se le acercaron para agradecerle su ejemplo. Otros jóvenes expresaron que se sintieron inspirados a mostrar su fe con más valentía, incluso en entornos donde suele ser difícil hablar de ella.

Desde la pantalla, su rostro transmitía emoción, gratitud y plenitud. En una mano sostenía el diploma que certifica sus logros académicos. En su corazón llevaba un testimonio firme, que no quedó atrás con la ceremonia, sino que lo acompañará en cada etapa de su vida.
Mientras muchos celebraban con saltos, selfies y abrazos, él eligió dedicar ese momento al Señor. En ese instante, no fue solo un estudiante que alcanzaba una meta. Fue un discípulo que glorificaba al Dios que lo guio hasta allí.
Para muchos, la graduación marca el fin de un capítulo. Para este joven, también fue una reafirmación de fe. Porque los títulos se entregan una vez, pero los testimonios, cuando se viven con coherencia, se comparten por siempre.
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@masfe.org Claro que el pecado es apetecible, pero eso no quiere decir que sea bueno para ti, para tu corazón y para tu espíritu. Recuerda que fue el pecado lo que destruyó a hombres tan grandes como Salomón, Sansón y el rey David. Así que mejor huye del pecado como José. Eso es lo más sabio que podrás hacer por amor a Dios y a ti mismo. #pecado #biblia #david #salomon #sanson #espiritu #corazon #reflexion #consejo #cristianos #sud ♬ original sound – Masfe.org