Vendió su Mustang para pagar su misión y 25 años después regresó a él

vendió su mustang para ir a la misión

Nota del editor: Esta historia se publicó inicialmente en el 2023, pero volvemos a compartirla como un ejemplo de fe que debe ser leída una vez más.

La siguiente es una historia de cómo las bendiciones pueden llegar a nosotros si escogemos seguir al Señor primero.

Vendió su Mustang para pagar la misión

Era finales de los 90 y el adolescente Dan Wilson estaba viviendo su sueño de conducir un Mustang GT de 1965.

Dan y su padre habían pasado horas juntos en su garaje en Denton, Texas, trabajando en ese carro: reconstruyendo la parte delantera, poniendo una nueva tapa de vinilo e incluso pintándolo ellos mismos.

Ese Mustang llevó a Dan a cualquier lugar al que tuviera que ir, incluyendo la ida para el baile de graduación y el regreso a casa.

Vendió su Mustang para ir a la misión

Dan Wilson y su preciado Mustang del 65.

“Me encantaba ese carro”, recuerda Dan. “Era parte de mi identidad”.

Pero a medida que la escuela secundaria llegaba a su fin, Dan sabía que el momento de separarse de su Mustang se acercaba rápidamente. El plan de la familia siempre había sido aumentar el valor del carro actualizándolo y luego vendiéndolo para ayudar a pagar la misión de Dan.

Así que, después de ser llamado para servir una misión de tiempo completo para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Salt Lake City, Dan dejó el amado Mustang con sus padres para que lo vendieran mientras él no estaba.

“Había una parte de mí que esperaba que no vendieran el carro”, dice Dan. “En el fondo de mi mente, esperaba que se lo quedaran, y cuando llegara a casa estaría sentado en la cochera esperándome. Pero mis padres me dijeron: ‘No. Ya no está aquí'”.

Intentó recuperarlo sin éxito

La vida de Dan siguió adelante después de regresar de su misión, pero cuando veía carros que se parecían a su viejo Mustang en la carretera, su corazón se caía, y soñaba con encontrar una manera de recuperarlo.

De hecho, de vez en cuando buscaba el número VIN (número de placa) del carro, lo que le permitía vigilar el automóvil. En un momento dado, Dan se puso en contacto con el propietario actual para preguntar por el Mustang, y resultó que el propietario estaba interesado en venderlo.

Pero Dan tenía dos hijos pequeños y un espacio limitado en su cochera y sabía que no era el momento de volver a comprarlo. Así que siguió esperando.

Vendió su Mustang para ir a la Misión

25 años después el Mustang regresó

Unos siete años más tarde, Dan y su esposa, Amber, construyeron una nueva casa cerca de Houston, Texas, y finalmente tuvieron el espacio y los medios para traer de vuelta el Mustang, si el propietario estaba dispuesto a vender.

Usando el número de VIN del carro, Dan encontró un número de teléfono para contactar al propietario. En el otoño de 2022, envió un mensaje de texto al número y posteriormente se enteró de que su Mustang estaba ahora en Washington, DC, y era propiedad de un caballero mayor que tenía una pequeña colección de coches.

Dan explicó su historia con el Mustang, incluso envió una foto de él junto al coche en 1997. Le dijo al caballero que si alguna vez estaba interesado en vender, que se lo hiciera saber a Dan.

Desafortunadamente, este caballero de DC no estaba interesado.

Pero para deleite de Dan, aproximadamente una semana después, el hombre lo llamó de nuevo: el propietario estaba dispuesto a vender. Después de varias semanas de negociar un precio, Dan sorprendió a su padre y los llevó a ambos de Houston a DC para ir a ver el Mustang.

“Realmente no tuve demasiadas esperanzas hasta que llegamos allí para hacer el trato, porque [estaba pensando] en cualquier momento no podríamos llegar a un acuerdo, o el carro podría estar en muy mal estado, o simplemente algo iría mal”, dice Dan.

Pero nada salió mal. El Mustang estaba como Dan y su padre lo recordaron.

Vendió su Mustang para ir a la Misión

25 años después, Dan recuperó su Mustang.

“El interior del coche olía y se veía igual que cuando estaba en la escuela secundaria. Me trajo muchos recuerdos”, dice Dan.

Así que firmó la documentación. Y 25 años después de haberlo vendido para servir en una misión, el Mustang de 1965 estaba de vuelta en casa en la cochera de Dan una vez más. En una publicación de Facebook, explica que se siente un poco como un “cuento de hadas”.

Un testimonio de los sacrificios para salir una misión

Y ahora, al igual que su padre lo hizo una vez con él, Dan ha estado trabajando en el coche con su propio hijo adolescente, JD, que pronto se irá a una misión.

Vendió su Mustang para ir a la Misión

Al igual que con su padre, Dan ahora trabaja en el mantenimiento del mismo Mustang con su hijo Dj antes de que él vaya a la misión.

“Se ha cerrado el círculo conmigo en el papel de padre”, dice Dan. “El Mustang fue uno de los vehículos, literalmente, que me puso en mi misión. Y aquí está mi hijo, a semanas de ir a su misión, y hemos podido girar las llaves y hacer cosas juntos en este carro”.

Añadió que para él, este es un ejemplo de cómo renunciar a algo que amas por una causa mayor puede funcionar a largo plazo.

“Hubiera estado bien no volver a ver este Mustang, y para la mayoría de la gente ese es el caso. Me siento realmente bendecido y afortunado de poder volver a comprarlo… No estoy ciego al hecho de que es realmente una bendición ver cerrar el círculo: [Tenía] algo querido para mí en ese momento de la vida y [estaba] dispuesto a alejarme de él para servir en una misión, y [ahora] hacer que vuelva es una bendición”.

El hijo de Dan, JD, se reportó al Centro de Capacitación Misional (CCM) de Brasil el 20 de septiembre antes de servir en Salvador, Brasil. JD ganó dinero para su misión a través de un negocio de corte de césped que comenzó y está agradecido de que el Mustang todavía esté allí cuando regrese a casa.

Pero lo que es más importante, está agradecido por lo que ha aprendido de su padre durante el tiempo que pasaron juntos en la cochera.

“Me gustaría ser alguien [como mi padre] en quien otros puedan confiar. Hay una comodidad y seguridad que proviene de saber cómo hacer las cosas y cómo arreglar las cosas”, dice JD.

Vendió su Mustang para ir a la Misión

Dan y su hijo DJ antes de salir a la misión.

Dan está enviando a JD al campo misional no solo como su padre, sino también como su obispo. Y Dan dice que su voluntad de servir como obispo se remonta a su elección de alejarse del Mustang y servir en una misión.

“Una misión es donde aprendí a ayudar de verdad a otras personas, a no pensar en mí mismo”, dice Dan. “Es donde fortalecí mi testimonio y decidí el tipo de persona que quería ser en la vida, el tipo de persona con la que quería casarme y cómo quería criar a mis hijos. Probablemente fue la decisión más influyente de mi vida”.

Fuente: LDSliving.org

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Que bellas historias se cuenta aquí
Juliana Torres Fernandez

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