Nota de editor: Este artículo fue escrito originalmente en inglés por Tarik D. LaCour para Public Square Magazine.

El 21 de abril de 2025, el mundo despidió al papa Francisco, el 266.º líder de la Iglesia Católica. Con su partida, se abrió un período conocido como sede vacante, es decir, cuando “la silla está vacía”. Y ahora, con más de mil millones de católicos a la expectativa, los ojos del mundo se vuelven al Vaticano, donde un evento con siglos de historia vuelve a cobrar protagonismo: el cónclave.

Este 7 de mayo, 133 cardenales se reunirán en la famosa Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa. Y aunque parezca un proceso lejano, esta elección podría tener implicaciones profundas no solo para el catolicismo, sino también para el cristianismo en general, incluyendo el diálogo interreligioso y la cooperación con otras denominaciones.

¿Cómo funciona el cónclave?

Dentro de la Capilla Sixtina, los cardenales votarán en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios —aproximadamente 90 votos— para elegir a un nuevo líder espiritual. Aunque técnicamente cualquier varón bautizado puede ser elegido, en la práctica el nuevo papa casi siempre proviene del propio colegio cardenalicio.

nuevo papa

Una vez alcanzado el consenso y aceptado el llamado, el nuevo papa elige su nombre papal y se presenta al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro. El humo blanco será la señal visible de que la Iglesia Católica ya tiene un nuevo pastor.

¿Por qué esta elección importa?

Desde la conclusión del Concilio Vaticano II en 1965, la Iglesia Católica ha vivido un proceso de reflexión interna, con interpretaciones muy diversas sobre el rumbo que debe tomar:

  • Algunos abogan por mantener una continuidad con las tradiciones del pasado.
  • Otros ven en el Concilio una puerta hacia la modernización y el cambio.
  • Y hay quienes buscan un equilibrio entre ambas visiones.

El nuevo papa jugará un papel crucial en definir esa dirección. Y, aunque no todos los cristianos son católicos, las decisiones del Vaticano impactan en todo el mundo cristiano, especialmente en áreas como el ecumenismo, la defensa de valores morales, y la cooperación humanitaria.

Un precedente con los Santos de los Últimos Días

En 2019, el papa Francisco recibió al presidente Russell M. Nelson en el Vaticano, marcando un momento histórico de respeto y diálogo interreligioso. Ese encuentro demostró que, aunque nuestras doctrinas difieren, hay puentes de comprensión que se pueden tender para trabajar en causas comunes, como la fe en Jesucristo, la familia y la ayuda al necesitado.

Más allá de la religión

El papa no solo lidera una iglesia; también es jefe de Estado del Vaticano y voz influyente en foros internacionales como las Naciones Unidas. Por eso, la elección del próximo pontífice también tendrá impacto político, moral y diplomático.

Esta semana, el mundo conocerá al nuevo papa.
Su nombre aún es desconocido, pero su influencia será real. Para creyentes y no creyentes, para católicos y otras confesiones cristianas, este es un momento clave en la historia moderna de la fe.

Y mientras los cardenales se reúnen en oración, nosotros también podemos orar para que el nuevo líder sea un hombre de paz, verdad y servicio.

 

Fuente: Public Square Magazine

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