Con apenas 21 años, Nick Hansen ha demostrado que las metas se conquistan con disciplina, fe y perseverancia. En junio de 2025, durante los Juegos de Verano de Olimpiadas Especiales de Colorado, logró un récord estatal en la categoría juvenil de peso ligero al levantar 205 libras en sentadilla. 

Antes de iniciar el levantamiento, miró a su padre, Rob, con una sonrisa cómplice y, con un esfuerzo firme, completó el movimiento con éxito.

Sin embargo, este no fue su único logro reciente. Apenas unas semanas después, Nick recibió el Sacerdocio de Melquisedec y fue ordenado élder en el Barrio Crystal Valley, Estaca Castle Rock Colorado, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Créditos: Babette Hansen

Nick tiene síndrome de Down, pero eso nunca lo ha definido. Posee cinturón negro en taekwondo, se alista para iniciar sus estudios en Regis University y lleva una vida universitaria como cualquier joven: pasa tiempo con amigos, juega videojuegos y comparte momentos con su novia y sus sobrinos.

Su interés por el levantamiento de potencia nació en la secundaria, cuando eligió entrenamiento con pesas como curso optativo. Allí conoció a su entrenador, Jeremy Dorr, vinculado a un programa de Olimpiadas Especiales. Con su apoyo, y el de sus padres, comenzó a entrenar de manera constante, aprendiendo técnica, seguridad y resistencia.

Para Nick, el levantamiento fue tan desafiante como el taekwondo. Al principio no entendía todos los movimientos, pero la práctica lo transformó en algo natural. Su filosofía es sencilla:

“Si no tienes la fuerza para hacerlo, de todas maneras hazlo. Empuja tan fuerte como puedas.”

Un compromiso que crece con el tiempo

Créditos: Babette Hansen

La historia de Nick en la Iglesia también ha sido de crecimiento gradual. Cuando tenía 8 años, sus padres no sintieron la urgencia de bautizarlo de inmediato. Sin embargo, un año después, él mismo expresó el deseo de hacerlo. Ese paso marcó el inicio de su compromiso con el Evangelio.

Observar a su hermano repartir la Santa Cena y ver partir a sus hermanos a la misión despertó en él el anhelo de servir y bendecir a los demás. Con ayuda de su padre, se preparó para recibir el sacerdocio estudiando escrituras y resolviendo preguntas. Para explicarle qué significa “magnificar un llamamiento”, su padre le puso un ejemplo cercano: así como sus lentes agrandan y aclaran las letras, magnificar el sacerdocio significa ayudar a que otros vean y comprendan mejor el Evangelio.

Créditos: Babette Hansen

El día después de competir en las Olimpiadas Especiales, Nick fue sostenido para recibir el sacerdocio. Tres semanas más tarde, en Utah, fue ordenado élder.

Poco después de su ordenación, ya ejercía su nueva responsabilidad. Durante un paseo en bote, su padre sufrió una lesión en la espalda, y Nick le dio su primera bendición.

Su madre, Babette, recuerda que fue una oración sincera y emotiva. Su hermana Courtney destaca que Nick valora profundamente el sacerdocio y busca constantemente aprender cómo ejercerlo con amor.

Para él, el significado es claro:

“Dios confió en mí para tener el Sacerdocio de Melquisedec, y quiere que tenga una vida feliz.”

Fuente: Church News

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