Brigham Young estuvo muy familiarizado con la vida y la muerte.
Hubo varias ocasiones en las que la vida de Brigham Young estuvo en peligro y su salud se restauró inexplicablemente, según el profesor de Historia Santo de los Últimos Días de Brigham Young University (BYU), Donald Q. Cannon.
Por ejemplo, durante su estancia en el Campo de Sion, el cólera se propagó y vio a “otros hombres morir como moscas, pero su propia vida se salvó”.
Brigham Young. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
En el otoño de 1842, Brigham Young enfrentó una enfermedad misteriosa y mortal. A continuación, el relato con sus propias palabras:
“26 de noviembre de 1842. De repente, sufrí un ligero ataque de apoplejía [pérdida del conocimiento].
A la mañana siguiente, me sentí bastante bien; pero por la noche, a la misma hora en que tuve el ataque del día anterior, me dio la fiebre más violenta que jamás haya experimentado.
El profeta José [Smith] y el élder Willard Richards me visitaron y me dieron una bendición de salud; el profeta dijo que yo viviría y me recuperaría de mi enfermedad.
Se sentó a mi lado durante seis horas y le indicó a mi asistente qué hacer por mí.
Después de treinta horas desde que me atacó la fiebre, mi piel comenzó a pelarse y quedé desollado por todas partes.
Deseaba bautizarme en el río, pero no sucedió hasta el día 14.
Prophet and Seer by Simon Dewey
Ese día el hermano José dio su consentimiento para que me bañaran con agua fría, cuando mi fiebre comenzó a disminuir, y me desapareció el día 18.
Me acosté boca arriba y no me voltearon de costado durante dieciocho días.
Cuando se me pasó la fiebre el día 18, estaba recostado en mi silla, pero me encontraba tan mal que no podía cerrar los ojos; mi barbilla cayó y mi respiración se detuvo.
Mi esposa [Mary Ann] al ver mi situación me echó un poco de agua fría en el rostro y al no tener efecto, me echó una mano llena de alcanfor fuerte en la cara y en los ojos, lo cual no sentí en lo más mínimo, ni tampoco moví ningún músculo.
Luego sostuvo mis fosas nasales entre su pulgar e índice y, colocando su boca directamente sobre la mía, sopló en mis pulmones hasta llenarlos de aire. Esto puso mis pulmones en movimiento y comencé a respirar nuevamente” (“Brigham Young on Life and Death”).
Si bien está claro que, con frecuencia, los profetas del Señor han sido preservados para realizar obras sagradas, también es evidente que estas experiencias cercanas a la muerte proporcionaron a Brigham Young una visión incomparable de la naturaleza del mundo de los espíritus.
Perspectivas del mundo de los espíritus
Jesucristo en el mundo de los espíritus. Imagen: Pinterest
Brent L. Top, profesor de Historia y Doctrina de la Iglesia en BYU, escribió lo siguiente sobre lo que Brigham Young enseñó acerca de la vida que nos espera después de la muerte:
“Aunque el mundo de los espíritus, como enseñó Brigham Young, parecerá tan natural como las cosas aquí en la Tierra, estará cubierto de ‘gloria inexpresable…’
Ese poder espiritual y gloria permiten a los espíritus, al menos a los espíritus justos, poseer capacidades y experimentar condiciones que no podemos tener de la misma manera en este mundo caído con cuerpos mortales. Eso explica algunas de las enseñanzas más notables de los primeros líderes de la Iglesia.
Un mejor viaje
Por ejemplo, Brigham Young enseñó que cuando entremos al paraíso seremos ‘libres de viajar a la velocidad de un rayo’.
Comparó este movimiento espiritual, incluido lo que hoy llamamos ‘viaje en el tiempo’, con los relámpagos o la electricidad (o tal vez podríamos agregar la fibra óptica, los satélites e Internet).
Estos, dijo Brigham, ‘proporcionan una excelente ilustración de la capacidad y el poder del Todopoderoso… Cuando entremos al mundo de los espíritus poseeremos una medida de este poder…’
Un mejor aprendizaje
Hay otro aspecto de esta capacidad mejorada de los espíritus justos en el mundo de los espíritus que realmente espero con ansias: una mayor capacidad para aprender y retener conocimiento.
El presidente Brigham Young declaró: ‘No dejaré de aprender mientras viva, ni cuando llegue al mundo de los espíritus, pero allí aprenderé con mayor facilidad’.
Orson Pratt explicó esta capacidad: ‘En lugar de pensar en un solo canal, el conocimiento llegará de todas partes; vendrá en luz como la luz que sale del sol, penetrando en todas partes, informando al espíritu y dando comprensión acerca de diez mil cosas a la vez; y la mente será capaz de recibirlas y retenerlas todas’”.
Puedes leer más acerca de experiencias cercanas a la muerte y las enseñanzas de la Iglesia de Jesucristo al respecto aquí.
