Para los Santos de los Últimos Días, la conferencia general es un acontecimiento muy especial, lleno de inspiración y revelación.
Los miembros de todo el mundo se reúnen para recibir las enseñanzas y la guía espiritual de parte del presidente Nelson, los apóstoles y las autoridades generales de la Iglesia.
A lo largo de los años, muchos de estos poderosos mensajes han sido impartidos por mujeres que han tocado el corazón de los Santos y que son dignos de recordar.
En este artículo, destacaremos los 10 mejores discursos pronunciados por mujeres en la conferencia general. ¡Veamos!
1. ¿No somos todas madres?
La hermana Sheri L. Dew sirvió como segunda consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro. En la sesión general de mujeres de octubre 2001, compartió el siguiente discurso:
“Si llega el día en que seamos las únicas mujeres sobre la faz de la tierra que consideren la maternidad como algo noble y divino, que así sea, puesto que madre es la palabra que definirá a la mujer recta hecha perfecta en el grado más alto del reino celestial, la mujer que se haya hecho merecedora de tener aumento eterno traducido en posteridad, sabiduría, dicha e influencia”.
2. En sol y sombra, Señor, acompáñame
La hermana Reyna I. Aburto servía como la segunda consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro cuando, durante la reunión general de mujeres de octubre 2019, compartió el siguiente discurso:
“Testifico que “en sol y sombra” el Señor nos acompañará, que nuestras “aflicciones [pueden ser] consumidas en el gozo de Cristo” y que “es por la gracia por la que nos salvamos, después de hacer cuanto podamos”.
Testifico que cuando Jesucristo vuelva a la tierra “en sus alas traerá sanidad”. Al final, Él “enjugará… toda lágrima de [nuestros] ojos… y ya no habrá más… llanto”. Para todos los que “ven[gamos] a Cristo y [nos] perfeccion[emos] en Él” “no se pondrá jamás [el] sol… porque Jehová será [nuestra] luz eterna, y los días de [nuestro] duelo se acabarán”.
3. La mujer de fe
La hermana Margaret D. Nadauld, habiendo sido relevada como presidenta general de las Mujeres Jóvenes, invitó a las mujeres a meditar en lo siguiente:
“Mis queridas hermanas, a quienes amo más de lo que me es posible expresar, ¿aceptarán el reto de ser madres en estos tiempos peligrosos, aunque al hacerlo sean probadas hasta la última gota de su perseverancia, su valor y su fe? ¿Permanecerán firmes e inmutables como madres en Israel y como mujeres de Dios?”
4. Ser firmes e inquebrantables
Como presidenta general de la Sociedad de Socorro, la hermana Julie B. Beck compartió las cualidades de toda mujer Santo de los Últimos Días, su impacto como discípulas de Jesucristo y su lugar como líderes en la Iglesia:
“A pesar de la importante ayuda que se ha prestado en el pasado, la obra más grande e importante de las mujeres de la Iglesia aún está por delante.
Se tiene que preparar al mundo para recibir al Señor Jesucristo, y debemos ayudar en ello en medio de guerras, agitación, calamidades naturales y el aumento de la maldad.
En la historia del mundo no ha habido otra época en la que se necesitará aún más un esfuerzo a gran escala. Por ser discípulas de Jesucristo y porque hemos hecho convenios con Él, ya estamos comprometidas a participar en ese esfuerzo de ayuda”.
5. El camino sanador del perdón
La actual segunda consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, la hermana Kristin M. Yee, compartió la manera para encontrar gloria y paz después al final de la senda del perdón, un acto de fe que nos lleva al Señor.
“En el camino del perdón y de la sanación se encuentra la opción de no perpetuar patrones o relaciones dañinas en nuestras familias o en cualquier otro ámbito.
A todas las personas dentro del ámbito de nuestra influencia les podemos ofrecer bondad por crueldad, amor por odio, amabilidad por agresividad, seguridad por angustia y paz por contención.
Ofrecer lo que se te ha negado es una parte poderosa de la sanación divina que es posible mediante la fe en Jesucristo”.
6. Permanecer en Dios y reparar la brecha
La hermana Neill F. Marriott, como segunda consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, invitó a los Santos de los Últimos Días a poner al Salvador en el centro de su vida.
“Cuando entregamos nuestro corazón al Padre y al Hijo, cambiamos nuestro mundo, aun si las circunstancias que nos rodean no cambian; nos allegamos a nuestro Padre Celestial y sentimos Su tierna aceptación de nuestros esfuerzos por ser discípulos verdaderos de Cristo. Nuestro discernimiento, confianza y fe aumentan”.
7. Conocer la voluntad del Señor
La segunda consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, la hermana Anne C. Pingree, enseñó sobre la búsqueda personal que debemos realizar para conocer la voluntad del Señor.
“La jornada de mi vida es diferente de la de ustedes. Cada una podría enseñarme mucho de las experiencias que ha tenido al entregar su voluntad al Señor a medida que se esfuerza por conocer la voluntad de Él respecto a ustedes…
De una cosa estoy segura… nuestros esfuerzos personales para llegar a ser instrumentos en las manos de Dios no han sido fáciles y nos han ayudado a crecer espiritualmente, enriqueciendo nuestras jornadas terrenales de la forma más personal y maravillosa”.
8. Ascenderemos juntos
Para abril de 2015, la hermana Linda K. Burton, presidenta general de la Sociedad de Socorro, expresó que como hijos e hijas de Dios que guardan los convenios, necesitamos elevarnos unos a otros y ayudarnos a ser el pueblo que el Señor desea que lleguemos a ser.
“Necesitamos trabajar juntos para elevar a la nueva generación y ayudarla a alcanzar su potencial divino como herederos de la vida eterna…
Me he comprometido a seguir el dicho: “Tú me elevas y yo te elevaré a ti, y así ascenderemos juntos”.
¿Se unirán a mí en busca de la ayuda del Espíritu Santo para que nos enseñe cómo podemos elevarnos unos a otros en nuestras funciones complementarias como hijos e hijas de nuestros amados padres celestiales y que hemos hecho convenio?”.
9. Hijas de nuestro Padre Celestial
La hermana Elaine S. Dalton, habiendo sido relevada como presidenta general de las Mujeres Jóvenes en abril de 2013, afirmó que toda mujer con un legado divino tiene una parte importante en el plan del Señor.
“Sean testigo de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar. En un mundo extremadamente difícil, eso es lo que están haciendo las jovencitas y todas las mujeres de esta Iglesia.
Son una influencia para bien. Son virtuosas y ejemplares, inteligentes y trabajadoras. Están marcando una diferencia, porque ellas son diferentes. Están cumpliendo bien su parte”.
10. El templo, un faro de luz
La hermana Aburto, en la conferencia general de abril de 2021, nuevamente compartió un poderoso mensaje sobre la realidad del expiación de Jesucristo y la paz que puede traer a nuestra vida en tiempos de dificultad.
“Jesucristo mismo declaró: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.
Testifico que, mediante la redentora expiación y la gloriosa resurrección de Jesucristo, los corazones quebrantados pueden ser sanados, la angustia puede convertirse en paz y la aflicción puede convertirse en esperanza. Él puede acogernos en Sus brazos de misericordia para consolarnos, facultarnos y sanarnos”.
Estos discursos son solo una muestra de las muchas enseñanzas inspiradoras que estas maravillosas mujeres han compartido en la conferencia general a lo largo de los años.
Sus palabras, sin duda, seguirán siendo una fuente de guía y fortaleza espiritual para nosotros.
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