En un mundo lleno de controversias sobre temas como el aborto, la identidad de género y la vida familiar, los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comparten clara y enfáticamente sobre la santidad de la vida y la necesidad de defender las verdades eternas sin diluirlas ni pedir disculpas.
El élder Boyd K. Packer, en su discurso sobre enseñar las reglas de la felicidad, expresó con claridad la responsabilidad que los miembros de la Iglesia tienen al abordar estos temas sensibles. En su enseñanza, mencionó:
“Cuando hablamos claramente del divorcio, el abuso, la identidad de los sexos, la anticoncepción, el aborto, y el descuido de los padres con sus hijos, algunos consideran que carecemos de información o que no nos importa[…] porque sabemos y porque importa, debemos enseñar las reglas de felicidad sin vaguedades, sin disculpas y sin tratar de evitarlas”.
El Manual General de la Iglesia establece una posición clara sobre el aborto, afirmando que la Iglesia se opone al aborto electivo por conveniencia personal o social.
Sin embargo, menciona tres excepciones específicas: cuando el embarazo resulta de una violación o incesto, cuando un médico competente determina que la vida o la salud de la madre está en peligro, o cuando el feto tiene defectos graves que no permitirán su supervivencia más allá del nacimiento.
Aun así, estas excepciones no justifican automáticamente el aborto.
El aborto es un asunto muy serio. Debe considerarse solo después de que las personas responsables hayan recibido confirmación a través de la oración.
La enseñanza del Manual también deja claro que, en casos donde los miembros han estado involucrados en un aborto, puede ser necesario un consejo de membresía.
Sin embargo, si el aborto ocurrió antes del bautismo o fue por alguna de las excepciones mencionadas, no se debe realizar un consejo de membresía
La perspectiva eterna y el valor de los niños
El élder Quentin L. Cook enfatizó que el adversario ataca el valor de los niños en muchos niveles, y que, como Santos de los Últimos Días, debemos estar “a la vanguardia de cambiar corazones y mentes sobre la importancia de los niños”.
A medida que el aborto se convierte en una práctica más común, es fácil que las personas lo ignoren o se sientan impotentes ante su inmensidad.
Sin embargo, la perspectiva eterna de la Iglesia nos ayuda a ver cada vida como sagrada y única, un hijo o hija de Dios que merece amor, protección y la oportunidad de experimentar la mortalidad.
La responsabilidad de los Discípulos de Cristo
El élder Gary E. Stevenson destacó la importancia de vivir los mandamientos de Dios y enseñar a otros sobre la santidad de la vida.
Nos recordó que cada persona que llega a la tierra es un hijo o hija de Dios, con una trayectoria eterna que comenzó antes de la mortalidad. Como discípulos de Cristo, tenemos la responsabilidad de “compartir nuestros profundos sentimientos sobre la santidad de la vida con aquellos que toman decisiones en la sociedad”.
Los líderes de la Iglesia han hablado clara y poderosamente sobre la necesidad de defender la vida y enseñar las reglas de la felicidad.
Si bien estos temas pueden ser impopulares o incómodos en la sociedad actual, los Santos de los Últimos Días tienen la responsabilidad de proclamar las verdades que conducen a la felicidad eterna, sin diluirlas ni disculparse por ellas.
Al hacerlo, ayudamos a preservar el valor de la vida y la oportunidad sagrada que cada alma tiene para experimentar la mortalidad.
Fuente: Called To Share
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