Pregunta
Mi esposo y yo nos casamos hace 7 meses. Recientemente me dijo que cree que todavía está enamorado de su ex novia con la que salió por dos años. Dice que piensa que tenemos que divorciarnos y que sería mejor para mí a largo plazo porque no cree que él sea el hombre para mí.
Amo mucho a mi esposo y sé que él es el indicado para mí. Quiero que mi matrimonio supere esto y que sea más fuerte que antes. Sólo necesito ayuda para saber si mi decisión de seguir luchando por mi matrimonio es correcta y cómo comenzar ese proceso.
Respuesta
Eso es algo muy penoso para tu matrimonio. Supongo que no lo viste venir, así que debes reconocer que es difícil tomar decisiones claras cuando estás en estado de shock.
Te has enterado de algo que va en contra de los convenios que hicieron el uno con el otro y con Dios, lo que hace que sea difícil reconciliar tu nueva realidad con la vida que estabas llevando antes.
Cuando sucede algo traumático como esto, es completamente normal negar inmediatamente la realidad que se coloca directamente frente a ti. Es un instinto de supervivencia que nos protege de un colapso total.
Por supuesto, algunos traumas son tan grandes que no podemos evitar derrumbarnos en el momento y caer en la negación seguirá siendo intermitente. Es difícil asimilar todo esto, por lo que necesitamos tiempo para digerir estos cambios importantes en nuestra realidad.
No desestimes lo que está sucediendo y pretendas que no pasó. Date tiempo para asimilar la situación para que puedas basar tus reacciones en la realidad en lugar de la negación.
El impacto que has experimentado es un golpe físico para tu cuerpo. Parte de obtener claridad en la mente y el corazón implicará que cuides de tu cuerpo exhausto. Probablemente hayas notado que tus hábitos alimenticios, patrones de sueño y tensión corporal hayan variado drásticamente.
Cuando experimentas una amenaza emocional, tu cuerpo físico responde para protegerte. A menos que encuentres formas de calmar tus reacciones físicas, perderás la percepción que necesitas para protegerte.
No fuiste tú la que rompió el compromiso con tu esposo y, por supuesto, aún lo amas y quieres que sea el indicado para ti, yo también quiero eso para ti. Definitivamente vale la pena hacer todo lo posible para ver si realmente deseas ir en esa dirección. Invítalo a hablar abiertamente sobre cómo llegó él a esa decisión.
Asegúrate de escuchar más en lugar de hablar para que puedas entender realmente porqué está diciendo esas cosas. La responsabilidad recae sobre él al explicar sus acciones, ya que es él quien quiere poner fin a tu matrimonio.
No cometas el error de presionarlo para que se quede contigo, amenazarlo o volverte emocionalmente inestable como una forma de mantenerlo a tu lado. Ambos se comprometieron, pero, como enseñó el élder James E. Faust, tu esposo “debe asumir la responsabilidad de la serie de consecuencias que inevitablemente surgirán [cuando los] convenios [del matrimonio] no se cumplen” (“Padre, vuelve a tu hogar”).
No quiero minimizar tu dolor, pero me parece importante señalar que, aunque él está eligiendo romper sus convenios matrimoniales, él te está evitando años de manipulación y dolor.
Su honestidad sobre sus intenciones a menos de un año de matrimonio es un golpe devastador, pero es mucho menos devastador que tener hijos juntos cuando él no tiene ningún compromiso contigo.
Ambos tienen la responsabilidad de ser honestos sobre su nivel de compromiso para con su matrimonio. Si te dice que su nivel de compromiso es nulo, tienes una decisión difícil de tomar.
En última instancia, debes decidir si quieres aceptar lo que te está diciendo o seguir luchando por lo que pensabas que tenías con él. Soy la última persona que aconseja darse por vencido en un matrimonio, pero si él no desea quedarse contigo, debes aceptar su albedrío.
Sé prudente en cuanto a tus esfuerzos por forzar una conexión con él, ya que una persona con la mínima cantidad de interés determinará en última instancia qué tan conectados están como pareja.
Independientemente de a dónde te lleve esto, asegúrate de continuar cuidándote y buscar el apoyo que necesitas. Si él se va o se queda, necesitarás apoyo para lidiar con el dolor y la agitación emocional que esto ha creado en tu vida.
Date tiempo y permiso para recuperarte de esta traición. Y, mientras buscas sanación, recuerda que “no hay … dolor o tristeza … que esté fuera del poder sanador de [la] Expiación” (C. Scott Grow, “El milagro de la Expiación”).
Fuente: latterdaysaintmag.com