¡Felicidades! Si eres una o un Santo de los Últimos Días, probablemente estás siendo exaltado.
Para los protestantes, la salvación es un acontecimiento que sucede una sola vez y, una vez que ocurre, nunca necesita ser cuestionada o “ganada”. Cuando los protestantes se “salvan”, ellos entienden que su salvación está totalmente asegurada.
En cambio, muchos de los Santos de los Últimos Días se preocupan por su destino eterno así como el de sus seres queridos.
Creemos que sí es posible desviarnos del camino correcto, por lo que no creemos que la vida eterna esté asegurada o garantizada, pues, si las personas abandonan su fe y los convenios que realizaron, sucede lo que se explica en Alma 12:11:
“Y a los que endurecen sus corazones les es dada la menor porción de la palabra, hasta que nada saben concerniente a sus misterios; y entonces el diablo los lleva cautivos y los guía según su voluntad hasta la destrucción. Esto es lo que significan las cadenas del infierno”.
A veces los ajustes necesarios para nuestra exaltación puede desanimarnos al sentir que no podemos hacer nada perfectamente bien. Imagen: Canva
De la misma manera, los protestantes también experimentan pérdidas de fe y por eso se les denomina “ex-evangélicos” a quienes la abandonan. La respuesta que ellos dan es que “nunca fueron realmente salvos”, sino no hubieran abandonado la fe.
Esto puede ser cierto, pero también puede significar que nuestra visión como Santos de los Últimos Días sea más correcta: la conversión cristiana a veces es demasiado superficial como para cubrir todos los prejuicios, debilidades, tormentas y persecuciones.
Tal vez podamos hacer ciertos ajustes para mantener nuestra fe, pero eso no trae consuelo a los miembros que tienen familiares que se han alejado del evangelio o a miembros que se sienten desanimados por su propia incapacidad de “estar a la altura” de sus convenios.
Hay un largo proceso de desarrollo del alma hacia la vida eterna. Imagen: Canva
En 1990, Stephen Robinson, profesor de religión de la BYU, escribió un libro, “Creer en Cristo”, destinado a fortalecer a los miembros de la Iglesia agotados mediante la aclaración y reafirmación de las promesas del convenio del Salvador.
El libro de Alonzo Gaskill, “Odds Are You Are Going to Be Exalted”, hace eco del tema que Robinson abordó sobre las obras y la gracia, el mensaje de Brad Wilcox sobre la gracia, y un mensaje del élder Dieter F. Uchtdorf han tenido una poderosa influencia en traer esperanza y confianza.
El mensaje de Virginia Pearce, “Sigan andando y denle una oportunidad al tiempo”, está dirigido a las mujeres y es sumamente alentador.
Por ello, en vez de pensar en la exaltación como un suceso, debes pensar en ella como un proceso. Nuestro entendimiento es que uno se salva de la muerte y de los efectos del pecado, pero luego hay un largo proceso de desarrollo del alma hacia la vida eterna.
A Dios no le interesa que Sus hijos se conviertan en “mascotas” obedientes y entrenadas. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
El élder Dale Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“A Dios no le interesa que Sus hijos se conviertan en “mascotas” obedientes y entrenadas que no le mordisquearán las pantuflas en la sala de estar celestial. No, Dios quiere que Sus hijos crezcan espiritualmente y se unan a Él en el negocio familiar.
Dios estableció un plan por el cual podemos convertirnos en herederos en Su reino, una senda de convenios que nos lleva a ser como Él, tener la clase de vida que Él tiene, y vivir para siempre como familias en Su presencia”.
En lugar de preocuparte por la exaltación como un don que se te podría o no dar, debes preocuparte por los cambios que debes hacer en ti mismo. ¿Ves el impacto del pecado en tu vida y la de otras personas? ¿Puedes ver la diferencia?
La capacidad de discernir estos contrastes básicos, y dejar que den forma a tu perspectiva, es un paso importante en el proceso de exaltación. Es probable que estés más avanzados de lo que crees, aunque todavía no seas un alma sin pecado.
Te estás moviendo en la dirección de la comprensión divina de la realidad. Imagen: Canva
Estos sentimientos de cambio y santificación a nuevos niveles de comprensión son una parte importante de lo que llamamos arrepentimiento, expresado en hebreo bíblico como “teshuvah”, o conversión.
El arrepentimiento y la conversión son el giro, el cambio y la realineación continua de nuestros pensamientos y deseos para alinearlos con la visión divina de la realidad.
Si disfrutas de los cambios que has realizado,y del espíritu en tu vida, entonces tu alma ha adquirido el gusto por el gozo del arrepentimiento, que es un elemento importante en el proceso de exaltación.
Si te abrumas por la injusticia y crueldad del mundo, te alegras por la bondad de los Santos, te gusta el templo, su orden y su celestialidad, entonces te estás moviendo en la dirección de la comprensión divina de la realidad, de la “metanoia”, de la exaltación.
No hay necesidad de fijarse en una gran experiencia extraordinaria para asegurar la exaltación. Imagen: Canva
El desarrollo espiritual es un movimiento que va de la esperanza y el deseo a la intención.
Recuerda que tu tarea no es la de salvar a las personas; es sólo ayudarlas a ver sus decisiones con claridad, y si los sigues queriendo y deseando su bienestar, estás en buen camino. Lo mismo aplicaría si te esfuerzas por amar a tus enemigos.
El desarrollo espiritual es un proceso que va de la esperanza y el deseo a la intención, luego a la experimentación de los principios, para después saborear los frutos e interiorizar su impacto en nuestras almas.
Dondequiera que estés en este proceso de exaltación, sigue adelante. Deja que el tiempo y la influencia de Dios te ayuden a superar cada obstáculo para el ejercicio de la gracia y la caridad. No hay necesidad de fijarse en una gran experiencia extraordinaria para asegurar la exaltación.
No hay que acomplejarse ni tener la sensación de que hay que ser perfectos para salvarse. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
En palabras del élder Bruce R. McConkie:
“No hay que acomplejarse ni tener la sensación de que hay que ser perfectos para salvarse. No es así… El camino recto y angosto conduce desde la puerta del arrepentimiento y el bautismo, una distancia muy grande, a una recompensa que se llama vida eterna. Si están en ese camino y siguen adelante, y fallecen, nunca saldrán del camino…
Ahora es el tiempo y el día de vuestra salvación, así que si están trabajando con celo en esta vida -aunque no hayan vencido completamente al mundo y no hayan hecho todo lo que esperaban hacer, todavía serán salvos.
Lo que deben hacer es permanecer fieles en la Iglesia y vivir del modo en que viven las personas honradas y decentes de la Iglesia: guardar los mandamientos, pagar los diezmos, prestar servicio en las organizaciones de la Iglesia, amar al Señor, permanecer en el sendero estrecho y angosto”.
Nuestro destino no está menos asegurado. Imagen: Canva
Para los Santos de los Últimos Días que han interiorizado estas realidades, todavía hay interminables montañas de adversidad que nos empujan fuera de nuestra zona de comodidad y hacia nuestra zona de crecimiento.
Pero no hay motivo para que nos regocijemos menos que nuestros amigos cristianos de otras denominaciones que confían en la “salvación asegurada”, porque sabemos a dónde nos lleva nuestro camino y, por lo tanto, nuestro destino no está menos asegurado.
Fuente: Public Square Magazine
Video relacionado
@masfe.org Hay relaciones que necesitan retomarse para sentir paz, felicidad y esperanza. Este sábado 30 y domingo 01 de octubre, alguien te está esperando. #masfe #sud #conferenciageneral #inspiracioncristiana
