En el emocionante y gigante mundo de las relaciones amorosas, las expectativas desempeñan un papel fundamental.
A menudo, nuestras ideas establecidas sobre cómo debería sentirse el amor y lo que deberíamos experimentar en una relación pueden influir de manera significativa en nuestras decisiones y en la forma en que abordamos las relaciones.
En este artículo, exploraremos el impacto de las expectativas poco realistas en las relaciones amorosas modernas y cómo estas pueden contribuir a rupturas innecesarias y desilusiones.
Después de un inicio lleno de esperanzas, otra relación se desmorona. Después de sentir la seguridad de que esta podría ser “la indicada”, otra pareja se separa.
Este fenómeno es común en el mundo de las relaciones modernas y presentan una serie de preguntas sobre las expectativas que tenemos sobre el amor y las relaciones.
¿Qué está sucediendo cuando las intensas emociones iniciales desaparecen repentinamente?
¿Por qué tantas relaciones que parecían prometedoras se rompen en pedazos?
La experiencia de que las emociones intensas y apasionadas en una relación se desvanezcan con el tiempo es un fenómeno que muchas personas están experimentando cada vez más seguido.
Por ejemplo, una de las personas que se entrevistó compartió su experiencia:
“Tenía fuertes sentimientos al principio… comprándole flores, diciendo palabras dulces, dedicándole canciones, queriendo verla sonreír todo el tiempo, queriendo ayudarla a ser más feliz… y luego, después de algunos días, no sentía nada. Todo se apagó inmediatamente, como con una llave de luz. Es extraño, simplemente lo perdí”.
Algunos expresan que sienten una intensa atracción al principio, pero luego su afecto disminuye gradualmente. Estos altibajos emocionales pueden llevar a rupturas muy dolorosas y a una gran confusión debido a los cambios radicales en los sentimientos.
La cultura también juega un papel fundamental en la creación de expectativas poco realistas en el amor y las relaciones.
Desde una edad temprana, nos bombardean con historias de amor en películas, libros y cuentos de hadas que nos muestran que el amor verdadero debe ser inmediato, apasionado y constante.
La idea de que debemos sentir una atracción intensa “desde el principio” se ha arraigado en nuestra cultura y se ha convertido en una expectativa común.
Y tal como explica el terapista clínico Robert Johnson, la creencia de que una persona debe hacernos felices y completar nuestra vista, dándole sentido, intensidad y propósito, ha tomado relevancia desde hace unos 50 años.
Asimismo, esta cultura también enfatiza la idea de que el amor debe ser “total” y que debemos sentir una atracción abrumadora que nos haga perder interés en cualquier otra persona.
Esta expectativa de que una pareja debe ser la persona más atractiva que jamás hayamos conocido y cumplir todos nuestros deseos crea un estándar irrealista que puede ser difícil de mantener a lo largo del tiempo.
Un reciente estudio en España señala que el 65% de las personas cree que si hay un amor inmediato y apasionante al principio de la relación, esta perdurará por mucho tiempo o por siempre.
El problema con estas expectativas irreales es que pueden generar decepciones, insatisfacción y, consecuentemente, rupturas innecesarias.
Cuando las intensas emociones iniciales disminuyen, es fácil creer que la relación ya no es “la correcta” y deseemos tomar decisiones apresuradas.
Esta mentalidad puede llevar a que muchas parejas que podrían haber tenido relaciones exitosas se separen prematuramente.
Incluso los estudios señalan que, al vivir en un mundo hipersexualizado, esperamos que nuestra pareja tenga un físico perfecto e idealizado como se ve en el material sexualizado del internet.
Sin embargo, en lugar de rendirnos ante estas expectativas irreales, hay otro enfoque que podemos adoptar.
El autor Dr. M. Scott Peck sostiene que, en la mayoría de las relaciones, la pasión inicial eventualmente disminuirá, sin embargo, en lugar de ver esto como el fin del amor, podemos verlo como una oportunidad para realmente amar.
Peck explica que cuando las parejas “salen del amor”, es decir, cuando las emociones apasionadas iniciales disminuyen, tienen la oportunidad de comenzar a amarse de verdad.
El amor verdadero, según Peck, sucede después de que la pasión inicial se desvanece.
Así, en lugar de depender de las emociones intensas para mantener una relación, podemos elegir amar conscientemente a nuestra pareja.
El amor consciente es una elección divina de amar a alguien, incluso cuando las emociones apasionadas no están en su punto máximo.
Es el compromiso de estar allí para la otra persona, de trabajar juntos y de buscar la felicidad mutua.
Este tipo de amor es menos dramático que la idea del amor apasionado, y por ello el desafío radica en resistir la tentación de rendirse ante el ideal moderno del amor y, en cambio, elegir amar conscientemente a nuestra pareja eterna.
Puede requerir un esfuerzo adicional y un cambio en la forma en que entendemos el amor, pero puede conducir a relaciones más estables y satisfactorias a largo plazo.
El amor verdadero no siempre es apasionado y constante, pero puede ser mucho más valioso y transformador. Imagen: CanvaEste tipo de amor se basa en la elección sincera y honesta de amar y comprometerse a trabajar juntos para lograr la felicidad mutua.
Al liberarnos de las expectativas irreales sobre el amor y abrazar un enfoque más consciente, podemos encontrar una mayor satisfacción en nuestras relaciones y cultivar un amor que sea profundo y significativo, incluso cuando las emociones fluctúen con el tiempo.
Al fin y al cabo, el amor verdadero no siempre es apasionado y constante, pero puede ser mucho más valioso y transformador.
Para aquellos que quieren que su amor perdure, ha llegado el momento de unir nuestros espíritus y luchar contra esto, para que nuestros corazones vuelvan a ser libres para amar a los seres humanos reales y entrañables que nos rodean.
Así que, tanto si estás casado como si tienes pareja, escucha con atención:
Cuando los sentimientos decaigan, cuando la emoción no sea tan intensa y cuando empieces a notar algunos problemas, en lugar de tomarlos como señales de que estás reconsiderando la relación, deja que sean señales de que ha llegado el momento de empezar a amar de verdad el rostro humano que tienes delante.
Puedes hacerlo. De verdad que puedes.
No dejes que ninguna tontería de Hollywood te diga lo contrario.
Fuente: Public Square Magazine
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