Pregunta
Si ninguna cosa impura puede habitar en la presencia del Padre Celestial, ¿cómo fue que José lo vio?
Respuesta

El relato de José sobre la Primera Visión describe un momento de intensa lucha espiritual. Él mencionó haber sido envuelto en un pilar de luz que descendió sobre él, más brillante que el sol. Dentro de esa luz, vio a dos personajes que se parecían entre sí, y uno de ellos lo llamó por su nombre y dijo:
“Éste es mi Hijo Amado. ¡Escúchalo!” Esta experiencia dejó a José físicamente debilitado, como relató después: “cuando volví en mí mismo, me encontré tendido de espaldas y pasó algún tiempo antes de que recuperara mis fuerzas”.
El agotamiento físico que José experimentó después de la visión está relacionado con el concepto de ser vivificado. Esto sugiere que, aunque pudo ver a Dios, la experiencia afectó su cuerpo mortal, reforzando la idea de que tales encuentros son extraordinarios y transformadores.

Aunque José Smith no poseía el Sacerdocio de Melquisedec en el momento de la Primera Visión, es importante entender que su llamamiento profético se estableció a través de este encuentro divino.
La aparición del Señor a José fue una ordenanza directa, otorgándole la autoridad para actuar en Su nombre. Esto es significativo porque indica que el sacerdocio no es únicamente cuestión de ordenación, sino también de un llamamiento y empoderamiento divino.
En el contexto de la experiencia de José, el sacerdocio sirve como el medio por el cual se manifiesta el poder de la divinidad. Aunque no tuviera el sacerdocio en el momento de la visión, el encuentro divino fue un preludio a su posterior ordenación y al establecimiento de la Iglesia.

La visión de José Smith tiene implicaciones profundas para la teología de los Santos de los Últimos Días. Resalta la creencia de que Dios es un ser tangible y corpóreo que desea comunicarse con Sus hijos.
Esta comprensión contrasta con las visiones tradicionales del cristianismo, que a menudo representan a Dios como un ser abstracto o inalcanzable. La experiencia de José refuerza la idea de que Dios es accesible y de que las personas pueden tener encuentros personales con lo divino.

Además, la Primera Visión contribuye a la comprensión de la naturaleza de la Deidad en la fe de los Santos de los Últimos Días. En sus relatos, José enfatizó que Dios el Padre y Jesucristo son seres distintos con cuerpos físicos. Esta creencia es fundamental en las enseñanzas de la Iglesia y la distingue de muchas otras denominaciones cristianas que sostienen la doctrina de la Trinidad.
La Primera Visión también subraya la importancia de la revelación personal en la creencia de los Santos de los Últimos Días.
La experiencia de José sirve como modelo para quienes buscan la verdad y guía divina. Invita a los miembros de la Iglesia a buscar sus propias experiencias espirituales y a confiar en la revelación personal para comprender su relación con Dios.
Fuente: Ask Gramps