Nos enfrentamos a las pruebas de la vida con el día a día y es nuestro esfuerzo constante lo que nos lleva a resultados impresionantes.
Una gota de agua tal vez parezca ser algo insignificante, no obstante, cuando una pequeña cantidad de agua se vierte de forma continua y por un extenso período de tiempo, crea resultados espectaculares. Pensemos, por ejemplo, en las Cavernas de Carlsbad en Nuevo México, la Cueva Mammoth en Kentucky, o la Cueva de Flauta de Caña en China, sólo por nombrar algunas.
Es increíble lo que llega a crear el agua una gota a la vez: da vida a una planta, enverdece los campos, vivifica la tierra seca, llena un río o un lago, y también talla una roca. Con el tiempo, las pequeñas gotas de agua pueden marcar una gran diferencia.
Podemos aprender mucho de las gotas de agua, especialmente cuando nos sentimos pequeños e insignificantes, o cuando pareciera que nuestros mejores esfuerzos no producen el resultado que esperábamos.
Quizá debamos darle tiempo a las gotas de agua para que hagan su trabajo. Ya sea que estemos aprendiendo un nuevo talento o entablando una nueva relación de amistad, es nuestro esfuerzo constante lo que nos lleva a resultados impresionantes.
De hecho, todos hemos aplicado este principio desde que éramos niños. Aprendimos a caminar un paso a la vez, adquiriendo fuerzas y confianza en cada uno de ellos. En la escuela, una asignación tras otra nos llevó a progresar, a obtener más conocimiento y entender mejor lo aprendido.
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Al llegar a la madurez, nos enfrentamos a las pruebas de la vida con el día a día. Cualquiera que haya aprendido un nuevo idioma, un nuevo instrumento, o una nueva tecnología o cualquier otra habilidad, seguramente lo logró por medio de un esfuerzo constante y extenso.
Y así avanzamos, aun cuando la tarea parezca insuperable y el desafío resulte intimidante. Algunos impedimentos solo se pueden superar una gota a la vez. No se puede crear una formación rocosa lanzando un peñasco al mar, o verter un tanque de agua en una planta porque puede matarla.
El mejor sistema es una gota a la vez. Si somos pacientes y constantes, nuestros pequeños y sencillos esfuerzos para lograr cambios positivos, o para ayudar a otra persona, con el tiempo producirán cosas realmente espectaculares.
Fuente: thechurchnews.com